'Dones en Xarxa' promueve los derechos de las mujeres y apuesta por su empoderamiento usando las TIC. Cree en el potencial de internet para alcanzar la igualdad efectiva.
Jóvenes, género y violencias machistas en las redes sociales
Según un estudio del CIS, elaborado con el objetivo de conocer cómo perciben la violencia de género los adolescentes y jóvenes, uno de cada tres jóvenes de entre 15 y 29 años considera inevitable o aceptable, en algunas circunstancias, controlar los horarios de sus parejas, impedir que vean a sus familias o amistades, no permitir que trabajen o estudien o decir qué pueden o qué no pueden hacer.
Por otra parte, hace unas semanas el Centro Reina Sofía obtenía, en otro estudio, conclusiones del mismo nivel de gravedad entre adolescentes y jóvenes. Entre estas conclusiones encontramos que una parte importante de los jóvenes consideran que trabajar fuera de casa es necesario para ser independiente, pero en cambio, hay todavía minorías muy significativas que creen que la vida familiar queda resentida con el trabajo fuera de casa de las mujeres. Son muy pocos los encuestados que opinan que las mujeres que trabajan fuera de casa tienen una relación igual de buena con los hijos.
Parece bastante evidente que la desigualdad entre hombres y mujeres y los estereotipos en relación al género siguen muy vigentes en las nuevas generaciones. Los nuevos canales y formas de relación entre jóvenes —y no tan jóvenes— reproducen esta desigualdad. Especialmente en las redes sociales. Un estudio sobre sexismo publicado por el Gobierno Vasco en 2013 decía así: “Si algo llama la atención del discurso que hacen hombres y mujeres del uso de las redes sociales es la frecuencia con la que ellas reciben solicitudes de amistad unidas a un comportamiento o acoso sexual, y la normalización con que las reciben. Chicos y chicas saben y reconocen que se trata de algo que ocurre en las redes sociales, como si fuera inevitable, algo que 'toca' por ser chica o mujer”.
Cuando hablamos de las “nuevas formas de violencia” o de los neomachismos en las redes sociales entre jóvenes a menudo cometemos el error –en términos de comunicación pública– que ya cometimos al inicio cuando hablábamos de violencia de género contra mujeres adultas fuera de las redes: tomarlo como si fueran episodios prácticamente aislados que requieren únicamente de un abordaje jurídico y policial.
Este es el caso de las charlas que, en estos últimos años, los policías están impartiendo en los institutos. En el sustrato de cualquier manifestación de violencia contra las mujeres está la desigualdad estructural y el sexismo. Las redes sociales no son una excepción. Fenómenos como el sexting o el CiberControl son nuevas formas de violencias machistas que sufrimos las mujeres –niñas, jóvenes o adultas—. Pero no podemos hablar de forma aislada de estos ciber-riesgos sin contextualizarlos en una mirada de género que nos ayude a entender el porqué de la normalización de este mantenimiento de los estereotipos de lo que hablan los datos por parte de los y las jóvenes.
Tenemos que hablar de los usos diferenciales que hacen en las redes unos y otros, del mayor nivel de exposición emocional de ellas y ponerlo en relación con la necesidad de las chicas de ser reconocidas por un “público” por quererse más a ellas mismas. ¿Por qué? ¿Por qué son ingenuas o frívolas? No, no es esa la razón. La razón es que las mujeres hemos sido socializadas de esta manera, en la búsqueda del reconocimiento externo para querernos y ser queridas. Y en este contexto social de desigualdad las redes sociales pueden ofrecer las dos caras de la moneda: una gran oportunidad para las chicas jóvenes para transformar el orden establecido pero, a la vez, un gran peligro de sufrir violencias.
Deberíamos, pues, de ir a la raíz del problema cuando hablamos de violencias machistas en las redes: la educación y la socialización que reciben hombres y mujeres en las aulas, en la familia, en los medios de comunicación y en la sociedad. Todo ello conformará su comportamiento también en las redes sociales.
Según un estudio del CIS, elaborado con el objetivo de conocer cómo perciben la violencia de género los adolescentes y jóvenes, uno de cada tres jóvenes de entre 15 y 29 años considera inevitable o aceptable, en algunas circunstancias, controlar los horarios de sus parejas, impedir que vean a sus familias o amistades, no permitir que trabajen o estudien o decir qué pueden o qué no pueden hacer.
Por otra parte, hace unas semanas el Centro Reina Sofía obtenía, en otro estudio, conclusiones del mismo nivel de gravedad entre adolescentes y jóvenes. Entre estas conclusiones encontramos que una parte importante de los jóvenes consideran que trabajar fuera de casa es necesario para ser independiente, pero en cambio, hay todavía minorías muy significativas que creen que la vida familiar queda resentida con el trabajo fuera de casa de las mujeres. Son muy pocos los encuestados que opinan que las mujeres que trabajan fuera de casa tienen una relación igual de buena con los hijos.