La conselleria de Salut de la Generalitat de Catalunya, dirigida por Boi Ruiz, publicó a principios de este mes unos datos que mostraban una reducción del 16% del tiempo medio de espera para operaciones quirúrgicas en 2012 con respecto al año anterior. Sin embargo, las cifras en que se basaba el conseller eran erróneas. El tiempo medio de espera no se redujo, sino que aumentó en realidad un 1%.
La trampa pasó desapercibida hasta hace unos días, cuando la Plataforma de Afectados por los Recortes Sanitarios se percató de la incoherencia de los datos y lo denunció. Este hecho se demuestra fácilmente ya que las cifras son públicas. El cálculo de la evolución del tiempo de espera entre diciembre de 2011 y diciembre del 2012 que presentó Ruiz se basaba en datos diferentes a los de la memoria del Servei Català de la Salut (CatSalut) de 2011. El departamento de Salut afirmó que los pacientes debían esperar 5,48 meses para ser operados en 2011, cuando en realidad tuvieron que esperar 4,57 meses de promedio. En 2012, esta media se elevó a 4,61. El tiempo de espera aumentó para la mayoría de operaciones, excepto cataratas, juanetes, artroscopias y prótesis de cadera o rodilla. El empeoramiento fue particularmente patente en el caso de la colecistectomía (la extirpación de la vesícula biliar), cuya espera para entrar a quirófano ha aumentado en realidad un 28% respecto a 2011, y en el de las hernias, que se ha incrementado un 12%.
En cuanto a las operaciones de prótesis de rodilla, la Generalitat sigue incumpliendo la normativa estatal que establece en 6 meses el límite máximo de espera para determinados tipos de intervenciones, aunque en este caso sí se experimentó una mejora (una reducción del 9%).
La PARS denuncia también que no existen datos generales del número de personas operadas después del límite de seis meses. “Que el promedio sea inferior a 6 meses (4,61) no significa que todos los pacientes sean operados dentro de este período de tiempo”, remarca un miembro de la PARS. “Esta garantía temporal es un derecho individual de los pacientes, no del ‘promedio’”, añade.
Si se analiza los datos de los años anteriores, se constata que el aumento del tiempo medio de espera ha sido contínuo desde que Artur Mas asumió la presidencia de la Generalitat en diciembre del 2010. En 2011, los pacientes tuvieron que esperar 4,57 meses antes de ser operados frente a los 4,11 del año anterior. Dicho de otra manera, el aumento del tiempo de espera durante los dos años de gobierno convergente fue del 12%.
Este diario se puso en contacto con el departamento de Salut para aclarar los hechos pero a la hora de publicación de este artículo, todavía no ha obtenido ninguna respuesta.
La conselleria de Salut de la Generalitat de Catalunya, dirigida por Boi Ruiz, publicó a principios de este mes unos datos que mostraban una reducción del 16% del tiempo medio de espera para operaciones quirúrgicas en 2012 con respecto al año anterior. Sin embargo, las cifras en que se basaba el conseller eran erróneas. El tiempo medio de espera no se redujo, sino que aumentó en realidad un 1%.
La trampa pasó desapercibida hasta hace unos días, cuando la Plataforma de Afectados por los Recortes Sanitarios se percató de la incoherencia de los datos y lo denunció. Este hecho se demuestra fácilmente ya que las cifras son públicas. El cálculo de la evolución del tiempo de espera entre diciembre de 2011 y diciembre del 2012 que presentó Ruiz se basaba en datos diferentes a los de la memoria del Servei Català de la Salut (CatSalut) de 2011. El departamento de Salut afirmó que los pacientes debían esperar 5,48 meses para ser operados en 2011, cuando en realidad tuvieron que esperar 4,57 meses de promedio. En 2012, esta media se elevó a 4,61. El tiempo de espera aumentó para la mayoría de operaciones, excepto cataratas, juanetes, artroscopias y prótesis de cadera o rodilla. El empeoramiento fue particularmente patente en el caso de la colecistectomía (la extirpación de la vesícula biliar), cuya espera para entrar a quirófano ha aumentado en realidad un 28% respecto a 2011, y en el de las hernias, que se ha incrementado un 12%.