Pocas horas después de que el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, calificara de “caso aislado” los insultos racistas de unos agentes tras una detención a un joven de 21 años, ERC ha contradicho a la policía catalana, ha asegurado que lo ocurrido no se puede calificar de esta manera y ha exigido “cambios estructurales” en los Mossos para evitar “futuras agresiones racistas”.
“Desgraciadamente, los hechos de los que se ha tenido conocimiento público no son aislados. La gestión de los comportamientos racistas, xenófobos o violentos protagonizados por agentes del Cuerpo nos exigen una reflexión que debe ir más allá de los episodios individuales”, asegura el comunicado del socio de JxCat en el Govern. “Demasiado a menudo, el comportamiento de algunos de sus agentes ha puesto el cuerpo de Mossos d'Esquadra en el centro de polémicas que la alejan de lo que la ciudadanía de Catalunya espera y merece de su policía”, remacha ERC.
En el comunicado, los republicanos han cargado contra la medida tomada por el Departament de Interior -dirigido por Miquel Buch, de JxCAT- de trasladar a los agentes tras conocerse sus insultos racistas. “Es una medida insuficiente, como es igualmente inadmisible no haber tomado ninguna hasta que los hechos se han hecho públicos”.
“El Departament de Interior no puede mostrar ningún tipo de connivencia con los responsables de estos comportamientos, independientemente de las consecuencias penales que estos tengan que enfrentarse en un futuro”, prosigue el comunicado, muy duro con el departamento dirigido por Buch.
Sallent califica el episodio de “caso aislado”
“Sé que cuando escuchasteis la grabación sentisteis también vergüenza e indignación por una conducta que no nos representa y que atenta contra la profesionalidad y el buen trabajo que cotidianamente realizamos”. Así se expresa el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent, en una carta enviada a todo el cuerpo el pasado lunes, el mismo día en que se conocieron los insultos racistas de los agentes.
En la misiva, Sallent asegura que son casos “aislados” pero que los perjudican porque “generan recelo” en la profesionalidad del trabajo de los Mossos y “desconfianza” de la ciudadanía hacia la policía. Sallent asegura que en una policía democrática “no tienen cabida actitudes o conductas contrarias a sus principios o valores” y alerta de que no se tolerará “ninguna actitud o conducta racista, xenófoba o discriminatoria”.
El jefe de los Mossos reivindica también que el cuerpo se siente plenamente vinculado a los principios legales y deontológicos de la profesión “que establecen la obligatoriedad de actuar sin discriminación por razón de raza, religión, opinión, sexo, lengua, lugar de vecindad, lugar de nacimiento o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. “Es por eso que rechazamos enérgicamente esta actuación, que es contraria a los principios y valores del cuerpo de Mossos”, asegura.
Por último, anima los agentes “a seguir siendo especialmente cuidadosos en garantizar que se trata de manera apropiada a todos, que se utiliza un lenguaje neutro en todo momento y que no se permiten conductas o actitudes discriminatorias”. Sallent termina la misiva agradeciendo el trabajo a la “inmensa mayoría” de profesionales que actúan “con profesionalidad y rectitud”.