La Barcelona de hoy es hija de la de 1992. Pocos niegan que los Juegos -“a la ville de...”- auparon la capital catalana al Olimpo de las ciudades más atractivas del mundo, con la encendida del pebetero por parte del arquero Antonio Rebollo como clímax iconográfico de toda una época. Pero nadie se percató entonces que la flecha en llamas erró en su objetivo. La cara B de la escena que dio la vuelta al mundo, y que nos recuerda que las Olimpiadas y la Barcelona que emergió de ellas tuvo algo de espejismo, es una foto prohibida. Y no es la única.
El fotógrafo y editor Ricard Feriche ha recopilado más de un centenar de fotos incómodas y comprometidas para la ciudad en el libro Barcelona. Fotos (prohibidas). Su idea inicial era hacer una selección de fotos realmente prohibidas, es decir, censuradas a lo largo de la historia de la prensa local, pero al final optó por publicar un compendio de las imágenes más inconvenientes para la llamada Marca Barcelona. De la corrupción a la pobreza, de las cargas policiales a los manteros. La fotogalería en negativo de una ciudad de postal.
El pasado que vuelve sobre los políticos
En plena era de las redes sociales, el pasado persigue a los políticos en forma de tuits. Pero no siempre ha sido así: las fotos también han ejercido históricamente esta función. El abrazo entre Iñaki Urdangarin y Félix Millet en 2005, es hoy una prueba de hasta qué punto se corrompieron las élites políticas e institucionales en Catalunya. 15 años de pena de cárcel entre uno y otro en una instantánea que en aquella época no debió sorprender a ni un solo lector.
Otro simpático ejemplo del pasado que te vigila desde una foto es el de la pareja supervivienda: Ada Colau, actual alcaldesa de Barcelona, y Adrià Alemany, responsable de Relaciones Institucionales y Políticas de BComú, se paseaban en 2007 disfrazados por la ciudad con el lema “no tendrás casa en la puta vida”. En la actual Barcelona de la burbuja del alquiler, esa foto de Marc Javierre les recuerda a ambos políticos que todavía no han conseguido que ese lema deje de ser vigente.
La Barcelona de la violencia policial
Las imágenes de la Barcelona de la violencia policial no es que sean precisamente desconocidas o censuradas, bien al contrario, han copado portadas de periódicos y telediarios quizás con demasiada frecuencia en los últimos años. Feriche recoge desde la icónica instantánea de una carga de los grises en Passeig Sant Joan, de Manel Armengol (1976), hasta la foto de Robert Bonet que encabezó la galería que publicó eldiario.es el pasado 1 de octubre, pasando por cargas de los Mossos d'Esquadra durante movilizaciones como el 15-M o las huelgas generales.
La ciudad realmente prohibida
En muchas de las imágenes recuperadas por Feriche, lo realmente prohibido es la escena que se retrata. Es especialmente sugerente la de Esteban, un conocido transeúnte que se paseaba no hace tanto desnudo por el centro, hasta que Barcelona vetó el nudismo en sus calles el 30 de abril de 2011. Otras escenas, como la de los manteros en el Paseo Marítimo o la prostitución en los alrededores del Camp Nou, retratan esa ciudad que lucha por su supervivencia al margen de la ley.
La exclusión a lo largo de la historia
Abarcando escenas de la Barcelona de los últimos 50 años, el libro aporta también pinceladas de las formas que la exclusión social ha adoptado a lo largo de la ciudad. Destaca la sensibilidad de Pep Cuntíes a la hora de retratar a las prostitutas en habitaciones y meublés del Raval, un barrio muy presente en toda la selección gracias al trabajo de otro fotógrafo a los que gustaba pisar la calle, Joan Colom.
La lucha por la liberación sexual de los 70, los afectados por la crisis de los 80, los okupas de los 90 o las personas sin hogar en pleno siglo XXI son parte de la cronología de una Barcelona que ha habitado en los márgenes del sistema, y que ha encontrado siempre alguien que la retratara para que no quede en el olvido.