La Generalitat catalana trabaja con las farmacias para que puedan realizar tests de antígenos

Pau Rodríguez

16 de noviembre de 2020 14:31 h

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El Departamento de Salud quiere incorporar a las farmacias en su estrategia de combate contra el coronavirus. La responsable del Departamento de Salud, Alba Vergés, ha defendido que estos establecimientos pueden “ayudar” en la estrategia de salud pública contra el coronavirus. “Estamos trabajando conjuntamente”, ha asegurado la consellera, que con todo ha recordado que antes deberán contar con el visto bueno del Ministerio de Sanidad y con un protocolo propio para que los tests que se hagan cumplan todas las garantías. 

Desde los contagios se dispararon durante la segunda ola, las farmacias han pedido que se les permita realizar tests para descongestionar la sanidad pública, algo que las autoridades sanitarias habían visto con recelo, debido a que no están conectadas con los servicios de vigilancia epidemiológica. Aun así, la Comunidad de Madrid lo solicitó con una petición formal a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS)

En Catalunya, ahora la Generalitat ha asegurado que trabaja junto con el sector para elaborar un documento marco que permita esa realización de tests con todas las garantías. Jacobo Mendioroz, subdirector general de Vigilancia y Respuesta a Emergencias de la Agencia de Salut Pública de Catalunya, ha enumerado algunas las cuestiones que debería recoger el protocolo: que se puedan trazar los contactos, que se eviten las aglomeraciones a las puertas de las farmacias o que haya privacidad por parte de quienes se hacen la prueba. “No hay que olvidar que es una prueba diagnóstica y que por lo tanto se tiene que realizar e interpretar con todas las garantías”, ha remarcado. 

Las autoridades sanitarias catalanas han incorporado los tests de antígenos en su estrategia para detectar casos de COVID-19 y, en solo un mes, han llegado a hacer unas 60.000 pruebas semanales de este tipo. Al principio, los empezaron a usar con personas sintomáticas –donde la fiabilidad es igual que la PCR–, pero luego ampliaron su uso también a los contactos estrechos de los positivos, aunque su sensibilidad con las personas asintomáticas está más discutida dentro de la comunidad científica.

Una desescalada que no sea como en verano

El riesgo de rebrote sigue en descenso en Catalunya y retrocede 38 puntos en las últimas 24 horas, situándose en los 438, según la última actualización. La velocidad de propagación, la Rt, también se reduce dos centésimas (0,78), mientras que la incidencia a 14 días cae a 593,99 (ayer era de 622,79). En paralelo, se han declarado 1.092 nuevos casos confirmados por PCR o test de antígenos (TA), hasta los 288.362 desde el inicio de la pandemia.

En cuanto a los hospitales, hay 2.535 ingresados ​​por COVID-19 y 587 en las UCI, teniendo en cuenta que ahora también se incluyen los críticos en centros privados. “Hemos superado el pico de la curva epidemiológica pero no podemos decir lo mismo de la curva asistencial”, ha resumido la consellera Vergés.

La intención del Departamento es que a partir del lunes 23 de noviembre se inicie una nueva desescalada en la que se retomen actividades como las terrazas de bares y restaurantes y algunas otras que sean al aire libre. Vergés no ha querido adelantar si podría ser el caso de actividades extraescolares o culturale. Lo que sí ha añadido Mendioroz es que el levantamiento progresivo de las restricciones sociales no debería llevar a la población a recuperar todas sus relaciones sociales más allá del núcleo conviviente: “No podemos pensar que volveremos a hacer como en verano”, ha afirmado, cuando según él la ciudadanía volvió “de forma descontrolada” a la normalidad.