Con la muerte del editor Jaume Vallcorba es inevitable preguntarse qué pasará con Quaderns Crema y Acantilado. Las traviesas y suposiciones para adivinar cuál será el futuro de estos dos sellos editoriales -estimats para lectores ávidos y exigentes- ya hace meses que circulan por los circuitos literarios (ya se sabe que las especulaciones son un entretenimiento barato).
Trabajador infatigable, Vallcorba dedicaba las mañanas a ir al despacho (la sede de las editoriales levantadas por Vallcorba es un piso señorial de la calle Muntaner de la zona alta), y las tardes las pasaba leyendo en su casa. Tanta lectura y trabajo bien hecho asegura que sin el alma mater del proyecto, la programación de Acantilado y Quaderns Crema puede salir adelante por lo menos un par de años como hasta ahora, según fuentes vinculadas a la editorial. Dos años son un tiempo suficiente para que la nueva responsable de Quaderns Crema y Acantilado, Sandra Ollo, la mujer de Jaume Vallcorba (acompañada por todo el equipo), siga explorando el camino elegido por Jaume Vallcorba.
Fuentes cercanas a la editorial afirman que la voluntad de la heredera de este exquisito legado editorial es la de continuar las directrices que Vallcorba ha dejado rigurosamente trazadas. Parece ser que grandes grupos editoriales como Planeta y Penguin Random House Mondadori ya han hecho ofertas superlativas para conseguir los catálogos sustanciosos de ambas editoriales, pero de momento, Quaderns Crema y Acantilado continuarán con la independencia y valentía que las caracteriza.
Un catálogo valiente
La pita, planta robusta de origen mexicano con flores que esconden espinas, inspiró el editor Jaume Vallcorba cuando buscaba un logotipo para identificar la recién nacida Acantilado en 1979 Los primeros títulos publicados fueron Las Poesías de Ausiàs March, a cargo de Joan Ferrater, y El preludio de Antoni Marí. “Desde los inicios, la idea de Crema ha sido la de crear una plataforma para autores noveles como lo fueron en su momento Ramon Solsona, Ferran Torrent, Antoni Puigverd o Quim Monzó. Algunos siguen con nosotros y otros no, pero todos empezaron a Crema ”, explicaba el editor hace cuatro años cuando se celebraron el 30 aniversario de Quaderns Crema.
El gusto editorial de Jaume Vallcorba ha sido el del gran humanista devoto de las lenguas romances, el de la amante de obras medievales trovadorescas que se vierte a la edición de lo mejor de esta tradición. Pero Vallcorba también ha ido más allá, su olfato ha permitido la recuperación de autores olvidados y el descubrimiento de voces nuevas.
El cuidado por la lengua, la construcción de diálogos entre tiempo y géneros, la vela por nuestro patrimonio intelectual, el ensanchar fronteras e intereses ... en definitiva, las ganas de trasladar su vasta erudición los lectores ha sido posible gracias a la gran fe que depositaba en las palabras. Las pitas viven de media unos 25 años y ojalá, Quaderns Crema y Acantilado sigan creciendo como lo hacen estas plantas, en los márgenes, junto al mar y libres.
Con la muerte del editor Jaume Vallcorba es inevitable preguntarse qué pasará con Quaderns Crema y Acantilado. Las traviesas y suposiciones para adivinar cuál será el futuro de estos dos sellos editoriales -estimats para lectores ávidos y exigentes- ya hace meses que circulan por los circuitos literarios (ya se sabe que las especulaciones son un entretenimiento barato).
Trabajador infatigable, Vallcorba dedicaba las mañanas a ir al despacho (la sede de las editoriales levantadas por Vallcorba es un piso señorial de la calle Muntaner de la zona alta), y las tardes las pasaba leyendo en su casa. Tanta lectura y trabajo bien hecho asegura que sin el alma mater del proyecto, la programación de Acantilado y Quaderns Crema puede salir adelante por lo menos un par de años como hasta ahora, según fuentes vinculadas a la editorial. Dos años son un tiempo suficiente para que la nueva responsable de Quaderns Crema y Acantilado, Sandra Ollo, la mujer de Jaume Vallcorba (acompañada por todo el equipo), siga explorando el camino elegido por Jaume Vallcorba.