La crisis en la cúpula de los Mossos d’Esquadra ha estallado definitivamente y se ha cobrado la cabeza nada menos que del comisario jefe de la policía, Josep Maria Estela. El conseller de Interior, Joan Ignasi Elena (ERC), ha tomado la decisión de destituirle tras un último choque que tiene que ver con la elección de los nuevos comisarios, aunque la desconfianza se remonta meses atrás y a otros episodios, como su disputa con su número 2, Eduard Sallent. Estela se incorporará como jefe de la región policial de Ponent (Lleida) y el comisario Sallent asumirá su puesto en funciones.
El detonante del cese ocurrió el pasado viernes, cuando Elena y Estela se reunieron para tomar la decisión definitiva sobre los seis nuevos comisarios del cuerpo. El responsable de Interior defendía la incorporación de las cuatro mujeres aspirantes, según desveló la agencia EFE, mientras que Estela apostaba por tres hombres y tres mujeres. La tensión llegó al punto que el comisario jefe salió de la reunión.
Josep Maria Estela no ha llegado a cumplir un año al frente de la policía catalana. Designado por el conseller de Interior el pasado mes de diciembre para sustituir al mayor Josep Lluís Trapero, Estela es mosso desde 1994 y había ejercido anteriormente como jefe de la región policial de Tarragona y fue también el responsable de la investigación de las explosiones de la célula terrorista en Alcanar.
La crisis trascendió en la cúpula policial al conocerse que Estela había lanzado un pulso a su número 2 en forma de ultimátum al conseller, a quien pidió que escogiese entre él o Sallent. Tras el incendio inicial, el director de la policía, Pere Farré, reconoció las “dificultades” en la dirección policial pero lo achacó a disparidades de criterio, y posteriormente el propio Estela mandó una carta a todos los agentes en la que trataba de zanjar la polémica y aseguraba que en los Mossos trabajan todos “juntos”.
Pero el fuego estaba lejos de apagarse. En los días posteriores se conocieron noticias que solo contribuyeron a avivarlo. Entre ellas, la denuncia del exjefe de Investigación con Trapero, Toni Rodríguez, que aseguraba haber sido cesado en su día por haber llevado a cabo investigaciones a políticos como el por entonces conseller, Miquel Buch (Junts). O las convocatorias a inspector e intendente que fueron suspendidas al hallarse un móvil grabando en la reunión del tribunal.
El sindicato de mandos policiales SICME se pronunció ya antes de la destitución, al conocerse su inminencia. “No entenderíamos su cese. Necesitamos estabilidad y continuidad, así como respeto a la Jefatura del Cuerpo. No toleramos que se ponga en duda su profesionalidad”, manifestaban, y añadían que han pedido una reunión con el conseller.