El corazón de la nueva política para los actores del cambio es empoderar a los de abajo, latir al ritmo de la gente común y como señala Xulio Ferreiro, alcalde de A Coruña y miembro de la candidatura ciudadana gallega Marea Atlántica, entender que “sin la gente común, sin la gente normal, las instituciones producen zonas de sombra”. Decidieron asaltar las instituciones porque estaban ante una oportunidad histórica. Dijeron que se podía y lo demostraron.
“La gente común hemos ganado y eso es una victoria colectiva de miles de personas anónimas”, remarcaba Ada Colau la noche del 24-M. Barcelona en Comú había ganado las elecciones a pesar de haber tenido que afrontar una campaña electoral muy difícil, y no sólo por los pocos medios y la poca experiencia de su equipo, sino sobre todo por la hostilidad con que fueron recibidos por otras fuerzas políticas que se habían sentido amenazadas.
Para hacer historia había que forjar una buena campaña y Metamorphosis, una producción de Cornelius Films y Compacto, dirigida por Manuel Pérez, nos acerca a este proceso a través de los ojos de una voluntaria, Laia. Barcelona en Comú contó con la colaboración de casi un millar de voluntarios para hacer llegar las propuestas de la coalición “puerta a puerta”. Vemos la evolución de la formación política desde la primera presentación pública en junio de 2014 con el nombre de Guanyem Barcelona hasta alcanzar el poder municipal el 24-M.
Desencantada de las viejas formas de hacer política, esta joven socióloga, se comprometió con el proceso de Guanyem Barcelona desde sus inicios. “Deseaba explicar el día a día de aquella ciudadanía cómplice unida por la fuerza de un sentimiento: la ilusión”, explica Manuel Perez. Los ojos curiosos de Laia nos guiarán a través de los desafíos que supone un modelo de organización política horizontal y la gestión de los retos que se derivan. De su mano también descubriremos los debates y las discusiones internas, y seremos testigos de la toma de decisiones.
Superar la Barcelona desigual, recuperar el orgullo de ciudad y profundizar en la regeneración democrática fueron los ejes del proyecto de Barcelona en Comú. La estrategia electoral combinó las acciones en los barrios -con 150 acciones de pequeño formato en toda la ciudad- y los actos de gran formato, en el arranque, el ecuador y el final de la campaña hasta el 24-M. Querían activar así el voto abstencionista entendiendo que más participación significa más opciones que gane el cambio.
Alcaldesa, primer largometraje de Pau Faus producido por Nanouk Films, sigue los pasos de Ada Colau durante el mismo año, desde los inicios de la candidatura hasta el día en que es investida alcaldesa de la capital catalana. La crónica íntima de los hechos -con un video-diario personal de la misma Colau -y el acceso privilegiado a las entrañas de la formación, nos muestran un episodio que reúne dos argumentos universales: la consecución de una victoria histórica, paradigma de los cambios políticos del sur de Europa, y el combate interior de alguien que se está convirtiendo en lo que tantas veces había cuestionado.
Los estrategas de campaña la hicieron actuar en lugares donde el magnetismo de su figura podía robar más votos los que se han acabado convirtiendo en adversarios. Ada Colau pisó hasta el día de las elecciones todos los distritos de la ciudad, aunque la coalición fijó 32 barrios prioritarios en los que se programaron diversas acciones para movilizar el voto. Por primera vez los que nunca habían ganado podían ganar. No tenían el poder de otros partidos pero, como vemos en Metamorphosis y Alcaldesa, tenían la fuerza de la gente.
El corazón de la nueva política para los actores del cambio es empoderar a los de abajo, latir al ritmo de la gente común y como señala Xulio Ferreiro, alcalde de A Coruña y miembro de la candidatura ciudadana gallega Marea Atlántica, entender que “sin la gente común, sin la gente normal, las instituciones producen zonas de sombra”. Decidieron asaltar las instituciones porque estaban ante una oportunidad histórica. Dijeron que se podía y lo demostraron.
“La gente común hemos ganado y eso es una victoria colectiva de miles de personas anónimas”, remarcaba Ada Colau la noche del 24-M. Barcelona en Comú había ganado las elecciones a pesar de haber tenido que afrontar una campaña electoral muy difícil, y no sólo por los pocos medios y la poca experiencia de su equipo, sino sobre todo por la hostilidad con que fueron recibidos por otras fuerzas políticas que se habían sentido amenazadas.