“En el mar no hay inmigrantes, hay navegantes y náufragos, y nosotros salvamos vidas en peligro”. Pocas horas después de la llegada del Open Arms a Barcelona con 60 rescatados a bordo, el director de la ONG que lo opera, Óscar Camps, ha cargado con dureza contra los gobiernos como el de Italia o Malta, que niegan el puerto a los buques de salvamento en el mar Mediterráneo. “¿Quién hace cumplir la ley a los países que actúan como porteros de discoteca?”, ha reclamado en una rueda de prensa con autoridades como la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, o el secretario de Inmigración de la Generalitat, Oriol Amorós.
Camps ha agradecido al Gobierno su decisión de abrir el Puerto de Barcelona para que atracara en él el Open Arms, pero ha recordado que esta no es la salida idónea para las entidades humanitarias. “Desde que salimos de la zona de rescate han muerto más de 200 personas”, ha lamentado el activista, dando a entender que podrían haber invertido los cuatro días de travesía hasta la capital catalana en mantener las tareas de salvamento.
En este sentido, ha expresado que “tan rápido como se lo permitan los protocolos”, el Open Arms volverá a emprender sus expediciones. “Seguiremos haciendo lo que sabemos hacer intentando que mueran el mínimo número de personas”, ha zanjado.
Colau ofrece un dispositivo “permanente”
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha dado la “bienvenida” al inicio del acto a los tripulantes del Open Arms, a quienes considera que son “el símbolo máximo de la esperanza” por “hacer lo que deberían hacer los Estados: salvar vidas”. En este sentido, ha pedido al Gobierno que convierta los “gestos” recientes de abrir los puertos de Valencia y Barcelona, para acoger a los barcos Aquarius y Open Arms, respectivamente, en “políticas estructurales”. Así, se ha ofrecido a que el dispositivo de acogida para rescatados en el Mediterráneo sea “permanente” en la capital catalana.
La alcaldesa ha exigido también la misma atención para los 660 migrantes que han llegado el último mes a Barcelona no en barco, sino en autocar, procedentes de las costas andaluzas. “Tanto si llegan por el Mediterráneo como si lo hacen a través de la frontera sur, huyen de la misma miseria”, ha recordado Colau. Los 60 rescatados por el Open Arms contarán con un permiso de residencia de 30 días en España que no se concede a los migrantes que llegan de forma irregular en patera a las costas españolas.
En la rueda de prensa han participado también una comitiva de eurodiputados que iban a bordo del velero Astral, otra de las embarcaciones de la ONG, que se encontraba en este caso en misión de observación y a quienes Italia también denegó la entrada en sus puertos. Se trata de Miguel Urbán (Podemos) Ana Miranda (BNG), Eleonora Forenza (Rifondazione Comunista-Potere al Popolo) y Javi LoÌpez (PSC-PSOE).
Los rescatados, ya en los centros
El barco de la ONG Proactiva Open Arms ha atracado en la terminal C del Puerto de Barcelona poco después de las 11 horas. Allí les esperaba un dispositivo de Cruz Roja que ha movilizado a unas 70 personas entre sanitarios, psicólogos, traductores, asesores legales y transportistas. Lo primero que han constatado estos profesionales es que no había ningún tripulante con enfermedades graves.
Los 60 han ido desembarcando uno a uno, algunos de ellos despedidos entre aplausos, y ya en tierra la Cruz Roja les ha ofrecido un kit de higiene, alimentación y ropa. Acto seguido, la Policía Nacional les ha identificado y les ha informado de su permiso de residencia en España de 30 días para tramitar la petición de asilo.
Sobre las 16 horas han sido finalmente trasladados a los centros de acogida. El principal, para los 50 hombres rescatados, es la residencia deportiva Joaquim Blume de Esplugues de Llobregat. Las cinco mujeres, dos de ellas con hijos, han sido derivadas a centros en Barcelona, mientras que los tres menores no acompañados que también iban al barco se encuentran ya en centros de acogida de menores.