Silvia Sáez es la presidenta el Colegio de Enfermería de Valladolid y enfermera en Emergencias. Más de un año después de la pandemia, realiza un balance de la situación de las trabajadoras. Sobre la nueva ley de residencias, lo tiene claro: “ha corrido un tupido velo sobre las residencias, ha olvidado todo lo que ha pasado en la pandemia y sigue con sus propias ideas”. Además, ha llevado a los Juzgados la supuesta apropiación indebida del presidente de todas las enfermeras de España y a seis provinciales de Castilla y León por usurpación de funciones públicas.
Las enfermeras han tenido un papel fundamental en este año, visible sobre todo en los cribados y ahora en las vacunaciones. ¿Se ha puesto en valor el trabajo de la enfermería en este tiempo?
Se ha visibilizado lo que es una enfermera y por qué necesitas tenerlas. Ya no tanto en los cribado o las vacunaciones, sino en los cuidados. Nuestra competencia fundamental es el cuidado de la salud. ¿Qué hemos necesitado todo este tiempo? En el fondo, hemos necesitado cuidados continuamente: en la UVI, en las unidades de hospitalización, en las residencias de mayores o en los domicilios. Ha habido un momento en que la necesidad de enfermeras era muy grande porque se ha demostrado que, una vez que tengo el diagnóstico de una enfermedad y el tratamiento, lo que necesito es cuidar a esa persona en todos los sentidos.
¿Cómo valora la organización de las vacunaciones con la ampliación de los turnos de las enfermeras?
Hemos visto que esto es de lo que mejor se ha organizado. Hemos visto otras situaciones anteriores que se han organizado mal. El año pasado, una vez que teníamos organizado el hospital, llegó el verano y lo desorganizamos todo. Y cuando hemos tenido que volver con otra segunda ola y una tercera, hemos tenido que retroceder y volver a organizar las unidades, los equipos COVID... Todo eso para nosotros ha sido bastante desastroso. Sin embargo, cuando ha habido que organizar la vacunación, creemos que se ha hecho más o menos bien desde Atención Primaria.
Hemos visto numerosos cambios en la estrategia de vacunación. No sé si creéis que ha sido lo más adecuado cambiar constantemente o si ha creado no sé si miedo. Rechazo hemos visto que no, porque los datos son buenos, pero no sé si la gente iba con un poco de miedo.
Estos cambios no han sido positivos para nada. Incluso para nosotras mismas, porque todavía tenemos profesionales que se vacunaron inicialmente con AstraZeneca y todavía no se les ha puesto la segunda dosis y que trabajan en la sanidad privada o en consultas pequeñas, pero están con pacientes. Si informamos a la población y no hay una línea continuista, va a traer siempre problemas. Los mensajes tienen que ser sencillos, claros y los mismos siempre. Entonces, estos vaivenes, la verdad...
¿Desde el Colegio son partidarios de que poner la segunda dosis de AstraZeneca?
El riesgo de no terminar la vacunación es mayor que no ponerla y queremos que se finalice.
Hemos ofrecido listados de enfermeras jubiladas y no se ha tirado de ellas. Pero las horas extras se están pagando a nada de dinero, es bastante miserable
La Consejería en muchas ocasiones ha pedido voluntarios para realizar turnos extra. ¿Hay recursos suficientes para hacer todo lo que se necesita ahora que la pandemia sin recurrir a esos turnos dobles y triples?
No. Ha habido que pedir voluntarios. No tenemos enfermeras suficientes, aunque muchas veces salgan los políticos diciendo que en la tabla de la comparación de ratio enfermera-paciente. Castilla y León es la comunidad con mayor dispersión geográfica de Europa y una de las más envejecidas. Necesitas más profesionales para atender a la población. Entonces, claro, cuando llega una necesidad imperiosa es muy complicado si ya estamos un poco sobresaturadas de inicio.
A lo que nos hemos negado desde el principio es a que las estudiantes trabajen. ¿Que estábamos, o estamos, en una situación de crisis? Ya, hay otros mecanismos que no se han utilizado. Hemos ofrecido varias veces listados de enfermeras jubiladas y no se ha tirado de ellas. Pero todas las horas extras que se están haciendo se están pagando a nada de dinero, es bastante miserable. Lo estamos haciendo, no por dinero, sino por esta sensación de que ayudar y de voluntariedad que tenemos esta profesión.
