65 entidades catalanas se han unido en la Plataforma No a la Copa Amèrica para protestar contra este macro evento deportivo que se celebrará en Barcelona de agosto a diciembre de 2024. “Es la síntesi del expolio contra la ciudad y las vecinas”, ha afirmado Esther Jorquera, una de las portavoces de la plataforma.
Estas entidades lamentan que la celebración tendrá graves efectos en la ciudad en los ámbitos de vivienda, espacio público y masificación turística. Denuncian, por ejemplo, que ya se están privatizando espacios como el cine IMAX. El espacio, que cerró sus puertas hace nueve años, se debería haber convertido en un espacio vecinal y, en cambio, se ha reabierto como centro oficial de divulgación de la Copa América.
“Hemos perdido este espacio, y también el puerto del Port Vell, que antes era accesible para los vecinos para pasear. Ahora sólo hay yates de megalujo. Una imagen antitética de estos barrios populares”, ha dicho Jorquera. Según los activistas, los efectos de este evento ya se están notando en barrios como la Barceloneta, a pesar de que quedan diez meses para su inicio.
“Hay vecinos a los que no se está renovando el alquiler, están subiendo los precios de la vivienda. Hay amenazas indirectas a vecinas para que desocupen sus pisos para especular con ellos”, deuncia Jorquera. También lamenta que el tejido comercial está cambiando en el barrio y que comercios de proximidad están bajando la persiana para dar paso a negocios dirigidos a las “élites”, tales como alquileres de coches de lujo.
Otro de los temores de la Plataforma es el “agujero económico” que podría dejar en Barcelona la Copa Amèrica, en referencia a los 94 millones de euros que perdió el evento en su celebración en València en 2010. La edición en Barcelona ha supuesto una inversión pública de 55 millones de euros, “que no se entienden teniendo en cuenta todos los problemas sociales, climáticos y ambientales que ya sufrimos”, han dicho los activistas.
También han recordado que València rehusó celebrar una nueva edición al negarse a financiar los 180 millones que se pedían. “Es un evento especulativo cuyos beneficios acabarán en los bolsillos de grandes inversores y no en los vecinos que se queden en Barcelona”, lamentan.
Asimismo, temen que la Copa América traiga consigo un aumento del turismo. “Ya hay 2.500 personas aquí, más las que vendrán”, ha expuesto Adriana Offredi, también portavoz, en referencia a personal de comunicación, técnicos de las empresas y los equipos deportivos. Ha recordado que este evento es el tercer encuentro deportivo más grande del mundo, después de los Juegos Olímpicos y del mundial de fútbol.
La Plataforma No a la Copa Amèrica afirma que la celebración de la edición de 2024 está “sentenciada”, por lo que su objetivo principal es interlocutar con las administraciones para que la ciudad no acoja ninguna otra edición. “Barcelona no necesita más promoción, necesita evitar eventos que nos traigan más miseria en todos los ámbitos”, han apuntado.
Y para la que está en marcha exigen “compromisos de reducción de emisiones, transparencia en la gestión de recursos públicos, informes independientes o gestionar la plusvalía para el interés general”, apunta Albert València, también de la Plataforma. Asimismo, demandan “erradicar los alojamientos turísticos ilegales, limitar el alquiler de temporada, una moratoria de los desahucios durante la Copa Amèrica, proteger las actividades pesqueras o garantizar los derechos laborales de los trabajadores”.
La plataforma la integran, por el momento, 65 entidades entre las que destacan asociaciones vecinales de barrios; asociaciones culturales, organizaciones ambientales como Aigua es Vida o Ecologistas en Acción; sindicatos como la IAC; y movimiento por la vivienda como el Sindicat de Llogateres.