Los Mossos d'Esquadra al frente de la investigación de la violación de la que está acusado el futbolista Dani Alves respaldan la versión de la víctima, que testificó el pasado lunes durante la primera jornada del juicio. Todos los agentes de la policía que tomaron declaración a la víctima tras los hechos acaecidos en la noche del 30 de diciembre de 2022 aseguran que la denunciante estaba “abrumada”, en “estado de shock”, que “se derrumbó” y que tenía “un ataque de ansiedad” y “mucho terror”.
En esta línea, una de las agentes de la UCAS (Unidad Central de Agresiones Sexuales) de los Mossos d'Esquadra que tomó declaración a la víctima y que fue la encargada de analizar las imágenes de las cámaras de seguridad de la discoteca Sutton, donde presuntamente se produjo la agresión sexual, asegura que las imágenes analizadas “corroboran el relato” de la víctima.
La agente, con estas palabras, ha asegurado que el estado de la denunciante tras la presunta violación era de “mucho terror”, tal como ella misma refirió durante su declaración ante el tribunal. Aún así, víctima y futbolista, que permanece en prisión preventiva desde el 20 de enero de 2023, son los únicos, junto a las pruebas de ADN, que pueden aportar detalles sobre qué ocurrió aquella noche.
La presunta agresión se produjo en el baño de un reservado de dicha discoteca, donde no hay cámaras, al contrario de lo que sucede en el resto del local. Por lo tanto, los testigos sólo pueden explicar lo ocurrido antes y después para ayudar al tribunal a corroborar cuál de los dos relatos debe ser la verdad judicial.
Otros de los agentes que ha comparecido ha sido el que primero llegó a Sutton la noche de los hechos. Ha asegurado que la víctima estaba “abrumada” y que, a pesar de no dar muchos detalles, sí confirmó que “había sido violada” y que la habían penetrado. El Mosso ha referido que inicialmente no quería denunciar por miedo a no ser creída y por la presión de apuntar a “una persona conocida”. Igualmente, refirió “creerse culpable de lo sucedido” a lo que el agente asegura que la convenció de que “era víctima y no culpable de nada”.
Así mismo, dicho Mosso también asegura que la víctima, al ser preguntada sobre quién la había agredido, apuntó directamente al futbolista. “Me dijo que fue Alves. Yo me quedé parado y ella dijo 'Sí, sí: Dani Alves”.
Por su parte, las agentes de la UCAS (Unidad Central de Agresiones Sexuales) de los Mossos d'Esquadra que tomaron declaración a la víctima una vez hubo presentado la denuncia también coinciden en que la denunciante estaba alterada, a pesar de haber pasado ya varios días de los hechos. “Se derrumbó en diversas ocasiones”, ha declarado una agente.
Además de los mencionados agentes han comparecido otros, encargados de tomar imágenes, huellas y diversas pruebas tanto del reservado de la discoteca como del baño donde presuntamente se produjo la agresión. En total han declarado una docena de Mossos d'Esquadra, que han supuesto el gran grueso de testigos que han desfilado ante ante la sección 21ª de la Audiencia de Barcelona durante esta segunda jornada del juicio, entre los que también ha destacado el director de Sutton.
“Entró voluntariamente al baño, pero luego quiso salir y no pudo”
El gerente de la discoteca también ha respaldado la versión de la mujer que denunció al futbolista Dani Alves por agresión sexual. En la segunda sesión del juicio, el encargado del local ha relatado que la denunciante “estaba bastante alterada” y ha asegurado que le comunicó que “entró al baño voluntariamente, pero luego quiso salir pero no pudo”, en relación al lavabo donde habrían ocurrido los hechos.
El director del local fue quien atendió a la víctima después de que uno de los trabajadores de seguridad de Sutton hablara con ella en un primer momento. “Una de las chicas estaba llorando y me dijo que había sido presuntamente víctima de una agresión sexual”, ha declarado. Durante esa conversación la víctima, una amiga suya y su prima se encontraban en el pasillo de la discoteca y, fue cuando Dani Alves pasó por delante de ellas para abandonar el local, que la denunciante explicó que el futbolista fue el autor de la agresión. “Me dijo que fue él”, ha reiterado el director.
También ha apuntado que “costó mucho” que la joven explicara qué había pasado, debido a su estado. Por eso, el director trasladó a la víctima y a dos amigas suyas a una sala anexa, más tranquila y sin música, y fue allí cuando la joven dio más detalles de lo ocurrido. “No me pareció que fuera la típica agresión de tocar el culo, así que le pregunté si había habido penetración y me dio a entender que sí”.
Ante esto, fue el director de la discoteca quien inició el protocolo contra agresiones sexuales del local, aunque la víctima “no quería”. Según el regente, la joven estaba “muy alterada y lloraba mucho. Decía que se quería ir a casa y que nadie la creería”.
Tras el director del local, han comparecido dos trabajadores de la misma discoteca. Ambos han reconocido que Alves era cliente habitual de Sutton y han reconocido que le vieron junto a dos chicas, así como que todas ellas estaban alteradas al finalizar la noche. Uno de los trabajadores, además, ha apuntado que el futbolista “había bebido o se tomó algo. Pero no actuaba como siempre”.
Este detalle también ha sido corroborado por Bruno, amigo de Alves que estuvo en la discoteca la madrugada en que habrían sucedido los hechos. El amigo, que trabaja como cocinero, ha testificado ante el tribunal que el futbolista y él habían cenado juntos y tomado diversas copas. De hecho, ha apuntado que fue él mismo quien condujo hasta Sutton, alrededor de la 1 de la madrugada, porque Alves “había bebido mucho”.
