La historia de la Neus es la historia de una mujer como cualquiera, y es la historia de una mujer maravillosa. Una persona que decide dejar atrás los automatismos que se le han activado a lo largo de décadas de existencia. Las decisiones que toma se dirigen a encontrar los deseos más profundos olvidados bajo la alfombra de la inconsciencia. Para buscarlos se separa de un marido que solo aprecia, y persigue la satisfacción a través de un sexo desenfrenado que no le llena más allá de la aventura. Así, degustando la sensación de libertad emocional, revuelve en la oscuridad de la propia alma, pero la insatisfacción no va hacia abajo por una garganta que se llena de líquidos inconfesables, porque lo que bebe no es precisamente lo que quiere, es puro entretenimiento, como quien va al bar después de trabajar y se toma un par de whiskys. La incomunicación en estado puro. Con uno mismo y con los demás.
Neus tiene una hija con quien se ven a menudo pero que en realidad no conoce. Tienen una relación cordial que construyen a partir de una estimación inconfesada, de no poderse explicar quiénes son la una a la otra, porque no lo saben, porque se buscan y no se encuentran. Porque una relación madre-hija es difícil cuando no se encuentra el equilibrio de la relación persona-persona, de tolerancia y aceptación.
Neus es enfermera de enfermos terminales y hace muy bien su trabajo. Tiene cuidado de los pacientes con amor incondicional y respeto por la vida. Un amor y un respeto que no sabe comunicar con los más cercanos. Todo camina adentro, demasiado adentro, por las entrañas de los deseos insatisfechos, perdidos en un laberinto de recorridos imposibles. Es una necesidad de saber y no reconocer que se quiere saber. Es el conflicto constante, subterráneo, acompañando el día a día.
Joan Jordi Miralles nos cuenta la historia de Neus con un estilo conciso y muy directo. Convertido en un narrador que sigue cada paso de la protagonista, que conoce todos y cada uno de los movimientos que le dan vida —y le quitan—, omnisciente pero de ninguna manera omnipresente, construye un ritmo de lectura absorbente y un lenguaje que dibuja una Neus, una mujer maravillosa, que parece estar por encima de la vida, que parece controlar todo lo que le pasa y vive, pero que con una sutileza extraordinaria también insinúa una desorientación existencial que circula subterránea en cada sorbo de aire que la hace vivir. No estar donde se quiere estar es difícil de soportar si, además, no se sabe cómo hacer el clic que mueva la ficha para que las cosas se transformen.
La historia de la Neus es la historia de una mujer como cualquiera, y es la historia de una mujer maravillosa. Una persona que decide dejar atrás los automatismos que se le han activado a lo largo de décadas de existencia. Las decisiones que toma se dirigen a encontrar los deseos más profundos olvidados bajo la alfombra de la inconsciencia. Para buscarlos se separa de un marido que solo aprecia, y persigue la satisfacción a través de un sexo desenfrenado que no le llena más allá de la aventura. Así, degustando la sensación de libertad emocional, revuelve en la oscuridad de la propia alma, pero la insatisfacción no va hacia abajo por una garganta que se llena de líquidos inconfesables, porque lo que bebe no es precisamente lo que quiere, es puro entretenimiento, como quien va al bar después de trabajar y se toma un par de whiskys. La incomunicación en estado puro. Con uno mismo y con los demás.