El Centro Nacional de la Gripe de Valladolid iniciará un estudio que permitirá hacer una vigilancia semanal de la circulación de hasta 19 virus respiratorios así como de la serología de la COVID-19, lo que permitirá conocer el grado de desarrollo de anticuerpos IgG entre la población.
En concreto, el Centro Nacional de la Gripe, junto con la Red Centinela Sanitaria, ha comenzado ya la vigilancia serológica de personas que hayan sufrido una Infección Respiratoria Aguda (IRA) durante la pandemia, estudio que se desarrolla en el marco de un proyecto financiado por la Consejería de Educación. Además, de forma paralela pero dentro de la misma iniciativa, tratará de hacer un seguimiento de hasta 19 virus respiratorios y, como actualmente hace con la gripe, reflejarlo en informes semanales.
Así lo ha explicado el responsable científico y de vigilancia virológica del Centro Nacional de la Gripe, Iván Sanz, quien espera que este proyecto que ahora inician se pueda perpetuar más años y cuente con financiación dada su utilidad y porque llevaban mucho tiempo haciendo serología de gripe e “interesaba mucho” hacer de COVID-19.
Precisamente, Sanz ha advertido del peligro que supone el impacto de la COVID sobre la vigilancia de la gripe y ha asegurado se continuará con la misma para evitar que se pierda todo lo que se lleva haciendo 68 años.
Ahora se trata de aprovechar el trabajo y la infraestructura con la que cuentan para introducir “más cosas sin perder lo que se está haciendo, que es esencial”, ha explicado Sanz, quien ha indicado que hay dos vertientes o “subestudios” dentro del proyecto.
De forma concreta, la iniciativa consiste en que el Centro, en colaboración con la Red Centinela con la que ya trabaja en la vigilancia de la gripe, por una parte, evaluará sueros de gente que ha tenido infecciones respiratorias agudas durante la pandemia y comprobará si tienen anticuerpos IgG, lo que sería indicador de que han pasado la enfermedad.
De esta forma, se podría conocer la cantidad de personas que están “inmunizadas”, aunque aclara que hay que tomar este término de forma un poco “abstracta”, ya que aún se desconoce hasta que punto estos anticuerpos son “neutralizantes”, dadas las limitaciones que se tienen actualmente sobre el conocimiento de la COVID.
Una de las cosas que se podrán conocer es qué porcentaje de gente que ha sufrido una infección respiratoria aguda la ha tenido por COVID, además de qué porcentaje podría tener anticuerpos. “Lo que hacemos con la gripe pero con métodos mucho más modernos”, ha añadido.
Continuidad
El estudio se diferencia del que pilota el Ministerio en toda España en que no se queda en un “momento epidemiológico concreto”, sino que se hace de manera continua para evaluar cómo fluctúa la inmunidad en la población.
Además, mientras que el Ministerio hizo análisis aleatorizado, esto supone un examen a través de los médicos centinela, con una representatividad “perfecta” de lo que ocurre en Castilla y León siguiendo ya la línea trazada por la gripe, con cuya vigilancia se obtienen resultados extrapolables a toda la Comunidad pero también que permite pormenorizar y desescalar.
El estudio ya se ha iniciado y ya se ha analizado una cantidad de sueros “no muy grande”, pero con bastantes de ellos positivos, aunque habrá que esperar a tener todos los datos.
La otra vertiente del estudio es, aprovechando la detección de los médicos centinelas de estas enfermedades respiratorias y de la gripe, al igual que se hace con esta última, se tomarán muestras nasofaríngeas para analizar la circulación de hasta 19 de los virus más comunes --aunque hay muchos más--.
De esta forma, se podrían vigilar las infecciones respiratorias todas las semanas, con la previsión de hacer informes semanales de estos virus que circulan a través de las citadas muestras nasofaríngeas, parte del estudio que aún está un poco en “enfoque”.
El motivo, ha señalado Sanz, es que supone un “cambio brutal” pasar de vigilar gripe, en lo que tienen “muy enfocado” todo, a hacer esta monitorización de otros virus y “hay que dar pasos poco a poco y, en época de pandemia, con seguridad porque se puede desbaratar todo”.
Además, ha incidido en el hándicap que supone que ahora los médicos centinela, no pueden acceder a ellos tan fácilmente por las limitaciones por la COVID y se presta mucha atención telefónica.
En el caso de los datos de vigilancia de los virus la intención es que se hagan informes semanales, aunque los de serología quizá lo harían cada seis meses o cada año, con un enfoque diferente, porque es necesario tener toda la información, que requiere más tiempo y su interpretación es más difícil.
Puesta en marcha
Los informes semanales se esperan poner en marcha “relativamente en poco tiempo”, algo que puede ser en pocas semanas o meses porque, aunque se cuenta con gente “muy entrenada”, hay que coordinar a muchas personas y modificar un poco el sistema.
El funcionamiento seguirá siendo el mismo, la recogida de muestras y envío al laboratorio por parte de los médicos centinela al igual que lo hacían cuando había sospecha de gripe, con pocas equivocaciones dada su especialización.
Ahora se hará de forma similar con el resto de infecciones respiratorias, es decir, cuando se observe un resfriado común, una bronquiolitis o cualquier otra situación similar, lo que no quiere decir que en todos los pacientes que presenten síntomas se tomen muestras, a diferencia de la PCR que lo requiere para ver si hay que aislar o tomar medidas con alguien, sino que se sigue el camino de la gripe y las muestras que permiten una representatividad de la población.
Así, Sanz ha explicado que se han estado tratando entre 300 y 400 muestras anuales y este año se espera llegar al menos a 1.000 para que sea más representativo aún. “Incrementa el trabajo pero no son 19 veces más de trabajo, aunque sean 19 virus”, ha aclarado.
Iván Sanz ha explicado que los frotis se llevan haciendo mucho tiempo enfocados a la gripe y, aunque tienen capacidad para testar otros virus desde hace diez años, ahora se da el paso. “Tenemos herramientas muy potentes”, ha explicado el responsable de vigilancia virológica del Centro de la Gripe, quien ha apuntado que mientras al principio de la pandemia todo el mundo analizaba COVID a través de PCR ellos seguían con técnicas múltiplex que permiten detectar muchos más virus.
En cuanto a la serología, ha aclarado que también supone una “ampliación” de lo que ya se hacía, dado que se evaluaba la respuesta de la vacuna mediante la extracción de suero antes y después de inocular la misma y ahora se analizará también la COVID, la fluctuación de la inmunidad y la gente que tiene IgG.
Para ello, se utilizará una tecnología más compleja que la usada en los Elisa para la COVID (que permiten comprobar también la presencia de anticuerpos) que detectará los anticuerpos frente a tres zonas diferentes del virus, hacia qué proteínas y se puede hacer una “cuantificación relativa” de los mismos. “Se llega más allá de lo que normalmente se llega”, ha agregado.
La información se recabará dentro del periodo de vigilancia de la gripe, de la semana 40 de cada año a la 20 del siguiente (primera de octubre a última de mayo), que es cuando circulan este tipo de virus en el Hemisferio Norte.
“Cuando hace frío, y la gente se mete en casa, va a centros comerciales, que es lo que está ocurriendo con la COVID, los virus respiratorios tienen esa mala manía, que funcionan más o menos igual”, ha explicado Sanz, quien ha añadido que precisamente por eso en el Hemisferio Sur ha caído tanto la incidencia de virus respiratorios, también en parte porque las redes centinelas no han funcionando bien hasta ahora al no haber atención presencial por los confinamientos.