Un baile “sexual”
El amigo de Alves, que ha testificado en portugués con la ayuda de una traductora, ha desmentido el relato que este lunes expuso la prima de la denunciante, quien explicó que mientras el futbolista y la denunciante estaban en el pequeño baño donde presuntamente ocurrió la violación, el cocinero le instó a entrar también en el lavabo, oferta que fue rechazada.
Frente al recuerdo de la prima y de la amiga de la víctima de que Alves estuvo “baboso” y las abordó antes de entrar con la joven en el baño, el amigo del futbolista, en línea con su tesis de defensa, ha dibujado un escenario de “diversión y baile” en el reservado de Sutton.
Ha reconocido que ambos invitaron a copas a la denunciante y sus amigas en el reservado de la discoteca. “Bailamos y lo pasamos bien”, ha dicho. Ha reconocido que vio cómo el futbolista entraba al pequeño baño del reservado y que “poco después” entró la denunciante. Bruno asegura que Alves jamás le contó lo que había pasado en el lavabo, pero no notó nada raro porque, una vez hubieron salido tanto el futbolista como la denunciante, siguieron “bailando, bebiendo y riendo”.
Bruno ha relatado que poco después de aquello la víctima fue a buscarle para despedirse y que tanto la denunciante como su prima y su amiga abandonaron el reservado y la discoteca. Bruno ha asegurado que él y Alves tampoco tardaron en irse porque ambos “bebieron mucho”. Luego, se fueron juntos en coche, con el amigo del futbolista al volante debido al estado de embriaguez del futbolista.
A preguntas de la defensa, ejercida por la abogada Inés Guardiola, Bruno ha insistido en que el baile fue “sexual, pero con respeto”, ha asegurado que bailaban muy juntos pero que en ningún momento “nadie estuvo incómodo”. La letrada también ha preguntado sobre si se veía a las amigas de la víctima “preocupadas” por lo que pudiera estar ocurriendo en el baño o sobre si la víctima tenía alguna “marca o rojez en la cara”. A ambas preguntas, Bruno ha respondido negativamente.
Con el testimonio de Bruno, la defensa intenta desacreditar a las testigos que declararon este lunes y enmarcar las relaciones sexuales del baño en el sexo consentido y no en la violación. Cabe recordar, sin embargo, que los jueces ya advirtieron durante la instrucción del caso que la actitud que tuviera la denunciante no determina de ninguna manera que las relaciones fueran consentidas, como alega la defensa.
Por otro lado, la acusación ha considerado que la declaración de Bruno ha sido contradictoria respecto a la que prestó durante la instrucción del caso. En aquél momento, el amigo de Alves testificó que no había visto cómo el acusado entraba al baño y, por contra a lo que ha apuntado esta vez, aseguró que el exfutbolista fue solo, ya que “estaba mal de la barriga”.
Otra de las contradicciones que se ha destacado es que en la primera ocasión, el amigo del futbolista apuntó que Alves “casi no bebió”, mientras que en esta ocasión ha destacado que estaba “muy bebido”. Preguntado sobre el por qué del cambio de versión, Bruno ha apuntado a las dificultades idiomáticas a la hora de expresarse y hacerse entender. En este sentido, ha insistido en que fue él mismo quien “casi no había bebido. Sólo media copa”.
En busca de un atenuante por ir borracho
Alves reclama que, en caso de condena, se le rebaje la pena por haber actuado borracho la noche de los hechos, si bien en ningún momento ha presentado pruebas médicas de que así fuera. Por eso, el testimonio de amigos como Bruno es importante para la defensa. Así, además del cocinero, también han comparecido ante el tribunal tres amigos del futbolista, con los que compartió una comida ese mismo 30 de noviembre y que han asegurado que el acusado consumió “bastante” vino y whiskey, además de champán, gintonics y otros licores.
Además de ellos, también ha testificado Joana Sanz, mujer de Dani Alves. Su testimonio –que el futbolista ya empleó durante la instrucción para justificar uno de sus cambios de versión al alegar que no quiso contar que tuvo sexo consentido para no desvelar su infidelidad– vuelve ahora en el juicio para tratar de apuntalar una de las atenuantes que solicita la defensa del jugador.
Su mujer ha testificado que el futbolista “llegó a casa muy borracho, oliendo a alcohol. Cuando entró en la habitación, donde tenemos varios muebles, se chocó con una mesita y cayó desplomado a la cama”, ha asegurado Sanz. Igualmente, también ha declarado que “era imposible” hablar con él cuando el futbolista llegó a casa, sobre las 4 de la mañana. Aquella noche, ambos se intercambiaron mensajes, pero en ninguno de ellos se mencionó la discoteca Sutton. A la mañana siguiente, Alves tampoco contó a su mujer qué hizo la noche anterior.
En prisión preventiva desde hace un año
El juicio contra Dani Alves por la agresión sexual que denunció una joven la madrugada del 31 de diciembre de 2022 en la discoteca Sutton arrancó este lunes. En la primera jornada declaró la víctima. El tribunal acordaron que prestara testimonio a puerta cerrada y que los medios tampoco lo pudieran seguir para proteger a la denunciante y evitar revictimizarla. Los periodistas sí pudieron escuchar sin restricciones los testimonios de dos amigas suyas, que ratificaron la versión de la víctima y sostuvieron que el exfutbolista cometió violación en el baño de un reservado de la discoteca.
La Fiscalía pide nueve años de cárcel y la acusación particular de la denunciante eleva la petición a doce. La defensa, ejercida por la abogada Inés Guardiola, solicita la absolución y sigue manteniendo la versión de que lo sucedido aquella noche fueron relaciones consentidas.