Las UCIs de Castilla y León ya superan su capacidad pre pandemia, cuando había 216 camas de UCI en toda la Comunidad. En marzo comenzaron a extenderse la unidades de críticos para poder atender al elevado número de enfermos con coronavirus: se utilizaron URPAs, REAs, UVIs y otro tipo de espacios para los pacientes más graves. Actualmente se supera la capacidad de UCI antes de la COVID en todos los complejos hospitalarios salvo en Segovia, Soria y Zamora.
Estructuralmente hay 216 camas de UCI, lo que significa que la COVID ocupa el 64% de las camas habituales de críticos, aunque la situación no es igual en todos los hospitales.
La presión asistencial en estas UCIs extendidas bajó durante el verano, pero vuelve a subir este octubre: la COVID-19 ocupa casi la mitad de camas de críticos desde finales de septiembre. Esto quiere decir que hay 269 pacientes en la UCI, 140 de los cuales tienen coronavirus, un número similar al que había a primeros de marzo, antes de que se detectara el estado de alarma, aunque el crecimiento de pacientes en la UCI fue mucho mayor entonces que ahora. los pacientes de COVID-19 ocupan ya la mitad de las camas ocupadas de UCI, aunque la más preocupante es Palencia: el 73% de los pacientes hospitalizados en la UCI está con coronavirus.
“Estamos muy preocupados. La UCI está al 70%”, alerta a elDiario.es el director médico del Hospital Universitario de Burgos (HUBU), Antonio de las Heras. “De momento aguantamos. Los quirófanos están funcionando y los recursos se distribuyen como podemos, porque no queda gente en bolsa”, explica a elDiario.es el coordinador de COVID en el Hospital Clínico de Valladolid y médico internista, Carlos Dueñas. El 12% los pacientes COVID hospitalizados en Castilla y León está en la Unidad de Críticos.
El mismo déficit de profesionales sufre el HUBU, especialmente en materia de Enfermería. “Estamos intentando hacer equipos con una enfermera súper preparada. Entre la primera ola y la segunda, hemos dado seis o siete cursos con personal de UCI para formar a las enfermeras del hospital que no estaban especializadas en críticos”, comenta. También se han organizado formaciones de grupos COVID con adjuntos y residentes de Medicina Interna, Neumología y otras especialidades.
Dueñas calcula que el 0,5% de todos los contagiados no evoluciona correctamente y necesita ingresar en la unidad de críticos. “La edad media de los atendidos en estas unidades ahora es de menos de 70 años. El 40% tiene menos de 55 años, hablamos de gente joven”, relata. Dueñas asegura que “en ningún sitio” se considera que alguien de más de 70 años sea “mayor”, con la esperanza de vida media actual en este país.
“No es verdad eso de: 'tienes 85 años y no entras en la UCI”
Cuando se plantea ingresar a un paciente en la UCI, se tienen en cuenta diversos factores individualmente, como la edad y su situación previa, la comorbilidad, la fragilidad, la situación neurológica, el deseo del paciente, la esperanza de vida... “Todo es valorable”, sostiene Dueñas. El coordinador de COVID del Hospital Clínico asegura que en este hospital no se ha negado la intubación a un paciente que fuera candidato. “Puede haber complicaciones importantes, pero no es verdad eso de: 'tienes 85 años y no entras en la UCI automáticamente'”, subraya.
Uno de los factores que hay que tener en cuenta es el tiempo que un paciente de UCI necesita estar hospitalizado. “Si las cosas van bien, mínimo 25 días puedes estar en la UVI”, explica Dueñas. La intubación provoca una situación de estrés, hay riesgo de desnutrición, de embolias, de atrofia muscular... “Se colocan muchos dispositivos que favorecen la infección”. Hay pacientes que pasan más de un mes en la unidad de cuidados intensivos... hace unas semanas se han llegado a dar altas a pacientes de abril.
En el HUBU, asegura De las Heras, “ha mejorado el rendimiento de la UCI y acortado la estancia en críticos” gracias al “súper esfuerzo de los intensivistas y las enfermeras” y a “un sistema de ventilación mecánica no invasiva que permite tener a un paciente, a lo mejor, ocho días en la UCI y luego a planta”. “Desde marzo hemos aprendido y cambiado para ganar en la calidad del tratamiento al paciente y a sus estancias”, insiste.
El Hospital de Burgos ha habilitado una UCI COVID en el hospital de día quirúrgico, que hasta ahora se utilizaba para cirugía mayor ambulatoria, para pacientes que el mismo día de la operación recibían el alta médico. Este tipo de cirugía se ha trasladado también a otro espacio. A su vez, se ha ampliado la URPA1 para los pacientes más graves de NO COVID y en la UCI habitual se trata a aquellos posibles positivos. En esta segunda ola, “hemos bajado un poco la cirugía programada, pero no ha afectado mucho”, explica De las Heras.
Ambos profesionales sanitarios coinciden en la llamada a la prudencia de la población. “En Miranda de Ebro [donde se detuvo a 11 personas por resistirse al desalojo de una fiesta en pleno confinamiento] la incidencia es catastrófica”, alerta De las Heras. Si la situación empeora, “entonces no habrá camas y tendremos que tomar decisiones que no nos gustan de quién sí y quién no. Porque a nosotros nos han enseñado a intentar sacar adelante a todos”, censura Dueñas. “Por favor, podemos hacer casi todo, pero con medidas de seguridad”, insiste De las Heras.