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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El amigo de Laura Borràs la incrimina ante el juez: “Acordamos dividir el trabajo en varios contratos”

Los problemas crecen para Laura Borràs en el juicio por los contratos a dedo en su etapa al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC). El informático amigo de Borràs, Isaías H., ha incriminado a la líder de Junts al confesar que pactaron fraccionar los encargos para no tener que sacarlos a concurso. “Acordamos dividir el trabajo en varios contratos”, ha expresado Isaías H. en su declaración como acusado en el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC).

El tercer acusado, Andreu P., con un papel menor en la causa, también ha confesado y ha explicado que puso su nombre a facturas falsas (que terminó cobrando Isaías H.) por trabajos que en realidad realizó el informático para la ILC.

Las palabras de Isaías H. y Andreu P. hay que enmarcarlas en el acuerdo al que han llegado con la Fiscalía para no entrar en prisión. Ese pacto no ha estado exento de polémica, pues para los abogados de Borràs, Gonzalo Boye e Isabel Elbal, vulnera su derecho de defensa después de tres años de compartir estrategia. En cambio, los abogados de Isaías H. y Andreu P., Marina Roig y Àlex Solà, lo enmarcan en la normalidad de los casos.

Al inicio de su declaración, Isaías H. ha reconocido que toda la acusación de la Fiscalía contra él es cierta. A renglón seguido, ha pasado a explicar algunos detalles, muchas veces respondiendo con un lacónico “sí” las preguntas de la fiscal Assumpta Pujol. Ha sido parco en palabras, pero suficiente para dejar contra las cuerdas a Borràs.

Según Isaías H., él y Borràs acodaron “un contrato de trabajo encubierto” para encargarse de la gestión de la web de la ILC. Ese contrato encubierto consistía en fraccionar en contratos menores (a dedo) todo el trabajo informático para la ILC para no tener que sacarlo a concurso público. En conjunto, los 18 contratos a dedo bajo sospecha adjudicados a Isaías H. por Borràs ascienden a 335.700 euros.

Los “trapis” con los que empezó el caso

Aunque durante el juicio apenas se han dirigido la palabra, Isaías H. y Borràs se conocen desde hace años: su primer contacto fue en 2008 en un concurso literario del que la presidenta suspendida del Parlament era jurado y que el acusado ganó. Después compartieron grupo de investigación sobre literatura digital y clases en la Universidad de Barcelona.

En 2017, las cosas empezaron a torcerse. En el marco de unas pesquisas por tráfico de drogas contra Isaías H., los Mossos interceptaron una llamada del acusado en la que se refería a Borràs como “la jefa” y confesaba que facturaba “unos trapis” a través de la ILC. Seis años después, el caso ILC ha llegado a juicio.

Yo tengo una de marrones, buff. Yo con la Borràs, con la jefa, yo facturo con la cooperativa, yo facturo unos trapis por allí. Lo jodido es si la Borràs deja de ser directora [de la ILC]

Isaías H. ha reconocido la veracidad de la conversación y ha asegurado que se trataba de un “contexto coloquial”, si bien ha terminado por admitir que la charla versaba sobre “la manera como se presupuestaba y facturaba”. “Era sobre todo lo que estamos hablando hoy aquí”, ha apostillado al cierre de su interrogatorio por parte de la fiscal Assumpta Pujol.

El informático ha descrito con más detalle la mecánica de un fraude en el que, ha insistido, actuó recibiendo “instrucciones” de Borràs. Para cada encargo, Isaías H. ha explicado que entregaba tres presupuestos a la ILC, si bien dos de ellos eran meras “comparsas” elaboradas por él mismo para enmascarar que los trabajos serían para él. “¿La señora Borràs sabía que se elaboraban estos presupuestos?”, ha inquirido la fiscal. “Sí”, ha respondido Isaías H.

En todo este proceso de presupuestos “comparsa”, ha abundado Isías H., siguió las indicaciones de Borràs. Según el informático, su amiga le llegó a concretar las empresas a cuyo nombre tenía que presentar las falsas ofertas a la ILC. El presupuesto ganador iba acompañado de la expresión “ok” mientras que los otros dos, los denominados “comparsa”, según Isaías H., venían seguidos de un “no ok”. “Yo hacía los presupuestos y los enviaba por correo electrónico a la señora Borràs, normalmente a su 'gmail'”, ha apostillado Isaías H.

La defensa de Borràs pregunta por la toxicomanía de Isaías H.

Pese a que Isaías H. ha contestado a las preguntas solo de la fiscal y de su defensa, el presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, ha permitido a los abogados de Borràs verbalizar las preguntas que hubieran formulado al acusado. La abogada de Borràs, Isabel Elbal, ha insistido en preguntas sobre la estrategia común de defensa que mantenían antes de que Isaías H. pactara con la Fiscalía, pero Barrientos las ha cortado al no formar parte de los hechos sobre los que versa el juicio.

