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Imputan el delito de asesinato u homicidio al único investigado por la muerte de Esther López

La jueza titular del Juzgado de Instrucción número 5 de Valladolid, que investiga la muerte de la joven Esther López en el municipio vallisoletano de Traspinedo, ha dictado un auto en el que plantea que el único investigado por esta causa, Óscar S., pudo cometer los delitos de asesinato u homicidio y de omisión del deber de socorro, por lo que ha decidido que sería juzgado por un jurado popular.

La jueza ha citado para el próximo 20 de diciembre al Ministerio Fiscal, a las acusaciones particulares y al presidente de la Audiencia Provincial de Valladolid, para desarrollar la vista preliminar y que puedan plantear las respectivas peticiones respecto a la posible apertura del juicio oral, en todo caso bajo la fórmula del jurado popular al entender la magistrada que está ante un caso de homicidio o asesinato, según han confirmado a EFE fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.

En su auto, la jueza deja la puerta abierta a que en fases posteriores pueda cambiar la calificación de los delitos, pero recalca: “Los hechos investigados revisten por ahora, y sin perjuicio de ulterior calificación, los caracteres de asesinato para la acusación particular, y de asesinato/homicidio y omisión del deber de socorro para el Ministerio Fiscal”, aunque añade que pudieran añadirse otros.

En concreto, cita los posibles delitos contra la integridad moral y contra la seguridad del tráfico, pero recalca que ante estos hechos debe de ser un jurado popular el que determine, en su caso, la culpabilidad o inocencia del investigado.

Esta resolución y la transformación de las diligencias para el jurado popular ha sido demandada por la familia de Esther López desde el inicio de la investigación y también, en última instancia por la Fiscalía, al entender que debía descartarse la imprudencia y atribuirle intencionalidad a la muerte de la joven.

Esta resolución llega después de que en la jornada de este martes la jueza decidiera rechazar por segunda vez la petición del único investigado para que se vuelva a tomar declaración al perito que evaluó su vehículo por encargo del juzgado, después de haberlo hecho ya el pasado 23 de septiembre, al entender que el hecho de que ese profesional entregara la documentación utilizada para su informe con posterioridad a su declaración no afecta al resultado de la diligencia practicada.

Este perito de la empresa SEADA, que colabora con la Guardia Civil, recoge en su informe que la centralita del coche del investigado fue manipulada con posterioridad a los hechos analizados.

La joven Esther López, vecina de Traspinedo (Valladolid), fue vista por última vez durante la madrugada del 11 al 12 de enero de 2022, y su cuerpo sin vida fue encontrado en una cuneta situada a la entrada de este municipio, un acceso concurrido y muy próximo a los lugares donde durante tres semanas varias batidas multitudinarias intentaron sin éxito localizarla.

Desde entonces, las diligencias y declaraciones de los sospechosos han ido sucediéndose en el juzgado vallisoletano, donde cada vez que ha habido alguna vista se han producido concentraciones convocadas por la familia de Esther López para reclamar justicia y para demandar que se abra juicio oral contra el principal investigado, Óscar S.

La resolución de la nueva instructora, después de que la titular haya dejado Instrucción 5 para incorporarse como magistrada a la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Provincial, se produce más de un mes después de que su predecesora asistiera a la testifical, en calidad de peritos, de distintos expertos de la defensa y de la Guardia Civil sobre varios informes de geolocalización de teléfonos móviles y sobre el Volkswagen T-Roc del único investigado, informa Europa Press.

Auto ansiado por la familia

La decisión de la nueva instructora de sentar en el banquillo a Óscar S.M. era lo que la familia de la fallecida, en boca de su hermana Inés y de su letrado, venía demandando desde hace muchos meses al entender que toda la prueba practicada hasta entonces era más que suficiente como para imputar al único investigado como la muerte de la joven.

El abogado de la familia, Guillermo Ruiz Blay, había mostrado su pesimismo de obtener ya ese ansiado auto por falta de tiempo material, ya que la jueza abandona el juzgado para asumir su nuevo destino y siguen pendientes varios trámites por practicar, como resolver un recurso en la Audiencia Provincial sobre la petición de la defensa de acceder a las fotos de autopsia y la presentación del informe completo de un perito de Seada sobre la manipulación de la centralita del coche presuntamente implicado en el atropello.

