Nuevo intento. Seguramente el último antes del juicio. El futbolista Dani Alves ha recurrido ante la Audiencia de Barcelona la negativa de la jueza instructora a excarcelarle. El deportista intenta combatir el riesgo de fuga que lo mantiene en prisión con un nuevo argumento que no había mostrado hasta ahora: el empadronamiento y escolarización de sus hijos en Barcelona, que a juicio de la defensa elimina el peligro de que Alves huya a Brasil y se sustraiga de la acción de la Justicia.
Es la segunda vez que Alves acude a la instancia superior –la sección 3ª de la Audiencia de Barcelona– para intentar salir de prisión. En su anterior intento, los magistrados advirtieron que muchos de los argumentos del futbolista eran más propios del juicio que de la fase de instrucción en la que se encuentra el caso. El tribunal decidió mantener en prisión a Alves ante los “indicios fundados” de agresión sexual y al apreciar que su elevada capacidad económica posibilitaba su huida a Brasil, su país de origen y que no tiene convenio de extradición con España.
Las posibilidades de Alves para salir de prisión antes del juicio pasan por demostrar su arraigo en España y convencer al tribunal de que no huirá. Para este objetivo ha empleado el argumento de la vuelta de sus hijos, hasta ahora residentes en Brasil. En su escrito, los letrados Cristóbal Martell y Miraida Puente revelan que los hijos ya están empadronados y escolarizados en Barcelona.
Por lo demás, el recurso insiste en la estrategia esbozada ya por la defensa en los últimos meses y que anticipa un juicio duro en el que la joven se verá cuestionada por su comportamiento previo a la agresión sexual denunciada.
En su escrito, la defensa acusa a la denunciante de mantener una conducta “abiertamente sexualizada” en el reservado de la discoteca antes de los hechos denunciados. Un extremo al que la jueza instructora no dio la relevancia que le otorga la defensa de Alves: la magistrada afeó a la defensa del futbolista “una serie de afirmaciones” sobre el comportamiento de la joven minutos antes de la agresión sexual denunciada por la mujer “que nada tienen que ver con los hechos” ocurridos en el baño de la discoteca Sutton el 31 de diciembre del año pasado.
“Bailar con el señor Alves, estar con él charlando y normal, beber una copa, nada de todo eso tiene que ver con lo que sucedió dentro del lavabo”, apostilló la magistrada en el auto por el que mantuvo en prisión al futbolista, encarcelado desde el pasado 20 de enero.
Frente al argumento del deportista de que la víctima pudo sentirse molesta con él por no haber sido “afectuoso” tras la relación –y de ahí que lo denunciara–, la jueza replicó que es “curioso” que ambos ni se dirigieran la palabra ni “casi” la mirada tras salir del baño, “si todo fue tan bien como señala Alves”.
La defensa replica que si se critica Alves por haber dado varias versiones de lo sucedido –primero negar la relación y después admitirla, pero mantener que fue consentida–, en la causa hay un “empate” de versiones con la denunciante, pues hay “muchas inconsistencias e incoherencias”, en el relato de la chica. La decisión está ahora en manos de la Audiencia de Barcelona.