Barcelona ha salido a la calle para gritar contra el miedo y contra el terrorismo. Más de medio millón de personas –según cifras de la Guardia Urbana– han marchado por el centro de la capital catalana portando rosas y banderas al grito de “No tenim por” (no tenemos miedo). En la cabecera, los cuerpos de emergencias que atendieron a las víctimas del atentado terrorista del pasado 17 de agosto han marcado el paso de la manifestación.
“Si su ideología es la muerte, la nuestra es una apuesta decidida por la vida”, han proclamado la activista Míriam Hatibi y la actriz Rosa María Sardá al término de la manifestación. Han sido ellas las encargadas de leer el manifiesto que ha puesto fin a una concentración multitudinaria que ha servido para tratar de poner punto y final a la semana y media de duelo en que se ha sumido Barcelona tras el atentado.
Pancartas a favor de la paz, mensajes contra la islamofobia, banderas esteladas y banderas españolas han convivido sin incidentes en el paseo de Gràcia este sábado por la tarde. Más controvertida ha sido la presencia del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y del rey Felipe VI, que han sido abucheados durante la marcha en varias ocasiones. “Fuera, fuera”, han gritado a los máximos dirigentes del Estado.
La misma presencia de la clase política ha provocado que, dos horas antes del inicio de la marcha a la altura de la calle Aragón, otra concentración tuviese lugar. Ésta sin políticos. Decenas de personas se han encontrado para mostrar su rechazo no solo a los atentados, sino también a la presencia de instituciones como el Gobierno español o el rey Felipe en la marcha. “Es gente que promueve las guerras, la no acogida de refugiados, la falta de derechos humanos, el cierre de las fronteras”, ha afirmado la directora de Lafede.cat, la coordinadora de ONG catalanas.
La manifestación de este sábado se suma a la que ya realizaron centenares de personas, convocadas por más de 170 entidades musulmanas, el pasado lunes. La marcha clamó por la paz y contra el odio. Hubo pancartas con mensajes como “no en nuestro nombre”, los mismos eslóganes que se han podido ver también en la marcha de este sábado.
“Los muertos son nuestros también”
“Los muertos son nuestros también”, afirmaba Laila, mientras llevaba un cartel en el que se leía el himno que se ha hecho suya la comunidad musulmana estos días: “No en mi nombre”. Laila ha acudido a la manifestación con su hija Ikram y con otros miembros de la Plataforma de Afectados por la Crisis (PAC) de Badalona, a la que pertenece y en la que, asegura, los musulmanes son parte muy activa. Ella ha acudido a la manifestación institucional y también a la previa, porque considera que “los políticos contribuyen al dolor”. El de Laila y e Ikram son dos de los testimonios que deja la multitudinaria marcha de este sábado.
El protagonismo ciudadano de la cabecera de la marcha se ha hecho sentir a lo largo de todo el Paseo de Gracia. Además de los carteles más presentes, “La mejor respuesta es la paz” y “Nno a la islamofobia”, los asistentes han preferido loar la tarea de médicos, agentes o comerciantes por encima de las instituciones.
Ha sido así desde el inicio, cuando los profesionales han acudido entre aplausos a la manifestación –después de recibir un homenaje en el Ayuntamiento–, y también mucho después de que acabara la marcha. Grupos de bomberos y servicios de emergencias médicas han descendido hacia La Rambla entre aplausos de los ciudadanos que también se habían desplazado hasta allí. El mismo suelo por le que se desplazó la furgoneta que asesinó a 13 personas en La Rambla hace nueve días lo han pisado esta tarde unos profesionales alabados por muchas personas.