Barcelona, nueva base de operaciones de piratas informáticos israelíes
Barcelona se ha convertido en la nueva base de operaciones de los equipos de piratas informáticos israelíes. Así lo ha desvelado una investigación del periódico israelí Haaretz, que ha identificado a al menos tres equipos de piratas informáticos especializados en hallar vulnerabilidades de dispositivos móviles que operan desde la capital catalana.
Israel es uno de los principales líderes mundiales en materia de ciberseguridad, solo superado por Estados Unidos, Rusia y China. Además de su uso militar, empresas del país como NSO Group venden productos espías a gobiernos de todo el mundo, como el 'software' intrusivo Pegasus, que permite acceder a todo el contenido del teléfono móvil de la persona espiada y que ha sido usado por varios países para espiar a sus rivales políticos o activistas.
Según la investigación del rotativo israelí, el traslado de los 'hackers' a Barcelona y a otras ciudades de España se ha producido en el último año y se explica por las restricciones y la inestabilidad en su país de origen debido a la invasión de Gaza y a las incursiones militares de Israel en Líbano.
Los piratas informáticos que se mudan a Barcelona forman parte, explica Haaretz, de una nueva tendencia en la industria de la ciberseguridad, consistente en la investigación de vulnerabilidades de los teléfonos móviles y aparatos informáticos. Es decir, más que en programas espías como Pegasus, la industria ahora se especializa en encontrar las brechas para atacar los dispositivos.
Según Haaretz, uno de los equipos que ahora trabaja desde Barcelona está formado por exempleados de BlueOcean, una empresa de ciberseguridad ofensiva con sede en Singapur y propiedad de un exoficial de la Fuerza Aérea israelí. Otro equipo, agrega el rotativo, está dirigido por el primer investigador del NSO Group, creador de Pegasus, quien se trasladó a España hace más de un año y fundó la empresa Defense Prime.
Aunque parte de estas empresas están registradas en Estados Unidos, la mayoría de los empleados de la empresa, revela Haaretz, son veteranos de empresas cibernéticas israelíes. Desde la fundación de la empresa, 60 israelíes se han trasladado a España para trabajar en la oficina de Barcelona.
Varias empresas israelíes de ciberseguridad han cerrado a raíz de los cambios en la regulación israelí, que ahora ha impuesto más controles la industria local. Exintegrantes de estas firmas ahora forman parte de nuevas sociedades especializadas en las vulnerabilidades cibernéticas, que venden los productos que detectan brechas a las empresas que comercializan los productos espías a los estados o a las agencias gubernamentales.
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