El Departamento de Salud catalán ha insistido este miércoles en la retirada de las mascarillas en los entornos escolares. El consejero del ramo, Josep Maria Argimon, ya se había abierto públicamente a adoptar esta medida y ahora se lo ha pedido por carta al Ministerio de Sanidad, justo antes de la reunión del Consejo Interterritorial en la que las comunidades suelen abordar estas cuestiones.
En la misiva –explican en un comunicado– Salud “argumenta de forma extensa” su petición para retirar las mascarillas en interiores “priorizando” los entornos escolares. Su propuesta es mantenerla solamente en los espacios sanitarios, sociosanitarios y en el transporte público. Esto implica que la Generalitat estaría también a favor de eliminar su obligatoriedad en otras tipologías de interiores, como los centros de trabajo o los espacios de ocio.
Argimon, que dice que no participará en el Consejo Interterritorial porque debe asistir al Parlament, ha añadido asimismo que si finalmente la cuestión no se aborda en esa reunión, que al menos permitan a la Generalitat decidirlo en el marco de su Comisión Delegada de la COVID-19, el organismo que decide sobre la gestión de la pandemia.
Lo que no hace la Generalitat es poner una fecha para su retirada, aunque por las palabras de Argimon en las últimas semanas se entiende que piden que se efectúe cuanto antes mejor. El consejero llegó a decir que se plantean actuar de forma unilateral, a pesar de que la mascarilla en interiores está regulada por un real decreto. En cualquier caso, nada hace pensar que vayan a quitar el uso de los cubrebocas antes de las vacaciones escolares de Semana Santa, que comienzan el próximo 9 de abril.
La petición de Salud va en sintonía con el documento elaborado por los técnicos de Sanidad. En él, argumentaban que no se debían eliminar las mascarillas de interiores antes de Semana Santa, pero sí se podía hacer con las escuelas. “Tiene un impacto en la interacción social y desarrollo personal por lo que el beneficio de la retirada de la mascarilla en interiores podría superar el posible riesgo de transmisión asociado a este grupo”, argumentaban. Y añadían la recomendación de mantener esa medida solamente para el profesorado vulnerable.