El exvicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) José María Enríquez Negreira, ha acudido este martes al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Catalunya (IMLCFC) para someterse a un reconocimiento médico tras alegar que sufre una demencia que le impide estar imputado en una causa penal.
Negreira, de 79 años, ha llegado sobre las 9.30h. de este martes a la sede del IMLCFC de Barcelona acompañado de su mujer y de su abogado, Daniel Pérez-Esqué. Antes de entrar en el edificio, ha sufrido una caída. Del resultado del examen médico dependerá que el juez Joaquín Aguirre decida si el excolegiado puede ser juzgado o no.
En el sumario del caso constan informes médicos de Negreira ya antes de que fuera imputado. Derivado por su centro de salud, la primera visita del excolegiado y su familia a un centro médico especializado en alzheimer fue en septiembre de 2022.
En ese primer diagnóstico, los neurólogos constataron una “demencia leve” y, a falta de realizar más pruebas, advirtieron de una posible enfermedad neurodegenerativa. También recomendaron plena supervisión de sus familiares de su toma de decisiones.
El excolegiado presentó este informe en febrero de 2023 para acogerse a su derecho a no declarar ante la Fiscalía de Barcelona, cuando el caso Negreira estaba bajo investigación del Ministerio Público. Su defensa manifestó que el exárbitro tenía “un diagnóstico de alzheimer” que le impedía estar investigado en una causa penal.
En las últimas semanas, cuando Negreira ya estaba imputado por el juzgado de instrucción 1 de Barcelona, su defensa aportó un nuevo informe psiquiátrico que lo consideraba “incapaz” de declarar en el caso. El juez encargó una prueba al forense del juzgado antes de decidir si archiva el caso contra el exárbitro por su demencia.
Aunque el exvicepresidente del CTA quede excluido del caso, la investigación seguirá abierta al afectar también al hijo de Negreira y a dos expresidentes y a dos exejecutivos del F.C. Barcelona, Sandro Rosell, Josep Maria Bartomeu, Albert Soler y Òscar Grau. Todos ellos están pendientes de ser citados a declarar como investigados.
El juez investiga si los 7 millones que el Barça pagó a Negreira durante casi 20 años fueron un soborno a cambio de influir en los colegiados y lograr arbitrajes amañados. El Barça ha admitido los pagos ante Hacienda, si bien lo ha desvinculado de cualquier tipo de corrupción y los ha enmarcado en labores de asesoramiento.