Barrientos sí ha autorizado algunas preguntas sobre la adicción a las drogas que Isaías H. sufría en el momento de suscribir los contratos con la ILC, ya que su propia defensa pide una atenuante (esto es, una rebaja de pena) por toxicomanía. Elbal ha formulado una batería de preguntas sobre cuántas drogas consumía Isaías H., que el tribunal ha permitido, si bien Barrientos, visiblemente molesto, ha cortado en seco las preguntas de la abogada cuando ha inquirido sobre si el informático “engañó” a los médicos para que le proporcionaran metadona para desintoxicarse mientras seguía consumiendo sustancias.

A preguntas de su abogada, Marina Roig, Isaías H. ha reconocido que tuvo una adicción a las drogas, que le llevó a encargar más sustancias en el internet profundo y a falsificar moneda para obtener el dinero para pagarlas. Esa causa terminó en una condena de conformidad en 2019. “Y antes, como ahora, acepto mi responsabilidad”, ha sentenciado Isaías H.

El tercer acusado también confiesa

La soledad de Borràs en el juicio se ha evidenciado más si cabe con la declaración del tercer acusado, Andreu P., a quien la Fiscalía pide tres años de cárcel. Andreu P. ha reconocido al tribunal que presentó a su nombre a la ILC, por indicación de Isaías H., facturas por trabajos que en realidad realizaba el informático, y que después le transfería el dinero. Era una manera de que los contratos a dedo se adjudicaran a distintas personas o empresas, si bien el dinero terminaba en las cuentas de Isaías H.

A diferencia de Isaías H., Andreu P. no tenía relación alguna con Borràs (se han conocido en el juicio), y en cambio, sí conocía desde la adolescencia al informático, por lo que confió en su amigo cuando le propuso que su nombre apareciera en los presupuestos.

Ambos acusados se han expresado en similares términos ante el tribunal. “Le expliqué a Andreu si estaba de acuerdo en participar en dos presupuestos, dijo que sí, y en algunos otros hasta puse su nombre sin su consentimiento”, ha relatado Isaías H. “Yo le indiqué los conceptos y precios a facturar”, ha terciado el informático.

Andreu P. ha corroborado la versión de Isaías H.: “Me dijo que no hiciera caso de los conceptos o los precios porque solo eran orientativos, luego lo que había en la factura era totalmente diferente”.

Isaías H. avala los correos

El de Isaías H. no es el primer pacto parcial que se da en causas de corrupción. Ocurrió en el reciente juicio por la trama de pisos turísticos de Ciutat Vella. En el caso Palau, Millet y Montull también llegaron a un acuerdo con la Fiscalía para ver rebajadas sus penas que no suscribieron todos los acusados, entre ellos los directivos de Ferrovial, que al final terminaron absueltos.

Con una condena anterior por tráfico de drogas y falsificación de moneda de cinco años de cárcel suspendida a condición de no delinquir, Isaías H. no ha querido asumir riesgos y ha priorizado un pacto que le evite la prisión. Más aún teniendo en cuenta la abundante prueba en su contra de la que dispone la Fiscalía, que una vez termine el juicio le rebajará la petición inicial de seis años de cárcel.

Esa prueba, basada en correos electrónicos, audios y varios documentos, es la misma que en el caso de Borràs, a quien las fiscales también piden seis años de cárcel por falsedad documental y prevaricación. La líder de Junts afronta ahora en solitario el intento de anular los correos que la incriminan, que según su defensa se incorporaron a la causa sin orden judicial que lo permitiera y con la cadena de custodia rota.

La cuestión es fraccionar

Además de incriminar a Borràs, Isaías H. ha avalado la autenticidad de los correos electrónicos que la líder de Junts busca anular al admitir que los mensajes que los Mossos extrajeron de su ordenador son los que forman parte de la causa.

“Hola Isaías (...) En cuanto a los temas pendientes: el presupuesto tiene que quedar detallado como si fuerais profesionales independientes para los totales que no se pueden superar, como sabes, los 18.000 + IVA. Si ven que lo que se ha hecho es fraccionar un encargo completo en diversos paquetes es cuando entonces piensan que hay una infracción. La cuestión es fraccionar, pues, cada uno de los conceptos para que quede claro que son como partes que hay que ir ensamblando conjuntamente”, asevera Borràs en uno de los correos incautados.

Sobre las cadenas de correos, Isaías H. ha manifestado que muestran que él solo siguió las “instrucciones” de Borràs. Preguntado por la fiscal sobre cómo los Mossos accedieron a su correo, Isaías H. ha explicado que durante los registros en su casa él tenía el ordenador abierto, por lo que no fue necesario que proporcionara a la policía ninguna contraseña. Borràs declarará al final del juicio.