Por primera vez en 20 años, la contaminación en Barcelona no superó los valores máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en ninguna de las estaciones de la ciudad que miden la calidad del aire. Los niveles de dióxido de nitrógeno (vinculado al tráfico de vehículos) cayeron a mínimos históricos durante 2020, un año en el que la movilidad se redujo sobremanera en la ciudad por culpa de la pandemia.
El portal Contaminació Barcelona ha publicado este lunes sus resultados de 2020 y muestra que la contaminación por NO2 cayó un 28% en las estaciones de tráfico y un 25% en las llamadas estaciones de fondo, situadas en calles donde el humo de los coches no afecta de manera tan directa a los medidores. También la contaminación por partículas PM10 se redujo a mínimos históricos aunque la caída no fue tan pronunciada y sí que se superaron los niveles que recomienda la OMS en las mencionadas estaciones de tráfico, situadas en dos calles muy transitadas.
El propio estudio admite que los datos registrados en 2020 son “excepcionales” debido a la irrupción del coronavirus y señala que, para seguir cumpliendo con los valores recomendados, el tráfico debería reducirse un 12% respecto a los niveles anteriores a la pandemia para garantizar que se cumple con los valores establecidos por la Unión Europea. Para contextualizarlo: el volumen de tráfico debería ser, como mucho, ligeramente superior al que se ha registrado entre setiembre y diciembre de 2020, cuando muchos barceloneses seguían trabajando en sus casas, buena parte de la restauración se mantenía cerrada y el turismo era prácticamente inexistente en la ciudad.
Respecto al ruido, el estudio de 2020 también revela que se llegó a reducir un máximo de 4,9 decibelios, llegando en algunas semanas a niveles por debajo de lo que recomienda la OMS. Con todo, el informe señala que los niveles de ruido se han recuperado “rápidamente” en la ciudad a medida que la población salió del confinamiento total a finales de primavera. El anuario recuerda que, según los últimos datos disponibles (2017), el 57% de los barceloneses vive por encima de los niveles de ruido recomendados.
El informe concluye que la pandemia ha generado una crisis de confianza “sin precedentes” en el transporte público por el miedo a contagiarse. Si se compara con los valores anteriores a la pandemia, el uso de esta red de transporte se ha reducido un 54% y no se prevé que se recupere durante 2021.
Las predicciones auguran que este año el uso del transporte público se situará entre el 68 y el 80% respecto a los niveles anteriores a la irrupción del coronavirus. “Los bajos niveles de uso han comportado una crisis económica que puede poner en riesgo el sistema de transporte en su conjunto y las inversiones comprometidas para la mejora de la red”, sostiene el anuario.