El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha esgrimido un estudio de los ingenieros del Consistorio para cifrar en 800 millones el coste del soterramiento, al tiempo que ha advertido de que esta “bala de plata” es a la que se agarran “los trileros” --en referencia a la oposición-- para “intentar acabar” con su Gobierno.
“Ni en mi equipo de Gobierno, ni en el Partido Socialista Municipal ni en Valladolid Toma la Palabra hay ningún trilero. Somos un gobierno formado por dos partidos que serán cualquier cosa menos trileros. Los trileros son los que siguen defendiendo la viabilidad del soterramiento y están perfectamente identificados”, ha aseverado durante su intervención en Audiencia Pública.
Con estas palabras, Puente ha rechazado la afirmación de la presidenta de la Federación Antonio Machado, Margarita García Álvarez, que ha lamentado que la política se haya convertido en un “juego de trileros”, para cargar contra la mala gestión de la Sociedad Alta Velocidad, de la que el Ayuntamiento participa en un 25%, y la falta de “información” que hay sobre este proyecto.
En el acto, que se ha prolongado cerca de dos horas, la asociación vecinal ha criticado la fórmula empleada por el Ayuntamiento para la realización de esta Audiencia, para incidir en que la gestión de la SAV hace “aguas”, “nueve de las 17 intervenciones proyectadas incumplen con los criterios del Plan General” y que se está invirtiendo “más dinero” para quedarse con “más túneles y pasos de vía”.
Después de varias intervenciones, entre ellas las del concejal de Planeamiento Urbanístico y Vivienda, Manuel Saravia, y miembros de la asociación vecinal, ha sido Puente el que ha cerrado el turno para avanzar que el coste del soterramiento sería de unos 880 millones apoyado en un informe elaborado a petición propia por los ingenieros del Consistorio.
Así, ha explicado que la longitud “real” del soterramiento de Valladolid no sería de cinco kilómetros, sería de “7,6”. “Por un lado están los cinco kilómetros de túnel, pero por otro lado estarían los tramos de las rampas de embocadura al cajón de la propia zona y de la propia estación central”, ha detallado.
Además ha precisado que el túnel, si pasa de esos cinco kilómetros habría que hacer otro “en paralelo” de evacuación, como exige “la Ley de Seguridad Ferroviaria”. En este punto, ha señalado que la longitud de 7,6 kilómetros viene definida por la pendiente máxima que admite la línea de alta velocidad, que es del 1,5%.
“Por eso es tan importante que subrayemos que para ir a las cotas que exige la orografía de Valladolid, el río Esgueva, hay que profundizar mucho y al tener que profundizar mucho, las rampas de ataque de los túneles son muy largas”, ha añadido.
Además, el entorno de la estación tiene una longitud de 900 metros que habría que abrir “a cielo abierto” con el método de túnel pantalla para dar cobertura a todo el haz de vías que conllevaría la estación de ferrocarril, ha continuado para precisar que para realizar toda esta obra sería necesaria una “tuneladora” por la presencia del Esgueva que, no obstante, sólo serviría para acometer “una tercera parte del mismo”.
“El coste más importante, que es el de traer una tuneladora y utilizarla, sólo serviría para acometer un tercio del trazado del soterramiento”, ha matizado para resumir que el coste sería a los 800 millones.
“La urbanización superficial, teniendo en cuenta el trazado del vial que quedaría soterrado, alcanzaría los 60 millones, a los que habría que añadir 70 como consecuencia de la red de saneamiento que habría que hacer. Además, las actuaciones que hay que hacer conexas en Ariza, en Arco de Ladrillo, etc. costarían 200 millones. El coste de la obra civil del soterramiento se calcula por los ingenieros en 500 millones. Además, 50 millones la estación. En total 880 millones a los que habría que añadir el importe del soterramiento del Pinar, ya realizado, el de los talleres y los intereses bancarios”, ha avanzado.
Por último ha querido dejar claro que la opción elegida por el equipo de Gobierno no responde a un “capricho”. “No nos despertamos un día, se nos cruzó el cable y dijimos vamos a cargarnos el soterramiento del ferrocarril. Porque aquí la tesis de quienes sostienen que el soterramiento del ferrocarril es posible, al mismo tiempo sostiene que nosotros somos unos caprichosos o unos idiotas que pudiendo hacer el soterramiento, y por tanto pasar a la posteridad y por tanto ganar elecciones y elecciones hasta que nos muramos, hemos decidido así, por arte de birlibirloque, cargarnos el soterramiento”, ha ironizado para recordar que ni los Fondos Europeos sirven para soterrar, ni sus plazos de ejecución, 2026 son posibles de cumplir.