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Carla Simón inaugura las Fiestas de la Mercè con una secuela de 'Alcarràs' para celebrar la Barcelona que acoge

Pau Rodríguez

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Roger, el hijo de los Solé de Alcarràs, el joven que prefería los melocotones a los pupitres –y a mucha honra, por disgusto de sus padres–, es ahora un pixapí. Un barcelonés. Ha llegado a la gran ciudad para cursar una FP de Mecánica tras perder su familia las tierras, y se pasea como un extraterrestre por los túneles del metro, como tantos nuevos estudiantes de pueblo antes que él. Deambula por el mercado del barrio y le manda fotos a su padre com precio de la fruta. 2,5 euros el kilo de melocotón. “¡Malparits!”, le contesta este en el acto.

Esta es una escena 'El Roger a Barcelona', el spin off de ‘Alcarràs’, la laureada película de Carla Simón que aspira a los Óscar, cuyo guión se ha dado a conocer hoy en Barcelona. Con la salvedad que este nunca verá la gran pantalla, sino que se habrá leído en voz alta solo una vez, en el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, y para dar el pistoletazo de salida a las Fiestas de la Mercè que arrancan este viernes. Simón, encargada de leer el pregón de los festejos, ha recurrido a su lenguaje, el cinematográfico, para hablar de su Barcelona, la ciudad que acoge a los que vienen de fuera. A ella, que llegó desde un pueblo Girona para estudiar Comunciación Audiovisual; a tantos otros jóvenes que desembarcan cada septiembre por primera vez en la capital catalana, y también a los miles extranjeros, niños y mayores, que con menos recursos llegan para buscarse la vida.

“La Barcelona que queremos es la que escucha a otros territorios, la que teje puents con otras comunidades más pequeñas, la que se convierte en punto de encuentro. La Barcelona que queremos es diversa, plural, acogedora, la que abraza y escucha todas estas llegadas”, proclamaba la directora de ‘Alcarràs’ y ‘Estiu 1993’ frente a un auditorio abarrotado por primera vez tras la pandemia.

Con la presencia virtual del alcalde de la ciudad invitada de Roma –debido a las elecciones del domingo en Italia–, han llenado el salón, además de decenas de vecinos, el president Pere Aragonès, los ministros de Cultura y Universidades, Miquel Iceta y Joan Subirats y varios consellers, diputados y concejales. También el alcalde de Alcarràs.

El discurso del pregón lo ha comenzado Simón hablando de su condición de barcelonesa. Lo es porque nació en el Hospital del Mar, donde trabajaba su madre Neus Pipó –que también estuvo en el Ayuntamiento, como le escribían estos días algunas excompañeras y recordó la alcaldesa Ada Colau al presentarla–. Al fallecer ella, Simón se trasladó a Les Planes d’Hostoles con sus tíos y no volvió a la ciudad hasta los 17. Fue, según celebraba este viernes, una llegada “soñada, deseada y, por lo tanto, privilegiada”. Luego ha vivido años en extranjero, pero siempre ha vuelto a la ciudad en la que todavía le queda “mucho por descubrir”. Y a su barrio, la Sagrada Familia. 

Antes de lanzarse con el spin off de ‘Alcarràs’, que guardaba como guinda del pregón, Simón ha querido hablar de las llegadas no por elección, como la suya, sino por necesidad, como la de tantos migrantes. Lo ha hecho, de nuevo, mediante el lenguaje de la gran pantalla, esta vez sí proyectada en el Saló de Cent. Pero no era suyo el guión esta vez, sino cuatro breves cortometrajes realizados por adolescentes de dos institutos públicos que participan en el proyecto ‘Cinema en Curs’ y un grupo de migrantes extranjeros no acompañados. 

“A veces nos cuesta ponernos en el lugar de las personas recién llegadas, nos impresiona la alteridad y somos incapaces de identificarnos con los sentimientos de aquellos que llegan adonde nosotros ya vivimos”, reflexionaba la cineasta, integrante ella misma del programa Cinema en Curs. Gracias a los trabajos audiovisuales de estos jóvenes, muchos de ellos de aulas de acogida y con historias de migaciones. “Historias que les son cercanas, que expresan su voz, que les implican a ellos y que, a menudo, nos interpelan a nosotros”, expresaba. 

Al introducir a Simón, también la alcaldesa ha querido hacer referencia al colectivo migrante al animar a los ciudadanos a firmar la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) #RegularizaciónYa, que reclama la regularización administrativa de las personas sin papeles.

Y de estas migraciones a las procedentes del campo catalán. “¿Es posible evitar el éxodo rural? Ate la imposibilidad de responderme a esta pregunta, me pregunto: ¿ayudaría que las ciudades miren más allá de sus fronteras? ¿Podría existir un diálogo más frecuente entre aquello rural y lo urbano?”, interpelaba Simón a los responables de una ciudad que alberga más del 10% de la población catalana. Y dejaba otra cuña política para quien quisiera sentirse aludido: “Es de vital importancia convertir las ciudades en sitios verdes y sostenibles. Nos enfadamos cuando no podemos ir en coche por las calles de Barcelona por donde antes conducíamos, pero amigos, debemos enfadarnos para acabar dejando el coche en casa”.

Finalmente, Simón ha animado a dar un paso al frente a cuatro de los protagonistas de ‘Alcarràs’, Albert Bosch (el joven Roger), Berta Pipó (la tía Glòria) y sus amigos Albert Baldomà y Laura Roqué, para leer el guión sobre el spin off en el que el primogénito de los Solé se muda a la ciudad. Con sonido de ambiente que envolvía el Salón y con Carla Simón como narradora, los vecinos y autoridades han podido escuchar como Roger se enfrenta durante su periplo por la ciudad a la quinoa que le prepara su tía –“a las gallinas del abuelo les encantaría”– y al calor pegajoso de la capital a prueba de ventiladores. Se resiste a las propuestas de sus nuevos amigos de salir de fiesta el fin de semana en la ciudad –¿cómo va a renunciar a volver al pueblo el sábado?–, y, sentado en un banco, al caer la noche, le sorprende la pirotecnia de las fiestas de la Mercè. 

“Coge el móvil y saca una foto. Busca entre sus contactos hasta que encuentra a su amigo ‘Miquelet Júnior’”, lee Simón de su propio texto. “Le envía la foto con un mensaje que dice. ROGER: ‘Ei, loco, aquí pasan muchas cosas, ya vendrás a visitar’. Fin”, ha concluido la cineasta. Su final de pregón, menos poético, más sencillo, ha llegado poco después: “Y hasta aquí, queridos y queridas, el pregón de la Mercè. ¡A disfrutar de la infinita oferta cultural... Y feliz fiesta mayor!”.