El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, ha vuelto a declarar este jueves en un juicio. Pero no lo ha hecho como acusado, sino como legal representante de la entidad soberanista en la vista sobre la demanda que un sargento de la Guardia Civil interpuso contra Òmnium. El uniformado reclama 10.000 euros a Òmnium, a la que acusa de vulnerar su derecho a la intimidad y al honor por usar su declaración durante el juicio del procés “con fines publicitarios”.
Directo y sin cortapisas, Cuixart ha acusado al sargento de “mentir” y de dar un “falso testimonio” en su declaración como testigo en el juicio del procés que la entidad usó para un vídeo. La Fiscalía ha apoyado la tesis del sargento y ha considerado que Òmnium usó su voz con el objetivo de publicitar la entidad, por lo que ha reclamado que Òmnium abone al sargento una indemnización de entre 6.000 y 10.000 euros.
En su testifical en el Supremo del 19 de marzo de 2019 el sargento aseguró que durante los registros del 20 de septiembre de 2017 vio “una bandera de Òmnium”, pero ante la pregunta de la abogada Cuixart, Marina Roig, sobre cómo era la bandera el guardia civil respondió con una descripción que no se corresponde con ninguna enseña de la entidad.
Òmnium usó la voz del sargento en su declaración (su imagen ya no fue emitida por decisión del tribunal) para un vídeo en el que desacreditaba la versión del testigo, y a su vez criticaba las acusaciones de rebelión y sedición. “Quisimos denunciar que el testigo no dijo la verdad, hablaba de una bandera de Òmnium pero no sabía ni describirla”, ha expresado Cuixart en su declaración por videoconferencia desde la prisión de Lledoners, donde cumple condena por sedición.
El núcleo del pleito versa sobre si Òmnium usó un aspecto de la intimidad del sargento (su voz) en el vídeo para publicitar la entidad, ganar socios y, en consecuencia, obtener un beneficio económico. Así lo sostiene el abogado del sargento, que un su informe final ha argumentado que su demanda “no pone en duda la libertad de expresión” de Òmnium sino “la utilización de la voz con fines promocionales”, algo que si se hace sin permiso del afectado está vedado por la jurisprudencia.
En su favor el sargento ha alegado que al final del vídeo con su voz Òmnium incluyó una coletilla que llamaba a hacerse socio de la entidad soberanista. La llamada a asociarse a Òmnium del final del vídeo es el punto débil de la defensa de la entidad y supone la principal baza del sargento y la Fiscalía para solicitar una condena.
En su declaración este jueves, el sargento ha argumentado que no ha demandado ni a los medios ni a los tuiteros que usaron su voz “para reírse y ridiculizar”, sino que solo ha emprendido acciones contra Òmnium porque, a su juicio, la ha usado para captar socios. “Hubiera hecho lo mismo con el PSOE, Ciudadanos o Cruz Roja”, ha agregado el sargento, que también ha alegado que la difusión de su voz pone en peligro las operaciones en las que participa como policía judicial: “Hoy en día no puedo fiarme de que un narcotraficante no pueda reconocerme”
Cuixart, el abogado de Òmnium, Benet Salellas, y tres trabajadores de la entidad que han comparecido como testigos han replicado que la llamada a hacerse socio no tenía fines publicitarios ni económicos porque la entidad no tiene ánimo de lucro. “Ser socio de Òmnium es defender la lengua y la cultura catalanas y el derecho a la autodeterminación”, ha zanjado Cuixart.
“Con independencia de la mención final a 'hacerse socio' de Òmnium, tiene que prevalecer el derecho a la información”, ha apostillado en su informe Salellas. De la tesis de Salellas ha discrepado la Fiscalía, que ha argumentado que el vídeo sí se emitió para captar socios, al margen de que Òmnium sea una entidad sin ánimo de lucro. “Fue una indebida utilización de la voz del sargento con fines publicitarios”, ha zanjado la fiscal.
Salellas además ha acusado al sargento de querer “escarmentar” y “censurar” a Òmnium, pues le reclama una indemnización pero no la retirada del vídeo por parte de la entidad ni de los medios de comunicación que también divulgaron su declaración en el Supremo. Los trabajadores de la entidad además han explicado que el vídeo no lo realizó el departamento de publicidad de Òmnium, sino el de comunicación porque la declaración del sargento tenía “interés informativo”. El juicio ha quedado visto para sentencia.