La primera jornada del debate de política general ha agudizado el conflicto entre ERC y Junts. Los posconvergentes siguen sin aclarar si saldrán del Govern, pero este martes amenazaron al president de la Generalitat, Pere Aragonès, con reclamarle una cuestión de confianza. La última exigencia de Junts ha causado enfado y hastío en el Palau de la Generalitat. Este miércoles por la tarde el Govern se ha reunido de forma extraordinaria durante más de dos horas. Aragonès tiene previsto comparecer esta noche tras un encuentro con el secretario general de Junts, Jordi Turull.
Según ha informado Junts, en la reunión de Govern sus consellers han secundado la petición de cuestión de confianza y han apostado por “el cumplimiento” del acuerdo de legislatura “para garantizar la estabilidad y lealtad” del Ejecutivo. El partido sale así al paso de las discrepancias internas sobre su continuidad en el Govern, de la que algunos de sus consellers sí son partidarios en contraposición a dirigentes como Laura Borràs.
Durante el cónclave, Aragonès ha preguntado a cada uno de los consellers de Junts si conocían y comparten la cuestión de confianza planteada por su partido. El vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, y los consellers de Junts han querido mostrar una imagen de unidad llegando juntos al Palau de la Generalitat minutos antes de la reunión extraordinaria del Consell Executiu. Antes han comido con la cúpula del partido –Laura Borràs, Jordi Turull, Albert Batet y Josep Rius– para preparar la reunión.
En el equipo de Aragonès se considera que la amenaza de una cuestión de confianza por parte de Junts supone retirar la confianza tanto al actual Govern como al president, en lo que supone un paso más en la división entre los dos socios de la Generalitat. Fuentes de la Presidencia señalan que Aragonès no tiene ninguna intención de presentarse a una cuestión de confianza, que tal y como marca el reglamento del Parlament solo puede celebrarse a instancias del president.
En su réplica de anoche tras el último órdago de Junts, Aragonès ya dejó claro que no pensaba someterse a una cuestión de confianza para no fomentar la “interinidad” de las instituciones, al tiempo que por primera vez invitó a Junts a “tomar decisiones” sobre su continuidad en el Govern tras varios meses de escalada de tensión entre los dos socios.
De las palabras del president se desprende que no será Aragonès quien pulse el botón rojo de la expulsión de los consellers de Junts y que será el partido que comandan Jordi Turull y Laura Borràs quien deba tomar la decisión. Junts puede marcar los tempos de la crisis ya que el partido se comprometió a consultar a la militancia sobre una eventual salida del Govern.
Las mismas fuentes definen la convocatoria extraordinaria de Aragonès como “una respuesta a la amenaza de Junts” y no esconden su enfado con sus socios. En línea con lo planteado por el president este martes en el Parlament, su equipo en el Palau se sacude la presión lanzada por Junts y instan a sus socios a decidirse: “Los que han hablado de ultimátums o amenazan con cuestiones de confianza son los que tienen que dar respuesta y decidirse”
“Es fundamental el respeto institucional y que el Govern esté al 100% para abordar la situación económica, social y para resolver el conflicto político”, apostillan desde Presidencia a pocas semanas de que el conseller de Economía, Jaume Giró (Junts), uno de los partidarios de seguir en el Ejecutivo, presente los presupuestos par 2023.
Socios en crisis permanente
Lo que se vive estos días es el último episodio de una crisis entre los dos partidos independentistas, socios de Govern y a la vez rivales para alcanzar la hegemonía en el sector soberanista. Ambos partidos no han cerrado las heridas que dejó el otoño soberanista de 2017 y a día de hoy sus estrategias políticas son opuestas: mientras ERC ha guardado en un cajón la vía unilateral y apuesta por el diálogo y la acumulación de fuerzas para lograr la independencia, Junts comparte objetivo final pero lo fía a una táctica de confrontación con el Estado.
La falta de confianza entre socios ya se hizo evidente en la formación de Govern de Aragonès, constituido casi al límite del plazo legal ante la falta de acuerdo entre ERC y Junts. Un año y medio después los socios no han resuelto sus discrepancias, hasta el punto de que Turull entonó a principios de septiembre un “así no podemos seguir” que sonó a tambores de crisis de Govern.
En su intervención de este martes en el debate de política general, el portavoz de Junts, Albert Batet, insistió en reclamar al president “garantías y concreciones” para cumplir tres condiciones del acuerdo de Govern que, a su juicio, ERC está orillando: limitar la mesa de diálogo a autodeterminación y amnistía, crear un órgano de coordinación soberanista y unidad de acción en Madrid. Aragonès se mostró abierto a la negociación, siempre que no afectara la estabilidad del Govern.
Con estos mimbres, fuentes de presidencia consultadas por elDiario.es han confirmado que Aragonès ha suspendido sus visitas previstas a dos localidades de la Catalunya central y se quedará este miércoles en el Palau, donde mantendrá varias reuniones. También han suspendido sus respectivas agendas el vicepresident y conseller de Territorio, Jordi Puigneró (Junts), y la titular de Presidencia, la republicana Laura Vilagrà.
El viernes, votaciones del debate
Pese a compartir Govern, ERC y Junts no han presentado de forma conjunta sus propuestas de resolución del debate de política general que se votarán el viernes. Hasta ahora era habitual que los socios del Ejecutivo acordaran propuestas de resolución sobre todas las cuestiones, incluido el eje independentista, pero en esta ocasión han presentado sus iniciativas sobre este asunto por su cuenta y solo han pactado las sectoriales.
La petición para una cuestión de confianza de Aragonès será una de las centenares de resoluciones que se votarán. La CUP ha planteado que la Cámara inste a Aragonès a someterse a una cuestión de confianza después de que el president se negara a presentarla al dar por roto el pacto de investidura con los anticapitalistas por su negativa a aprobar los presupuestos de 2022. En cualquier caso, la moción de la CUP obligará a posicionarse a toda la oposición.
El nuevo episodio de la crisis entre socios ha marcado las declaraciones políticas de este miércoles. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, ha seguido la estela de Aragonès y ha mantenido que Junts tiene “muchas decisiones pendientes” por tomar, además de criticar que las esté “externalizando” en el Govern. “Junts tiene que decidir qué quiere hacer con el Govern y respecto al acuerdo de claridad [planteado el martes por Aragonès]”, ha insistido Rovira en una entrevista en TV3.
Por su lado, en una entrevista en la Agència Catalana de Notícies (ACN), la presidenta de Junts, Laura Borràs, ha esquivado aclarar si los consellers posconvergentes saldrán del Govern y ha trasladado la presión a los republicanos: “¿Si ERC no está cumpliendo los compromisos, por qué la pregunta no es si ERC sale del Govern?”.
La oposición ha constatado la nueva crisis en el Govern. El jefe de la oposición, Salvador Illa, ha lamentado la “autoreferencialidad” de ERC y Junts en el debate y que ambos partidos “hablaran más de sus problemas que de los de la gente”. “El Govern entró débil al debate y salió más débil”, ha apostillado Illa en declaraciones a SER Catalunya. “En estos momentos no sabemos si Catalunya tiene Govern”, ha valorado el portavoz de los comuns, David Cid.