Un estudio de la Asociación de Promotores y Constructores de Cataluña (APCE) cifra en 658.000 euros el precio medio de venta de la vivienda de obra nueva en la ciudad de Barcelona, lo que supone más del doble de lo que se paga por un inmueble nuevo en Catalunya, que cuesta unos 298.000 euros.
Este análisis, elaborado en colaboración con BCF Consultors, se nutre de datos de los 947 municipios catalanes, donde se han detectado un total de 1.214 promociones de obra nueva que suman 5.813 pisos, el 40% de ellos a la venta.
En Catalunya se paga de media esos 298.000 euros por una vivienda nueva con una superficie de 101,8 metros cuadrados de promedio, lo que sitúa el metro cuadrado en 2.821 euros.
En la capital catalana hay un total de 136 promociones de vivienda en marcha -con el Eixample, Gràcia, Sant Andreu y Sant Martí como distritos más activos- que suponen un total de 1.989 pisos, aunque solo están a la venta 832.
El precio medio de los inmuebles nuevos que se ponen a la venta en Barcelona es de 658.000 euros, un 32% por ciento más que el calculado por los promotores catalanes en 2017, aunque la superficie media de los pisos en venta también es mayor: 90,6 metros cuadrados de media, frente a los 79 metros cuadrados del año pasado, un 14,7% más.
El precio de venta por metro cuadrado útil se ha incrementado por tanto un 8,5% en la capital catalana, al pasar de 6.291 euros por metro cuadrado a 6.823 euros, según los datos del estudio.
Por distritos, el que experimenta un mayor incremento es el de Nou Barris, con un 43% de incremento, hasta los 3.939 euros por metro cuadrado, si bien APCE ha recordado que solo incluye una muestra de 13 pisos en ese distrito, lo que puede distorsionar el precio total al que se sitúa la obra nueva en ese distrito.
El más caro es el de Sarrià-Sant Gervasi, con 9.083 euros por metro cuadrado, un 6,7% más que en 2017, y crecen a dos dígitos distritos como Les Corts, Sants-Montjuïc, Eixample y Horta-Guinardó.
En cualquier caso, el presidente de la Asociación de Promotores de Catalunya (APCE), Lluís Marsà, ha subrayado que la capital catalana tiene una superficie “seis veces inferior” a la de Madrid, y ha recordado que hay muy poca oferta de vivienda nueva en Barcelona en comparación a la demanda existente, lo que influye en los precios, ha añadido.
En la primera corona metropolitana de Barcelona, el precio de venta medio de una vivienda nueva se sitúa en 349.000 euros por unos 97,5 metros cuadrados de superficie media, y en 394.000 euros en el conjunto de la provincia, teniendo en cuenta una superficie media por inmueble de 105,6 metros.
En la provincia de Girona, la vivienda nueva que sale a la venta cuesta 383.000 euros, por una media de 125 metros cuadrados; el precio cae hasta los 110.409 euros en la de Lleida por un piso de 84 metros cuadrados por término medio, y comprar un piso nuevo en la demarcación de Tarragona supone 148.753 euros por un inmueble de 86 metros cuadrados.
Por otra parte, Marsà ha hecho un llamamiento a las administraciones públicas a facilitar la promoción de viviendas, y ha recordado que en Catalunya se iniciaron unas 14.500 viviendas en 2018 y se habrán acabado unas 7.500, cuando se necesitarían al menos unas 25.000 anuales para atender la demanda.
Marsà también ha reclamado que se incremente el precio del módulo de vivienda de protección oficial (VPO) para estimular la generación de inmuebles.
“Hay suelo disponible para desarrollar 74.000 viviendas de protección oficial en el área metropolitana de Barcelona, unas 20.000 de ellas en la ciudad de Barcelona (...). Tenemos asociados que quieren hacer vivienda de protección oficial, pero las cifras no salen porque el módulo de VPO no ha variado el precio”, ha dicho Marsà.
El máximo responsable de los promotores inmobiliarios también ha urgido a acelerar la concesión de licencias de obras y a dar “seguridad jurídica” a los promotores inmobiliarios, y ha vuelto a recordar que la normativa que obliga a reservar para vivienda protegida un 30% de las promociones en Barcelona hizo que los promotores “anticiparan” proyectos para adelantarse a su entrada en vigor.