La madrugada del 28 de junio de 1969 una redada como tantas otras en el bar neoyorquino Stonewall Inn, un referente para gays, lesbianas, transgéneros y transexuales de la ciudad, no terminó como de costumbre. Los clientes que se iban acumulando en la calle mientras los echaban decidieron decir basta a la represión y comenzaron una revuelta, atacando a la policía. “Es muy importante recordar que el 28 de junio se celebra una revuelta”, dice Eugenio Rodríguez, del Front d'Alliberament Gay de Catalunya (FAGC).
En Cataluña, esta fecha se conmemora desde 1977 el sábado más cercano al 28 de junio. Convocada por el FAGC en Barcelona, ââfue la primera vez que el movimiento salía a la calle en Cataluña y en el Estado. Rodríguez explica que posteriormente, con el movimiento de lesbianas y más tarde con otras muchas entidades, constituyeron la Comisión Unitaria 28 de Junio, para organizar los actos en torno al día internacional por la liberación lésbico, gay, bi, trans e intersexual.
“Es un día para salir a la calle, para decir que estamos aquí, por toda Cataluña, para reivindicar los derechos y las libertades pendientes”, dice el portavoz del FAGC. Ayer tuvieron lugar manifestaciones en Tarragona y Girona y este tarde a las 18:30 está convocada la tradicional manifestación en la capital bajo el lema “Por un país libre de transfobia y de homofobia”. Rodríguez asegura que “para poder ser libres en cualquier país debe haber los derechos y libertades públicas que lo faciliten”.
Coincidencia de fechas
Este año, sin embargo, la manifestación del sábado coincide con una celebración que hace cinco años que se celebra: el Pride Barcelona. El colectivo Brot Bord, de lucha contra el patriarcado, la homofobia y la transfobia, ha sido especialmente crítico con esta coincidencia. Para Marc Garriga, miembro del colectivo, los empresarios que organizan el Pride “han querido imitar el modelo de otras ciudades europeas donde montan un desfile que es básicamente una fiesta sin contenido político”. Cree que “este debe ser un día de lucha, de reivindicación política”, pero remarca que “eso no excluye que pueda haber música, colores, fiesta, carrozas, tocadas, purpurina, ...”
David Martí, director del Pride y presidente de la Asociación Catalana de Empresarios para Gays y Lesbianas (Acegal), asegura que el contenido reivindicativo está. “Por un lado tenemos un factor reivindicativo, que se centra en la demanda de una ley contra la homofobia y la transfobia, y por la otra, el hecho más festivo de hacer los besos con orgullo, con el tema de salir de el armario y vivir en libertad”, explica.
El director minimiza el problema de la coincidencia de fechas, y explica que este año se ha dado porque han hecho una coproducción con el Grec y, para ahorrar recursos, comparten infraestructuras con el festival que se estrena el domingo también a María Cristina. Martín también remarca que los dos actos de hoy comparten la reivindicación de la legislación.
“Estamos más unidos que nunca”
“No estamos divididos, estamos más unidos que nunca, pero hay diferentes expresiones”, remarca Eugeni Rodríguez, ya que todas las entidades del movimiento LGTBI están de acuerdo en pedir esta ley. El proyecto fue presentado por ERC, PSC, ICV-EUiA y la CUP y el 19 de julio sabrán si sigue su trámite o la bloquea algún partido. En lo que sí difieren es en las formas de expresión.
“No tenemos nada en contra el mundo empresarial, lo único que creemos es que una manifestación no la deben liderar empresarios”, asegura el portavoz del FAGC. En cambio, desde el Brot Bord, Marc Garriga es más crítico: “Este empresariado quiere apropiarse de una lucha para beneficiar su negocio, no se nos ha de vender esto como una manera de canalizar el discurso político”, afirma.
Garriga remarca que aunque desconoce si el Pride les reporta beneficios directos, “los empresarios de la fiesta quieren hacer de Barcelona un referente del turismo gay para legitimar sus negocios”. En esta línea, Rodríguez asegura que la del 28 de junio “no es una manifestación enfocada a que venga gente de todo el mundo, sino que es para que la gente de aquí, de los pueblos, que sufre, salga a la calle para expresarse”.
Una ciudad para el público gay
El director del Pride explica que, efectivamente, quieren “promocionar la imagen fuera del país de una ciudad de respeto y acogedora”. “Antes de nosotros ha habido hace muchos años muchas empresas que se han situado en Barcelona destinadas al público gay y se han promocionado fuera”, añade.
La concejala Francina Vila, del área de Mujer y Derechos Civiles del Ayuntamiento de Barcelona, ââasegura que “hay un conjunto de actividades que son una atracción para las personas que nos visitan del ámbito LGTB”. El consistorio lo valora positivamente porque “es gente que viene a Barcelona, ââconsume en nuestras tiendas, duerme en nuestros hoteles, en definitiva, aporta riqueza a la ciudad”.
Martí, que también representa al empresariado, critica posturas como la del Brote Bordo. En referencia a la Comisión Unitaria, dice que “no quieren que en la manifestación haya una carroza de una empresa, porque son anticapitalistas y antisistema, nos quieren excluir por una cuestión ideológica que no tiene nada que ver con el movimiento gay”.
Contradicciones sobre los espacios de ocio
Para Garriga, en cambio, son cuestiones que sí tienen que ver. “Estos negocios son consecuencia de la homofobia. Aprovechan de que son necesarios unos espacios y los convierten en un negocio”, sentencia. Explica que, sin embargo, la crítica que hacen al “ambiente” desde el Brote Bordo es moderada: “en un mundo en el que la presunción de heterosexualidad actúa siempre, hasta que se diga lo contrario, los espacios en que gays y lesbianas podamos socializarnos como tales serán necesarios hasta que lo cambiemos”. En resumen: “Criticamos esto a nivel de sistema, el Gayxample no es el modelo, pero a nivel de usuarios sí vamos. Tenemos que luchar para construir unos espacios alternativos que no están”, dice.
El compromiso del Ayuntamiento no está en la creación de estos espacios alternativos, sino en “garantizar que la gente pueda disfrutar libremente en todos los espacios y defenderla en caso de que se encuentren alguna discriminación”, explica Vila. Según la concejala, “el origen de los barrios gayfriendly fueron iniciativas para crear espacios donde las personas LGTB pudieran expresar libremente su sexualidad, porque no se podía hacer en otros lugares”. “En Barcelona, que es una ciudad tolerante y abierta, se genera de forma espontánea porque hay unos empresarios que identifican una necesidad”, asegura.
Tanto el Ayuntamiento, desde la concejalía de Mujer y Derechos Civiles, como la Generalitat, desde la conselleria de Bienestar, colaboran con las dos iniciativas que tomarán las calles de la ciudad mañana. Eugeni Rodríguez cuenta que la Comisión Unitaria, a pesar de intentar gastar los mínimos recursos, siempre ha contado con el apoyo de la administración. No obstante, el portavoz del FAGC asegura que “no creemos que deba hacerse de Barcelona un escaparate de nada. No nos parece mal que vengan turistas, pero creemos que este dinero se debería invertir sobre todo en la erradicación de la homofobia y la transfobia”.