Barcelona elimina una línea de bus de Google Maps para evitar su masificación turística: “Nos reímos pero es efectivo”
Barcelona ha borrado del mapa literalmente uno de sus autobuses. Después de años de quejas de los vecinos de los alrededores del Park Güell, que veían cómo los turistas colapsaban el bus de barrio 116, el Ayuntamiento ha dado con una solución inaudita: lo ha eliminado de los itinerarios recomendados de Google Maps. Y, de un día para otro, la marabunta de visitantes se ha esfumado.
“Al principio nos reímos, nos pareció un esperpento, como poner puertas al campo”, describe Cesca Sánchez, de la Asociación de Vecinos Park Güell, La Salut y Sanllehy. “Pero estamos alucinando porque la medida está siendo efectiva”. Desde que hace unos días la línea 116 desapareciera del buscador del mapa de Google, los turistas ya no saturan el autobús y este medio de transporte público vuelve a ser de los vecinos, asegura.
Sobre las 13.00 horas de este jueves, Luz López, de 75 años, aguarda la salida del bus en la parada inicial, en la calle Escorial. “Antes iba tan lleno que los vecinos no lo podían coger, a veces se quedaba gente con el bastón esperando al siguiente bus porque no había sitio”, relata. “Tengo unos amigos que ya no esperaban el bus porque iba a siempre tope y se iban andando”, señala.
El 116 es lo que se conoce como un bus de barrio. Algo más grande que una furgoneta y con capacidad para unas veinte personas. Al aparecer en Google Maps como uno de los medios de transporte para acceder al Park Güell, los grupos de turistas lo llenaban desde el inicio y el vehículo perdía su función principal, que es trasladar a los vecinos por zonas con pocas conexiones de transporte y de difícil acceso.
Pero este jueves al mediodía, a diferencia de los últimos años, el 116 sube por las cuestas del barrio de La Salut con tan solo una decena de personas a bordo. Al llegar al Park Güell se abre camino por unas calles repletas de turistas, pero al llegar a la parada del parque ninguno de ellos se monta y el autobús continúa su ruta con solo tres pasajeros. “Ha sido desaparecer de Google y cambiar radicalmente”, constata el conductor del vehículo, familiarizado con el “cabreo” recurrente de los vecinos.
Desde la asociación vecinal, Sánchez asegura que el colapso además se daba todo el año, no solo en verano, y se veía agudizado los fines de semana, cuando el bus baja su frecuencia. “Era más normal que te quedaras fuera que entrar”, resume.
Las entidades de vecinos llevaban protestando por este motivo desde hacía años sin conseguir una solución eficaz. Una de las medidas que adoptó el Ayuntamiento fue aumentar la frecuencia de este bus, hasta el punto de que era el bus de barrio con más vehículos en circulación de la ciudad. Pero ni así se impedía que acabara tomado por los visitantes extranjeros.
La intención de retirarlo de internet la dejó caer en una comisión del Ayuntamiento el concejal de Seguridad y Convivencia, Albert Batlle. Preguntado por la masificación de ese itinerario, aseguró en febrero que estaban trabajando para “eliminarlo de las herramientas de enrutamiento y de otras referencias de internet”.
“Es evidente que el 116 está saturado pese a ser el autobús de barrio con más dotación de vehículos”, constataba el edil Batlle. En esa comisión municipal descartó habilitar buses lanzadera, como reclaman algunos vecinos, al entender que solo tienen sentido en eventos puntuales.
Desde entonces, el consistorio no ha dado más información sobre sus planes. Sin embargo –y sin avisar a los vecinos– el itinerario recomendado ha desaparecido de Google Maps. “Se está trabajando para mejorar la movilidad en [el barrio de] La Salut tal como se comprometió el Ayuntamiento”, se limitan a afirmar desde el gobierno local, que añaden que ya darán cuenta de todas las políticas adoptadas para descongestionar la zona de turistas cuando estén en marcha y consolidadas.
Alfredo, de 65 años y vecino de la zona, también ha notado el cambio. “Al principio, hace años, lo cogía aquí mismo y éramos los cuatro vecinos del barrio… Como ahora”, celebra. Recuerda este jubilado que hasta hace poco solía ser también habitual ver cómo el bus se paraba a media cuesta para descargar pasajeros, porque iba demasiado lleno. Lo corrobora el conductor: “Ocurría solo con los buses más viejos, que se usan en caso de emergencia. A mí me había pasado de tener que bajar a gente porque el bus no subía”.
Transcurridos pocos días desde que se empezó a notar la mejora, muchos vecinos, cansados de la masificación turística de la zona, se muestran prudentes antes de celebrar el cambio. No vaya a ser que los turistas descubran el itinerario por otras vías, aunque no hay referencias al 116 tampoco en las páginas oficiales del Park Güell ni en algunas de las webs turísticas más visitadas.
Los vecinos temen también que ahora se saturen las líneas 24 y V19, que dibujan itinerarios parecidos. Pero los conductores de esas rutas consultados por elDiario.es aseguran que la mayor afluencia registrada estos días es soportable, puesto que son buses de la red convencional, con más capacidad de carga.
Cesca Sánchez, que lleva unos ocho años reclamando la descongestión del 116, no se lo acaba de creer. Recuperar este medio de transporte supone una pequeña victoria para los vecinos de un barrio de calles empinadas y aceras estrechas tomado por el turismo, donde la mayoría de comercios han sido sustituidos por tiendas de souvenirs. La activista bromea: “La siguiente propuesta que haremos será quitar de Google Maps el Park Güell entero”.
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