Los trabajadores de la residencia de la Diputación de Valladolid se saltan el protocolo COVID en la despedida de una compañera y el centro registra un positivo

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31 de julio, una treintena de trabajadores de la residencia de ancianos Cardenal Marcelo, de la Diputación de Valladolid, participa en la despedida de una auxiliar de enfermería que se jubila. A pesar de que los residentes son de riesgo por su edad, de que hace tan sólo unos meses que el 98% sufrió el virus y que murieron decenas, no se cumple con las medidas mínimas de seguridad.

El protocolo COVID-19 ya se vulneró en la peor etapa de la pandemia en la residencia, tal y como publicó elDiario.es, y desde entonces pocas cosas han cambiado. Las imágenes a las que ha tenido acceso este medio muestran cómo la mayoría de los participantes en esa reunión festiva o no llevaban la mascarilla o la tenían en la barbilla, y todo ello mientras permanecían pegados para la foto de familia. Las consecuencias, en un centro con cerca de 200 ancianos, pueden ser graves.

Nueve días después de esa celebración, una integrante del servicio de limpieza dio positivo en COVID-19. Según la Diputación de Valladolid sólo hay una trabajadora que “pudo tener contacto” con ella y que permanece aislada. Al menos así se informó a los medios durante el pasado fin de semana. Este lunes, además de suspender todas las visitas en la residencia, un correo interno al que ha tenido acceso elDiario.es informaba al personal del centro de un segundo positivo, el de una auxiliar de enfermería. Así, se requirió que todos los que tuviesen contacto con ambas en los últimos 15 días facilitasen un número de teléfono, el tipo de contacto, el tiempo que lo mantuvieron y que epis se estaban utilizando. A última hora de la tarde, fuentes del centro confirmaron a este diario que la auxiliar permanece en aislamiento aunque su prueba es negativa. Nada se sabe, hasta el momento, de un posible rastreo de los ancianos que pudieron tener contacto directo con las dos auxiliares y que pueden haberse contagiado. O del seguimiento que se hace de la treintena de trabajadores que participaron en la fiesta de jubilación, en el que además de las fotos, hubo intercambio de regalos.

No es la primera vez que en el centro de la institución provincial se obvia toda precaución. El pasado mes de marzo, su director dio positivo en COVID-19 sin que se informase a la Consejería de Sanidad, que sólo tuvo constancia de que la infección había afectado a muchos trabajadores y a la práctica totalidad de los residentes cuando falleció el primero y la familia dio la voz de alarma.

La gestión de la pandemia en esa residencia se analizó en un informe interno en el que se descargaban responsabilidades en la Consejería de Sanidad por no haber realizado test cuando los reclamaron, si bien también se hace constar las consideraciones de médicos de atención primaria que quisieron acudir al centro para valorar tratamientos sin que se les permitiese.