Los representantes de los trabajadores de la Administración de Justicia en Cataluña han pasado la noche encerrados en el atrio de la Ciutat de la Justicia, en Barcelona. El paro indefinido convocado el martes, 3 de septiembre, se mantiene. La reacción de endurecimiento tomada por el comité de huelga se produjo después de que una comisión de trabajadores fuera recibida por el consejero del sector, Germà Gordó.
El comité habló con el consejero de Justicia después de dos jornadas de protesta, y éste, según fuentes sindicales, los escuchó y les reconoció que algunas de sus peticiones podían ser sensatas, pero se escudó en razones presupuestarias para no aceptar ninguna. En todo caso se remitió al año 2014 como un escenario en el que se podrían analizar las mejores que reclaman los trabajadores. Después del desafortunado encuentro, el comité decidió endurecer su postura con el encierro.
Los trabajadores del ámbito de la Justicia en Cataluña convocaron huelga contra los recortes arobados por la Generalitat que les afectan en este segundo semestre del curso. Los ajustes conllevan a pérdida de una paga extra, a pesar de estar formalmente adscritos a la administración central, y el retroceso en derechos laborales adquiridos, según denuncian, como los permisos y días de vacaciones. Todo ello lo cifran en una reducción salarial efectiva de unos 200 euros al mes, lo que “está afectando muy negativamente a la economía de los trabajadores que contaban con estos ingresos”, explica Joaquín Vela, de la asociación Justicia y Progreso.
La movilización de indignación que ha llevado a los funcionarios de Justicia a la huelga nace de un movimiento asambleario. Sólo un ejemplo: los sindicatos con presencia y delegados elegidos son cuatro: STAJ, CSIF, CCOO y UGT; sin embargo, el comité de huelga está formado por nueve personas, de las cuales cinco no tienen afiliación sindical.
Las primeras jornadas de la protesta laboral han visto como el seguimiento se concentraba en la Ciutat de la Justicia, el lugar donde hay muchos de los servicios de este ámbito de la ciudad de Barcelona. El seguimiento ha sido menor en otras poblaciones y comarcas. La explicación, según Vela, es doble. Por un lado la convocatoria cogió muchos empleados de vacaciones: “las hacen durar hasta principios de septiembre para evitar tener que pagar canguros para sus hijos”, y por otro, las asignaciones de servicios mínimos hechas desde la Generalitat eran elevadas, “de un 20% del personal debe cubrir servicios mínimos, y estos son huelguistas, sin duda”, dice Vela.
El carácter asambleario de la huelga hace que cada día se analice su repercusión y se decidan las acciones a adoptar. La manifestación que se va a las 10,30 de la mañana marca la jornada. Sale del frente de la sede de la conselleria, en la esquina entre las calles Pau Claris y Casp y termina en frente del Departamento de Gobernación, también en Pau Claris.
Los representantes de los trabajadores de la Administración de Justicia en Cataluña han pasado la noche encerrados en el atrio de la Ciutat de la Justicia, en Barcelona. El paro indefinido convocado el martes, 3 de septiembre, se mantiene. La reacción de endurecimiento tomada por el comité de huelga se produjo después de que una comisión de trabajadores fuera recibida por el consejero del sector, Germà Gordó.
El comité habló con el consejero de Justicia después de dos jornadas de protesta, y éste, según fuentes sindicales, los escuchó y les reconoció que algunas de sus peticiones podían ser sensatas, pero se escudó en razones presupuestarias para no aceptar ninguna. En todo caso se remitió al año 2014 como un escenario en el que se podrían analizar las mejores que reclaman los trabajadores. Después del desafortunado encuentro, el comité decidió endurecer su postura con el encierro.