“¿Al día siguiente de la muerte de su pareja, usted siguió haciendo vida normal y relacionándose con gente?”. Ha sido la última pregunta que el fiscal ha podido hacer este martes a Mariano Daniel V.A. antes de que el acusado de dejar morir a su mujer y grabarlo en vídeo se echara a llorar. Ha sido el colofón a una declaración larga en la que el acusado ha combinado la emotividad final –ya sea fingida o verdadera– con la frialdad más absoluta al señalar a la víctima como drogadicta. “Nunca pensé en matarla”, ha alegado.
Ante un jurado popular de Barcelona ha declarado este martes el acusado de asesinar a su pareja en Viladecans dejándola morir de un ataque derivado de la diabetes que sufría. La Fiscalía y las acusaciones particulares de la familia de la víctima piden la pena más dura que se puede pedir en España, la prisión permanente revisable, por el delito de asesinato y varios delitos de maltrato previos a la muerte de la mujer la madrugada del 17 de junio de 2019.
El acusado ha accedido a responder a la Fiscalía, y parecía tener una explicación a cada una de las oscuras circunstancias que rodean la muerte de la mujer. La línea de defensa ha sido la que emplean en ocasiones algunos acusados de crímenes machistas: presentar al jurado a la víctima como una mala madre, drogadicta y alcohólica y con problemas económicos. Sin embargo tanta elocuencia le ha llevado a incurrir en diversas respuestas inverosímiles, cuando no en contradicciones.
El acusado ha admitido que grabó la agonía de la mujer en vídeo, pero ha alegado que era para mostrarle luego las grabaciones “para que viera cómo se ponía”, en referencia al consumo de cocaína y alcohol. Según su versión, pensaba que ella se recuperaría. “No los grabé con la intención de enseñárselos a nadie más”, ha agregado. Tampoco pensó en llamar a emergencias “porque ella no quería que nadie la viese en ese estado”, ha insistido.
El fiscal ha preguntado en varias ocasiones al acusado sobre los vídeos, que son la clave de este juicio. Las imágenes que verá el jurado permiten corroborar, según las acusaciones, que el procesado permaneció impasible durante la muerte de la víctima. Por dos veces ha resaltado el fiscal que el acusado pregunta en los vídeos a la mujer con quién había estado, una muestra, para las acusaciones, de los celos que sentía Mariano Daniel V.A. y que lo llevaron a perpetrar el asesinato.
“Le pregunté con quién estuvo porque su apartamento estaba todo revuelto, había botellas por todos lados, restos de polvo blanco y un blíster de diazepam”, ha respondido el acusado. Mariano Daniel V.A. ha pronunciado ante el jurado el argumento más incomprensible de la sesión: ha explicado que no dio azúcar ni medicamentos a la víctima “porque ella podía perfectamente caminar” para a continuación admitir que la mujer, que permanecía tumbada en un sofá, se puso de pie e inmediatamente cayó y se orinó encima. “Le quité la ropa, le di un cojín y una manta para que se tumbara en el suelo”, ha añadido.
“Nunca pensé que podía morir esa noche, ni nunca pensé en matarla”, ha insistido el procesado, que ha contado que se quedó dormido en el sofá mientras la víctima permanecía tendida en el suelo sobre las tres de la madrugada. A la mañana siguiente una llamada de su hermana lo despertó. Fue entonces cuando, según su relato, se acercó a ella. “Le toqué la cara, estaba fría y tampoco respiraba”, ha manifestado. Pero tampoco entonces llamó a emergencias.
El acusado ha admitido que tras la muerte de su pareja acudió al taller mecánico a devolver el coche de sustitución que le habían prestado mientras el suyo era reparado. Solo después de entregar el vehículo acudió a la comisaría de los Mossos d'Esquadra.
Niega el maltrato
En su línea de negar todas las acusaciones, Mariano Daniel V.A., ha desmentido los episodios de maltrato físico y psicológico a la víctima. “Cuando estábamos juntos bebíamos mucho, consumíamos drogas y muchas veces nos caíamos”, ha dicho para justificar uno de los golpes que la mujer presentaba y que vieron los familiares y clientes del bar que regentaba la víctima.
El acusado ha insistido en vincular el consumo de droga de la víctima con las lesiones. Uno de las heridas que tenía la víctima en las costillas se produjo, según versión, cuando ella estaba en la cocina, aunque el golpe, ha añadido, se produjo contra uno de los brazos del sofá. “Ella dijo que no podíamos ir al médico porque estábamos hasta el culo de coca”, ha manifestado. En la causa consta un audio de Whatsapp en el que la víctima afea a su expareja los maltratos. Lo ha leído el fiscal: “Me has guanteado y no me pondrás las costillas como me las has puesto”.
Además de negarlo todo, el acusado hasta ha corregido al fiscal en uno de los golpes, que según el Ministerio Público fue en el ojo. “No se golpeó en el ojo, fue al lado. Pero se le fue hinchando y le salió un hematoma, un chichón. Se tropezó en el ascensor”, ha dicho en el enésimo alegato de la sesión.