En el lado contrario, la hermana de la víctima, Inés López, durante la concentración que familiares y amigos protagonizaron ante la puerta del Edificio de los Juzgados, coincidiendo con el referido interrogatorio a los peritos, albergaba entonces la esperanza de lograr la imputación del único sospechoso antes de que la jueza asumiera su nueva tarea judicial en la Audiencia vallisoletana.

“¡Sería una locura que no hubiera juicio!”, advirtió entonces Inés, para quien sería igualmente un despropósito que la hasta ahora instructora se marchara sin confluir la investigación y que “la nueva jueza o juez que llegue tenga que verse más de dos mil folios de investigación” antes de resolver si sobresee o continúa por la vía del juicio con jurado popular.

Un atestado de la Unidad Central Operativa (UCO) y la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Valladolid avalaba la hipótesis de la autoría del crimen por parte de Óscar S.M, fruto de un “arrebato en caliente” tras una discusión de origen desconocido.

En dicho informe se apunta que la causa de la muerte fue el atropello por un turismo a velocidad media o baja cuando la víctima se hallaba de espaldas, con la confluencia de otros factores como la intoxicación etílica, el consumo de cocaína y la hipotermia, y que la mujer no murió en el acto sino que podía haber sobrevivido en caso de haber recibido cuidados paliativos, “con lo que pudo vulnerarse su derecho a la atención personal y asistencia sanitaria paliativa”.

“En definitiva, Esther quedó como consecuencia del atropello sin posibilidades de defensa, desamparada a merced de su agresor, imposibilitada de obtener ayuda de terceras personas y sin capacidad real de oponerse”, apuntaba el informe en el que se vinculaba en dicho atropello y posteriores hechos a la persona que la noche del 12 al 13 de enero de 2022 la llevaba en su vehículo, un Volkswagen T-Roc.

La vecina de Traspinedo era buscada desde que sus padres presentaran denuncia el día 17 de enero, después de que no diera señales de vida tras haber estado la noche de su desaparición viendo en un bar del pueblo el partido de la Supercopa entre el Barcelona y el Real Madrid y luego continuara la fiesta con unos amigos en casa de uno de ellos y más tarde en unas bodegas.

Esa era la versión que habían facilitado las dos personas con las que estuvo esa noche antes de que se le perdiera el rastro, dos vecinos de Traspinedo, el citado Óscar y Carlos, apartado ya de la investigación, que viajaron con ella en el coche del primero de regreso a casa y que, según relataron con algunas contradicciones, se detuvo ante el restaurante La Maña.

En el relato ofrecido, Carlos se apeó del vehículo para ir a su casa y luego Óscar y Esther discutieron porque ella quería seguir de fiesta y él la dejó en las inmediaciones, sin que se volviera a saber nada más de la mujer en los últimos veinticuatro días.

El cuerpo sin vida de la mujer, que contaba con 35 años, fue hallado casi un mes después, el 5 de febrero, cerca de una cuneta de la carretera que sirve como principal acceso al municipio.

Hasta la fecha, la mayoría de los informes realizados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil han centrado todas las sospechas sobre la persona del también vecino de Traspinedo Óscar S.M, supuestamente la última persona que la noche de autos, el 13 de enero, la vio con vida y la llevó en su vehículo tras una noche de juerga.

Entre esas pruebas la UCO se ha apoyado en el hecho de que los teléfonos móviles de la víctima y del sospechoso fueran desconectados al mismo tiempo la noche de autos, así como en la compatibilidad de que el móvil de ella estuviera posicionado sobre las 03.26.25 horas de la noche de autos en el domicilio familiar de Óscar, en la parcela cuatro de la Urbanización El Romeral de Traspinedo, a pesar de que él haya negado por activa y pasiva haber estado con ella en el inmueble aquella madrugada.

La presunta manipulación de la centralita del Volkswagen T-Roc, propiedad de Óscar, con el borrado de eventos y averías registrado los días 1 de febrero y 2 de abril, supuestamente para eliminar cualquier información sobre los movimientos del vehículo; el hallazgo de restos de ADN de ella en el maletero del citado turismo, la compatibilidad entre una fibra de la chaqueta que vestía la víctima y la obtenida en la vivienda de Óscar, junto con el lavado del turismo horas después de esa noche en una estación de servicio situada a la altura del número 51 de la Avenida de Zamora, en Valladolid capital, figuran, entre otras, como parte también de las evidencias que a juicio de la UCO incriminan al investigado en la desaparición y muerte de la joven.