No hay datos sobre el top manta. Esa ha sido la principal crítica del Síndic de Greuges –el defensor del pueblo catalán– tras la tercera y última reunión entre administraciones (Generalitat de Catalunya, policías y ayuntamientos, además de el propio Síndic) para analizar el fenómeno de la venta ambulante. “Existe una falta de visión estadística”, ha lamentado el Síndic de Greuges, Rafael Ribó, que ha pedido a las administraciones “más actuación conjunta”.
De ahora en adelante, el defensor del pueblo catalán confía que las administraciones sigan combatiendo la venta ambulante, aunque no se haya establecido –ha explicado Ribó– una hoja de ruta (protocolo) ni tampoco se tengan datos concretos tras tres cimeras. “Hoy he vuelto a plantear un protocolo, pero no he obtenido respuesta. Tampoco hay datos concretos: el top manta es hoy día una cuestión de percepción”, ha denunciado Ribó, que ha insinuado que un observatorio de la manta –planteado en la última reunión como un centro para analizar cómo han actuado otras ciudades entorno al top manta– también quedará en aguas de borrajas.
Sea como sea, el Síndic pone con la reunión de este martes el punto y final a los encuentros con diferentes administraciones para analizar la venta ambulante. “Esta institución ya ha dado pasos más allá de lo que le tocaba. Creíamos que era positivo juntar a las administraciones y hacerlas caminar de forma conjunta. Que nadie se piense que el Síndic tira la toalla, eso sí”, ha manifestado Ribó, que ha apuntado que sigue los encuentros con diferentes entidades y comerciantes.
Respecto a los principales interlocutores de los manteros en Barcelona, el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes y Tras la Manta, el Síndic ha informado que “no se están produciendo reuniones”.
Las declaraciones de este martes tras la reunión sobre “El comercio irregular en la vía pública” han seguido las premisas esenciales del primer encuentro, el pasado mes de julio: no se debe permitir el top manta como actividad legal “cercana a tramas mafiosas”; las administraciones deben acabar con la importación de productos falsificados; y es necesario más políticas sociales para que los dedicados a la manta la abandonen.
“Un año después hemos pasado del buenísmo al realismo”, ha dicho Ribó, que ha alabado su cometido tras llevar al Parlament el debate de la manta, en base a un controvertido informe que los colectivos de manteros criticaron por entender que criminalizaba la venta ambulante.
Si bien tampoco se han concretado los compromisos de las diferentes administraciones asistentes a la reunión, la Generalitat ha confirmado que invertirá cerca de un millón de euros –según ha anunciado el departamento de Afers Socials– para políticas de inmersión. El Ayuntamiento de Barcelona, por su parte, ha destacado que la cooperativa de manteros será una realidad en pocos días.