Las reacciones a la sentencia del Tribunal Supremo han ido apareciendo a lo largo de la mañana, después de que sobre las 9:30 se hiciera público el veredicto en el que se condena a varios años de prisión a la mayoría de los acusados de organizar la votación del 1 de octubre.
A través de una carta a los militantes de ERC, el exvicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, ha valorado la condena de 13 años que le ha impuesto el tribunal por un delito de sedición y malversación. Junqueras ha señalado que el veredicto pretende “destrozar vidas, descabezar partidos y liderazgos y acabar con un movimiento político y democrático”.
El exvicepresident ha reiterado que el independentismo “volverá más fuerte” y que los catalanes “no tienen alternativa” tras el fallo del Supremo. “Yo no quiero que mis hijos crezcan en este Estado corrupto, insensible y demofóbico y os bien juro que no descansaré hasta conseguirlo”.
Muchos de los condenados han respondido a la sentencia del Supremo mediante sus cuentas de Twitter, gestionadas por sus equipos o allegados. Todas las reacciones cargan contra el tribunal y consideran que el fallo no es justo.
La expresidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha sido una de las primeras en reaccionar a la sentencia. Forcadell, condenada a 11 años y medio de prisión por sedición, ha asegurado que la “injusticia se ha consumado” y ha reiterado que el “debate parlamentario” no es delito.
El exconseller Josep Rull, condenado a 10 años y medio también por sedición, considera que el tribunal ha juzgado las ideas en lugar de los hechos y sostiene que la condena es extensible a los 2 millones y medio de catalanes que participaron en la votación del 1 de octubre.
El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, también ha reaccionado inmediatamente a la condena del Supremo, que le ha impuesto 9 años de prisión por sedición. Cuixart ha señalado que “lo volverán a hacer” y ha pedido la amnistía para los presos catalanes.
“A los presos políticos nos utilizan para cronificar problemas políticos”, se ha sumado el exconseller Raül Romeva, condenado a 12 años de cárcel por sedición y malversación.
Mucho más comedido ha sido el exconseller de Interior, Joaquim Forn, en su reacción a los 10 años y medio de cárcel que le ha impuesto el Supremo por un delito de sedición. Forn se ha limitado a agradecer el apoyo recibido y ha asegurado que el independentismo “no desfallezcamos”.
El expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha considerado “una barbaridad” las penas impuestas por el Supremo y sostiene que “toca reaccionar”.