Quería preguntarle por el edificio Rondilla, el hospital de pandemias. Tardó en encontrarse personal suficiente para poder abrirlo y ahora lo acaban de cerrar. No sé si las condiciones que han tenido las trabajadoras allí son buenas
Ha sido duro. Las enfermeras tienen dos sentimientos. Por un lado, el de haber estado en un momento de hacer todo lo que se pudiera y de haber participado en algo distinto e importante que va a quedar ahí. Y por otro lado, el haber sufrido unas condiciones muy malas: el trabajo no era digno, sinceramente, ni para nosotras ni para los pacientes que estábamos atendiendo. A veces suponía estar ocho o diez horas de la noche poniendo medicación constantemente, midiendo las constantes, con pruebas diagnósticas... y después para que muchos de los que estaban allí, pues casi venían para morir. Tampoco era con una idea de curación, sino de desalojar otros lugares para, bueno... pues para poderlos tratar ahí, para ver qué pasaba. Entonces, eso también, éticamente, para nosotros no es muy positivo ni a nivel profesional ni de la persona. Yo sé que hay gente que se ha quedado bastante tocada.
¿Cómo han llevado la pandemia las enfermeras más jóvenes?
Pusimos una línea de apoyo psicológico desde el principio y durante todo este tiempo, Incluso ahora. Casi todas las colegiadas que han hecho uso de ella han sido jóvenes, porque la verdad es que lo han pasado fatal. En muchos los casos acaban de terminar las prácticas y se han encontrado con una situación que ni con la práctica eres capaz de asumir. Las jóvenes lo han pasado mal, incluso conocemos algún caso de gente que ha dejado la profesión.
¿Estaban preparadas las enfermeras?
No lo estaba nadie. Normalmente no usamos los EPI más que en casos específicos y no sabíamos usarlos, ni hacer muchas de las pruebas. Hemos tenido que aprender casi sobre la marcha. Bueno, pues al tratar a un tipo de paciente muy específico, desconocíamos cómo relacionarnos con él de otro modo. Todo esto lo hemos tenido que aprender según ha ido surgiendo.
No se hacía casi asistencia porque lo impedían los propios protocolos. A nosotros no nos ha gustado nada
Además, me imagino que tratar con el paciente tenía que ser diferente.
Sí, totalmente. En mi caso, en Emergencias Sanitarias, ahí sí que hemos dicho que en la primera ola ha habido un momento en que no estábamos haciendo asistencia sanitaria porque durante la época, durante los primeros meses... Como no sabíamos quién lo tenía, quien no lo tenía, había que entrar en el domicilio y eso, pues casi no le atendía. Es decir, o era COVID o pasabas del paciente. No se hacía casi asistencia porque lo impedían los propios protocolos. A nosotros no nos ha gustado nada, porque estamos para trabajar con el paciente que lo necesite. Entonces era como.... bueno, les tengo que dejar abandonados, porque si es COVID hay que llevarle directamente a las ambulancias específicas, al hospital y ya está. Y si no son COVID, como los centros de salud están cerrados, el hospital está limitado, es un poco como, bueno, le voy a decir cuatro cosas, pero aquí se queda y si no va más, se queda aquí.
¿Fue complicada la situación en las residencias?
Mucho, sí, pero eso ya lo veíamos venir antes de la pandemia. Llevábamos mucho tiempo diciendo que las residencias de mayores son domicilios, pero que en el fondo, la gran mayoría está porque no se puede valer por sí mismo y tiene una carga asistencial tan grande. No puedes tenerles sin profesionales sanitarios, que es lo que ha pasado, se habían desalojado prácticamente todas [las residencias]. Ahora tenemos profesionales porque se les ha contratado a la tremenda. Pero es que antes de la pandemia estábamos protestando mucho porque veíamos que esto no podía ser. Ahora sí que no queremos para nada que cambie la situación de las residencias de mayores, porque hemos visto claramente dónde está el problema.
Castilla y León está elaborando la Ley de Atención Residencial: ¿Está el Colegio participando activamente en la redacción?
Se hicieron unos grupos de trabajo antes de la pandemia en los que se hicieron propuestas, pero la verdad es que no las han tenido en cuenta. Era una redacción que estaba bastante cerrada y tenemos la misma sensación que teníamos hace un tiempo: seguimos tratando las residencias como que fueran una unidad empresarial, y no.
Las personas no somos un producto, podemos ser un producto a la hora de hablar de un rendimiento en salud o de un rendimiento del tratamiento de una enfermedad, pero no a la hora de fines económicos y fines de gestión empresarial. Y esto sigue por la misma línea, sigue adelante en esta ley. Y la verdad es que hay bastante descontento con ello, porque es como que la Junta ha corrido un tupido velo sobre la pandemia, ha olvidado todo lo que ha pasado, ha retrocedido atrás y sigue con sus propias ideas. Muy mal, sinceramente, con esto no vamos a adelantar nada. Es que lo hemos vivido y sufrido... creo que todo el mundo ha tenido incluso alguna persona mayor en una residencia, de su familia o conocida. Y saben lo que ha ocurrido. Sinceramente sorprende.
