ERC someterá a votación de la militancia su posición final sobre una “eventual investidura española”, que a día de hoy solo tiene a Pedro Sánchez como candidato viable si reúne los apoyos de soberanistas vascos y catalanes. Así lo ha propuesto la dirección del partido al Consell Nacional, el máximo órgano entre congresos reunido este viernes por la tarde, ha informado la formación en un comunicado.
El partido ha decidido que su militancia tenga que refrendar cualquier tipo de acuerdo de cara a la investidura, tal y como ya ocurrió en 2019. Hace cuatro años, las bases de ERC ya decidieron votar 'no' a Sánchez si los socialistas no aceptaban “abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación”. Finalmente, socialistas y republicanos pactaron poner en marcha la mesa y ERC viró a la abstención.
Ahora, sin embargo, el candidato del PSOE no precisa solo una abstención de ERC sino su voto afirmativo. Junts, que votó 'no' a Sánchez en 2019, sí podría tan solo abstenerse si el actual presidente reúne los apoyos de los republicanos y nacionalistas e independentistas vascos y gallegos.
Casi con toda seguridad Junts también convocará a su militancia para validar el acuerdo, en línea con lo que el partido de Carles Puigdemont ya hizo para decidir si avalaba el pacto con Aragonès en la Generalitat y su salida del Govern hace diez meses.
Marta Rovira pilotará las negociaciones
Pese a que por ahora el PSOE no ha mostrado intención de cerrar un acuerdo rápidamente, ERC ya ha designado un equipo negociador para los posibles pactos con perfiles de alto nivel, incluida la secretaria general del partido, Marta Rovira, quien permanece en Suiza.
El jefe de filas en el Congreso, Gabriel Rufián, también estará en las negociaciones, si bien será la exconsellera Teresa Jordà, número dos de los republicanos al Congreso en las elecciones del 23J, quien ejercerá de portavoz republicana de los avances.
Los negociadores de ERC se repartirán el trabajo: Rufián, Jordà y la senadora Sara Bailac se encargarán de pilotar la negociación más estrictamente parlamentaria en las Cortes, en la que el primer paso será la constitución de la Mesa y de los grupos parlamentarios. Para tener grupo propio tras su batacazo electoral el pasado 23J, los republicanos precisan de una interpretación generosa del reglamento –habitual en otras legislaturas– por parte del PSOE y Sumar.
Por su lado, Rovira y pesos pesados del partido como Marta Vilalta, Josep Maria Jové y Juli Fernández asumirán el peso de las conversaciones con el PSOE, Sumar y Junts explorar un acuerdo político ligado a una nueva investidura de Pedro Sánchez.
La intención de ERC es abordar junto a Junts un acuerdo estratégico común. El primer reto será poner de acuerdo a ambos partidos, enfrentados por la hegemonía independentista, sobre qué precio fijar a Sánchez, toda vez que por ahora ambas formaciones han expresado incluso prioridades opuestas.
Mientras ERC tiene claro que no hay que repetir elecciones y que apoyar al Gobierno de izquierdas en Madrid siempre que el PSOE acepte avanzar en la negociación sobre el conflicto catalán, el déficit fiscal y el traspaso de Rodalies, en Junts varias de sus familias no contemplan el bloqueo como una mala opción pese al riesgo de que en unas nuevas elecciones la ultraderecha pueda entrar por primera vez en el Gobierno. De ahí su apuesta de máximos por la amnistía o la autodeterminación.
El reto inmediato de ERC en su intento de recuperar la unidad estratégica independentista será convencer a Junts de que hay que negociar, evitar la repetición electoral y huir de condiciones maximalistas. El homólogo de Rovira en las filas de Junts será su secretario general, Jordi Turull, con quien la republicana ya limó las asperezas entre independentistas que precedieron al referéndum del 1-O de 2017. Dos viejos conocidos volverán a pilotar las negociaciones.