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Ana María Moix, un ejemplo de lucidez, discreción y buena escritura

Sabia, lúcida y comprometida, la discreción formaba parte de la manera de hacer de Ana María Moix, que después de luchar tres años contra el cáncer se fue el pasado viernes 28 de febrero a los 66 años.

Nacida en Barcelona en 1947 dedicó su vida a las palabras, como periodista, editora, poeta y narradora. Fue La Nena de la Gauche Divine, buena amiga y confidente de la mayoría de sus miembros, fue mucho más que la hermana de Terenci Moix y sobre todo, se forjó como una escritora de talento y oficio que siempre se mantuvo en un discreto segundo término, a pesar de que sus textos brillan con la fuerza de los grandes narradores.

Uno de los últimos libros que publicó fue 'Manifiesto personal ' publicado por Ediciones B en 2011. Este manifiesto nació de la necesidad de explicar el contexto político y social desde el punto de vista de alguien que hace vida de barrio y analiza lo que le rodea pero con la capacidad crítica de un pensamiento bien entrenado. Una de las conclusiones de este volumen es que vivimos peor que hace veinte años y no sólo por el aspecto económico sino también por la pérdida de humanidad. “Oficialmente dicen que la crisis comenzó en 2008. Pero todo esto arrancó en los años ochenta, cuando se empezaron a respetar sólo el dinero y se abandonó la solidaridad, la justicia social y la libertad... vaya, lo que en definitiva son los derechos humanos”, argumentaba Ana María Moix en una conversación poco después de publicar 'Manifiesto personal'.

Despreciaba la competitividad, la individualidad y el narcisismo, y argumentaba que la “clase especuladora es diabólica y merece el infierno porque está hundiendo el país”, y que “los especuladores son como el cáncer que se come todo lo que se le pone por delante , como las ansias de avaricia de este capitalismo fascista que vivimos”. Hacía estas afirmaciones cuando se empezaba a tratar de la enfermedad, mantuvo el optimismo hasta el final, las ganas de escribir y las largas conversaciones. Ana María Moix deja un enorme vacío en la vida de los que la querían y trataban cotidianamente, como Pere Gimferrer o Maruja Torres, entre muchos otros.

Ahora bien, como ha escrito Maruja Torres en su blog, “lloradla si queréis, pero sobre todo, leedla”, y es que los libros de Ana María Moix son ejemplos de los libros que nos hacen falta, los que nos acompañan y empujan hacia adelante.

Sabia, lúcida y comprometida, la discreción formaba parte de la manera de hacer de Ana María Moix, que después de luchar tres años contra el cáncer se fue el pasado viernes 28 de febrero a los 66 años.

Nacida en Barcelona en 1947 dedicó su vida a las palabras, como periodista, editora, poeta y narradora. Fue La Nena de la Gauche Divine, buena amiga y confidente de la mayoría de sus miembros, fue mucho más que la hermana de Terenci Moix y sobre todo, se forjó como una escritora de talento y oficio que siempre se mantuvo en un discreto segundo término, a pesar de que sus textos brillan con la fuerza de los grandes narradores.