La redacción [de la ley] sigue siendo la misma, no ha cambiado en nada. No dejan nada claro, es bastante ambiguo..., sobre todo a la hora de dotar a las residencias de profesionales sanitarios. Al final de ratios de personal no se ha hablado. El apartado habla de crear un coordinador que haga una valoración sobre la situación. Bueno, todo eso ya sabemos a veces para qué sirve, que es para cuando estamos hablando de residencias privadas, ya sabemos que van al dinero y las públicas... Pues la realidad es que como tenemos tan pocas y no hay previsión de crear ninguna más, al final estamos hablando de privadas y concertadas, básicamente. Entonces, no sé. Aquí en Valladolid tenemos varias que están dirigidas por fondos de capital de riesgo. Vamos a ver, todos sabemos para qué sirven. En el momento que deje de producir, pues me la quito de encima y eso lo pagan las personas.
Quería preguntarle también por toda la polémica que hay entorno al presidente del Consejo de España de Colegios de Enfermería, Florentino Pérez Raya. La Justicia le está investigando por unos delitos de administración desleal, apropiación indebida y falsedad.
Ahora mismo [la investigación] está bajo secreto de sumario. Estamos a la espera de que se les impute ya definitivamente, porque con toda esa información se ve que había supuestos delitos, eso es evidente.
No nos representa un señor que está jubilado, que tenga 74 años y lleve 48 en cargos
Después de que denunciarle ante Fiscalía, Pérez Raya respondió con una nota informativa a los presidentes provinciales en la que aludía a su vida privada para denigrar sus méritos y logros profesionales. ¿Se sintió respaldada?
Enviamos un escrito al Ministerio de Igualdad y también lo denunciamos en el Instituto de la Mujer. No sé lo que pasará, pero indudablemente no nos representa un hombre en una profesión en la que eminentemente somos mujeres, y tampoco alguien que esté jubilado o que tenga 73, 74 años.
Por desgracia, en la organización [estatal] todavía hay 19 presidentes jubilados. La media de edad de las enfermeras está en torno a los 45 años. Así que tendremos que buscar a representantes que realmente estén relacionados con el ámbito que se está representando. Pero bueno, claro, llevan 50 años, 48 años exactamente, en distintos cargos de la organización. Eso es toda una vida sin haber trabajado nunca, que esa es otra de las cosas que también se está pidiendo, que no haya dedicación exclusiva y que esto sea algo a mayores de tu trabajo. Eso te acerca mucho más a la profesión y eres mucho más capaz de poner en valor todo.
La denuncia contra Pérez Raya salió del Colegio de Valladolid ¿Se han sentido respaldados por parte del resto de colegios? Porque he visto que hay una división interna
Sí, porque se ha demostrado que muchos colegios han recibido subvenciones, dinero, favoritismos... determinadas cuestiones del Consejo General. Todos esos son colegios pagados al final, con lo cual esos no podían hablarlo y después está la otra pelea que hay en Castilla y León, que está en los juzgados. Ellos están defendiendo que se pueden quedar a pesar de que no cumplen los requisitos para estar en los cargos que están ocupando. Hay un juicio por la vía penal y bueno, pues esperemos que también a través de los juzgados se vaya dilucidando.
El presidente autonómico decía que Pérez Royo utilizaba al presidente de Ávila [uno de los seis encausados en Castilla y León] para desestabilizar a la comunidad. No sé si coincide en este análisis.
Lo han conseguido, porque es una organización muy potente como decía antes, con mucho dinero y tienen capacidad para todo: para contratar abogados, para contratar y pagar medios de comunicación y hacer lo que quieren. Entonces, claro, contra eso es muy difícil pelear. Por suerte ahí no todo está cerrado y por eso confiamos en la Justicia. Ya no solamente eso, es que las maniobras que han hecho estas personas, en concreto el presidente de Ávila, es una maniobra fraudulenta, porque ostentaba una representación que no tiene, no puede convocar unas elecciones porque no está previsto en los estatutos. Han hecho actuaciones que no están previstas ahí. Entonces eso es lo que se está pidiendo en los juzgados, que dirima y que diga efectivamente si ha sido fraudulento o no lo ha sido, y si estas personas han incurrido en un delito.