El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha rechazado adelantar las elecciones tras el portazo de Junts y ha abogado por buscar “grandes consensos” para “asegurar la estabilidad de las instituciones”. “Continuaré gobernando, no abandonaré a la ciudadanía”, ha proclamado antes de dar por empezada “una nueva etapa”.
La militancia de Junts ha decidido, por un 55% de los votos, romper con ERC y abandonar el Ejecutivo apenas un año y tres meses después de arrancar la legislatura. De las palabras de la presidenta del partido, Laura Borràs, tras conocerse los resultados de la votación se desprende que Junts hará una oposición dura: “Hoy Junts gana y Pere Aragonès pierde, su Govern ha fracasado”.
Aragonès ha seguido desde el Palau, acompañado de un núcleo de dirigentes de confianza, la decisión de Junts, y en paralelo ha empezado a idear la confección de un nuevo Govern tras la salida de los siete consellers de Junts. El anuncio de los nuevos consellers se realizará en los próximos días, con la intención de cerrar rápido la crisis y afrontar el nuevo escenario, con un Govern de ERC en solitario con solo 33 de los 135 diputados del Parlament.
En una comparecencia extraordinaria desde la galería gótica del Palau de la Generalitat, Aragonès ha reprochado a su antiguo socio la salida del Govern. “A la ciudadanía no se la sirve abandonando responsabilidades y yo no lo haré, no abandonaré a la ciudadanía”. El nuevo Govern, ha pronosticado Aragonès, estará “compactado al 100%” y permitirá “sacar adelante lo que queda de legislatura”.
Con todo, a pregunta directa de la prensa, Aragonès ha evitado confirmar que el nuevo Ejecutivo tenga únicamente consellers de ERC, abriendo así la puerta a la entrada de independientes.
El portazo de Junts es el último episodio, el más definitivo, de las malas relaciones entre los dos partidos, en pugna abierta por la hegemonía independentista. El divorcio se ha consumado tras plantear Junts un ultimátum a la vuelta de vacaciones y exigir a Aragonès unidad de acción en Madrid, limitar la mesa de diálogo a la amnistía y autodeterminación y crear un espacio de coordinación independentista. La negociación no ha dado fruto y se ha consumado la ruptura en el Govern.
A lo largo de la crisis, Aragonès ha dado un único golpe de autoridad al cesar al vicepresidente, Jordi Puigneró, por no haberle informado de la cuestión de confianza que Junts propuso en el debate de política general. Por contra, ha elogiado la labor del resto de consellers de Junts que ahora deberán abandonar el Ejecutivo. “Respeto la decisión de Junts pero no la comparto”, ha apostillado. Las bases de Junts ya habían dictado sentencia.