Ada Colau a los fondos buitre: “No quiero sus inversiones en Barcelona, con su pan se las coman”

Sandra Vicente

1 de febrero de 2023 19:45 h

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A menos de cuatro meses de las elecciones municipales, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha participado en la cuadragésima edición de 'La alcaldesa responde', una jornada con medios de comunicación organizada anualmente por el Col·legi de Periodistes de Catalunya. Colau ha apuntado que llega al final del mandato “con mucho trabajo hecho, pero con mucho por hacer”, en referencia a las consecuencias todavía “sin resolver” de la pandemia y a la transformación de la ciudad.

Uno de los acontecimientos que marcarán el final de mandato es la renuncia de Jaume Collboni como primer teniente de alcalde y responsable del área de economía del consistorio para dedicarse “libremente” a hacer campaña. Ha asegurado que “la unidad del gobierno se mantiene intacta”, pero sí ha apuntado que, si alguien considera que la unidad está en riesgo, “es Collboni quien debería dar explicaciones”.

Colau se ha reconocido “decepcionada” con la decisión de Collboni, aunque no ha cerrado la puerta a volver a pactar con el PSC en aras de mantener “un pacto de izquierdas para una ciudad de izquierdas”. Así, se ha vuelto a mostrar sorprendida porque el PSC no siga esta línea y Collboni “abra la puerta a pactar con Junts”, un pacto que, según la alcaldesa, “muchos de sus votantes no entenderían”.

Sobre las alianzas políticas, también ha tenido palabras para “proyectos hermanos” del Estado, como es Sumar, de Yolanda Díaz. “Voy a ayudar al 1.000% para que que sea la proxima presidenta de España, pero como alcaldesa”, ha dicho Colau, que ha descartado cualquier posición política a nivel estatal.

Contundente contra los fondos buitre

Colau también ha tratado los presupuestos, que se podrán aprobar finalmente después de un acuerdo al que ERC y el PSC han llegado en la mañana de este miércoles. La alcaldesa celebra el pacto y ha tirado el guante a la Generalitat para que use las cuentas para destinarlas, entre otras cosas, a vivienda. “El Ayuntamiento ha adquirido 47 fincas en la ciudad. Si nosotros podemos hacer esto, ¿qué no podrá hacer la Generalitat con un presupuesto mayor?”, se ha preguntado. Igualmente, ha reclamado de nuevo al Gobierno del Estado que complete la Ley de Vivienda, una herramienta “esencial para controlar la especulación, que es la principal amenaza que tenemos”.

Uno de los asuntos relativos a los presupuestos que afectan a Barcelona es la cesión que ERC ha hecho a la demanda del PSC de volver a poner sobre la mesa el debate respecto a la ampliación del Aeropuerto de Barcelona. Colau se ha mostrado muy contundente al respecto y ha asegurado que esta operación denota “negacionismo climático”. “No hay ningún estudio que demuestre que la ampliación traerá beneficios económicos para la ciudad”, ha dicho sobre una obra que traería 20 millones más de visitantes a Barcelona. “No podemos depender sólo del turismo y se ha demostrado que la masificación es contraproducente”.

En este sentido, Colau ha asegurado que la economía se debe “diversificar” y por eso apuesta por eventos como el la feria audiovisual ISE, que “trae empleos e inversiones de calidad”. Así, ha asegurado que no todas las empresas e inversiones son válidas. “No queremos fondos buitre. No quiero sus inversiones en Barcelona, con su pan se las coman”, ha espetado la alcaldesa, en un arranque de “espontaneidad”. Con esta frase se refería a proyectos como el del Museo Hermitage, que ha definido como “una operación puramente especulativa”.

Seguridad, limpieza y tráfico, los temas de campaña

La campaña electoral estará marcada por algunos temas que ya son recurrentes en las discusiones sobre Barcelona. Algunas de ellas coinciden con las principales preocupaciones de la ciudadanía trasladó en el último Barómetro Municipal: limpieza e inseguridad. Colau asegura que son preocupaciones que la pandemia ha incrementado y ha puesto de ejemplo el botellón, que el pasado verano llegó a preocupar también el consistorio, que decidió cambiar la regulación para poder aplicar la Ley Mordaza para combatir este fenómeno.

En este sentido, Colau ha tenido buenas palabras para la coordinación con el PSC, partido que ostenta las competencias en materia de seguridad, con quien ha conseguido incrementar la presencia policial en Barcelona y que el grueso de delitos en la ciudad disminuyan. Aún así, ha reconocido que “hay fenómenos que trascienden a las ciudades, como el tráfico de drogas”.

Las restricciones al tráfico también es una cuestión que levanta ampollas en el debate sobre la ciudad. Colau ha querido asegurar que no se trata de una operación contra el coche, pero sí que ha resaltado que es necesario reducir la presencia de los vehículos privados en las calles. “No puede ser que supongan el 20% del tráfico y ocupen el 60% del espacio público”. Las superillas son el más claro ejemplo de la apuesta por la pacificación del consistorio de Barcelona, que han supuesto “amenazas por parte de ciertas élites” que “no quieren que el modelo de ciudad cambie”.

Junts y el PSC ya han mostrado abiertamente su oposición a la propuesta de Colau para pacificar la ciudad y, de hecho, el pleno municipal decidió a finales de año parar la aprobación de cualquier otra superilla hasta que no haya un informe independiente que confirme sus beneficios. Es en aspectos como este que se notan los desencuentros entre los dos socios de gobierno, que -todo apunta- se incrementarán a medida que avance la campaña.