El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido esta semana modificar su criterio para facilitar que se utilice por fin un bloque de viviendas público que lleva casi tres años vacío, en un caso que desveló elDiario.es a finales de 2023.
El edificio estaba inicialmente destinado a alojar vecinos afectados por la reforma urbanística del barrio de Vallcarca, situado en el distrito de Gràcia. El Consistorio alegó en diversas ocasiones este motivo —la última vez, hace apenas 10 días— para justificar que no se estuviera dando uso a un bloque que costó 2,8 millones y que cuenta con 14 viviendas sin estrenar desde hace casi tres años.
“El bloque tiene una calificación urbanística que define que su uso definitivo tiene que ser para realojamientos de afectaciones urbanísticas”, señalaban desde el equipo municipal el pasado 5 de diciembre a preguntas de este medio.
El martes, sin embargo, el consistorio anunció que finalmente se destinarán nueve de esos 14 inmuebles a solicitantes de vivienda protegida del distrito de Gràcia. Los pisos se adjudicarán “durante el primer trimestre” de 2025, según el Ayuntamiento.
Respecto a las otras cinco viviendas libres del bloque, tres se reservarán para afectados urbanísticos de la remodelación del barrio. En los otros dos se alojarán sendas familias de otro edificio cercano que ha comprado el consistorio y en el que prevé construir 30 nuevas viviendas de protección oficial.
Preguntados por el cambio de criterio, el Ayuntamiento señala que ahora se ha “cuantificado” el número de afectados por los planes de remodelación urbanística del barrio de Vallcarca y se ha concluido que se pueden destinar nueve de los pisos a solicitantes de vivienda protegida.
“Debíamos resolver trámites”, responden desde el Gobierno municipal. Explican que, antes de poner esos pisos a disposición de la ciudadanía, debían ofrecerlos a los vecinos afectados por la reforma del barrio de Vallcarca que ya estaban alojados provisionalmente en otro bloque público del Ayuntamiento situado a pocos metros de ahí.
La construcción del bloque que finalmente se utilizará ahora se planteó por primera vez en 2002 y fue encadenando demoras de todo tipo durante lustros, en un caso que ilustró la falta de eficiencia en un proyecto de vivienda pública por parte del consistorio barcelonés.
La obra no se entregó hasta la primavera de 2022 y, desde entonces, ha permanecido sin utilizarse y con vigilancia privada las 24 horas del día para evitar ocupaciones.
Desde la asociación vecinal Som Barri de Vallcarca, que lleva años reclamando que se le dé algún uso al edificio, han acogido la noticia con recelo. “¿Por qué durante todo este tiempo la única respuesta era que estaba destinado a las realojadas del Plan Urbanístico? ¿Qué fórmula han encontrado ahora, tan rápidamente, para poderlas destinar a vivienda protegida?”, se preguntan. “La experiencia previa nos lleva a desconfiar”, remachan.
El edificio, que ocupa un total de 1.862 m2, da, por un lado, a la avenida República Argentina y por otro a la avenida Vallcarca, en el distrito de Gràcia. El piso más pequeño mide 67 m2 y el más grande 105 m2. Cinco de los inmuebles cuentan con dos dormitorios dobles, el resto tiene tres habitaciones dobles y ocho de ellos también disponen de una terraza.
Todos ellos cuentan con ventilación cruzada, iluminación natural, un trastero y una zona comunitaria de más de 420 m2. En una de las fachadas también hay un local a pie de calle que tampoco tiene ningún uso actualmente.
Desde estos pisos, todavía vacíos a día de hoy, se divisa un asentamiento de casi medio centenar de chabolas ocupadas por vecinos que viven desde hace años en condiciones infrahumanas a pocos metros del bloque.