El 2019 fue un año de récord para la Fira de Barcelona. El organismo superó las previsiones iniciales y rebasó los 215 millones de facturación a pesar de la “compleja situación política y social” que se vive en Catalunya, según las palabras de Pau Relat, el presidente del Consejo de Administración del organismo. El beneficio bruto de explotación de este 2019 ha sido de más de 25 millones de euros y las perspectivas para 2020 también son buenas: se prevé que se vuelvan a superar los 200 millones.
Si bien los resultados no son definitivos, el ente calcula que el año finalizará con una facturación un 15% superior a la de 2017, año comparable con el actual debido al tipo de ferias que se han celebrado en Barcelona. En 2019 se celebraron más de 150 salones, congresos y otros eventos de este tipo en la Fira. En 2018, la facturación fue de 210 millones.
La presentación de los resultados ha contado con representantes de un amplio espectro político. Más allá de los dos responsables directivos de la Fira, han comparecido el vicepresidente de la Generalitat; Pere Aragonès; la consellera de Empresa, Àngels Chacón; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la de L’Hospitalet de Llobregat, Núria Marín y el presidente de la Cambra de Comerç, Joan Canadell.
La mayoría de los representantes políticos y altos cargos -a excepción de Aragonès, que ha obviado el asunto- se ha referido a la necesidad de lograr una mayor estabilidad política para consolidar la buena marcha del organismo. Colau ha hecho énfasis en la necesidad de “estabilidad” a nivel “político, económico y social” así como en la importancia de que se aprueben los presupuestos tanto a nivel estatal como autonómico y local. “Los éxitos de los últimos años no han sido fáciles”, ha remachado la alcaldesa.
“El negocio ferial necesita normalidad, tranquilidad y estabilidad institucional”, ha añadido Relat. “Necesitamos que se actúe con tranquilidad y se dé paso a un clima de diálogo y entendimiento”. Según el dirigente de la Fira, el organismo requiere de “un entorno estable que proyecte una imagen de ciudad positiva y por supuesto segura y acogedora”.
Los responsables de la Fira creen que los disturbios y manifestaciones del pasado otoño no afectaron en gran medida a la celebración de los congresos ni tampoco en la previsión de los eventos para 2020. “Es cierto que octubre fue complicado”, ha apuntado Constantí Serrallonga, director general de la Fira. “Hubo eventos que podrían haber sido extraordinarios y al final acabaron siendo solo muy buenos”. Serrallonga también ha descartado que esto afecte a las previsiones de 2020 y los responsables del organismo han afirmado que el próximo congreso de móviles, previsto para febrero del año que viene, será la “mejor edición de la historia”.
También la consellera de Empresa, Àngels Chacón, ha insistido en desligar las turbulencias políticas en Catalunya del devenir de los congresos en Barcelona. “Que no nos hagan elegir entre la defensa de nuestros derechos y la economía productiva porque no solo son compatibles sino que ambos son necesarios”, ha asegurado.
“La realidad es muy testaruda”, ha añadido Joan Canadell, que accedió el verano pasado a la presidencia de la Cambra de Comerç tras una campaña diseñada por la ANC para acceder a una posición clave en la economía catalana. “Este país se está acostumbrando a trabajar con inestabilidad y nuestra economía sigue tirando hacia adelante y creciendo”. Según Canadell, la economía catalana es “cada vez más resiliente a la inestabilidad”.