Comparecidas tras meses sin estar localizables. Las hijas de Fèlix Millet, saqueador confeso del Palau de la Música ya fallecido, han anunciado al juez su voluntad de celebrar su declaración como investigadas por ayudar presuntamente a su padre a no devolver el saqueo del auditorio. Clara y Laila Millet han pasado varias semanas en paradero desconocido para el juez.
Las dificultades para encontrar a Clara y Laila Millet fueron un obstáculo inesperado de la causa abierta a raíz de una denuncia del Palau de la Música ante los obstáculos que, según el auditorio, ponían sus saqueadores para devolver un expolio cifrado en 23 millones de euros. Más de una década después del estallido del caso, se han recuperado alrededor de 14 millones, y se siguen vendiendo propiedades embargadas de los condenados.
En un primer momento, según fuentes jurídicas, el juez no logró encontrar a Clara y Laila Millet en Perth (Australia) y Madison (EEUU), ciudades a las que se mudaron para evitar el ostracismo social que vivió la familia en Catalunya tras descubrirse el escándalo en 2009.
Tal y como adelantó elDiario.es, el juez, a petición de la Fiscalía Anticorrupción, llegó a enviar a agentes de los Mossos d'Esquadra al funeral de Millet el pasado mes de marzo. El objetivo era encontrar en las exequias a sus hijas para poder entregarles la citación para comparecer como investigadas esa misma semana. Pero los policías no encontraron a Clara ni a Laila Millet en la despedida de su padre.
Finalmente, Clara y Laila Millet han aparecido. No físicamente por la Ciudad de la Justicia de Barcelona, sino a través de un escrito de sus abogados, en el que han comunicado un domicilio en Australia y EEUU y han pedido declarar como investigadas.
Una vez localizadas, juez ha dejado sin efecto la orden que tenían las dos hermanas para que fueran conducidas por la policía al juzgado para declarar en caso de que pusieran un pie en España. El magistrado también ha pedido al “organismo correspondiente” que facilite los medios para que las dos hermanas puedan declarar desde los países en los que viven.
La nueva investigación contra las hermanas Millet se centra en los contratos de alquiler con propiedades embargadas a su padre que les habrían supuesto derechos de adquisición preferente cuando las casas fueran subastadas. Su declaración como investigadas, que todavía no tiene fecha, es prácticamente la última diligencia a practicar antes de que el juez decida si el caso va a juicio o se archiva.
Irse a vivir fuera de España no evitó que Laila Millet fuera condenada como responsable civil a título lucrativo del expolio, esto es, por haberse beneficiado del saqueo cometido por su padre. Clara Millet, en cambio, fue absuelta. Fèlix Millet pagó con dinero del Palau desde obras y piscinas en las casas de sus hijas hasta viajes familiares de lujo.
Millet también abonó con dinero del auditorio las bodas “ostentosas”, en palabras de la sentencia del caso, de sus hijas en el Palau. Fue uno de los episodios célebres del expolio, pues a Millet las bodas le salieron a devolver: cargó la mitad de los enlaces a los respectivos consuegros, pero los 164.269,93 euros que costaron las bodas los había desembolsado la entidad cultural.
Las hermanas Millet siempre han mantenido que se enteraron por la prensa de todo el expolio, si bien la sentencia deja claro que disfrutaron de los viajes que su padre abonaba con dinero que no era suyo. Toda la familia viajó a la Polinesia en 2006, mientras que Laila y Clara respectivamente acompañaron a sus padres a Kenia y a las Maldivas en 2007.
Con su declaración como investigadas por videoconferencia, por ahora no se repetirá la imagen de su presencia física en la Ciudad de la Justicia de Barcelona, donde sí acudieron por el juicio del Palau. En su interrogatorio en 2017, Clara Millet aprovechó para arremeter contra la prensa y la “masacre mediática” que, a su juicio, sufría su familia, una de las más emblemáticas de la burguesía catalana hasta que se descubrió el saqueo.
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