Joan Trullén (Barcelona, 1955) es doctor en Ciencias Económicas. Concejal por el PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, actualmente es el vicepresidente de Planificación Estratégica del Área Metropolitana de Barcelona y es el autor del anuario metropolitano de 2012. El documento, con datos de 2011, certifica un aumento de las desigualdades en torno a Barcelona, un fuerte crecimiento del desempleo, especialmente entre los jóvenes y los colectivos menos formados, y un incremento del riesgo de pobreza. Con todo, en esta entrevista, el exsecretario de Estado de Industria se muestra optimista y defiende priorizar la exportación y reforzar las bases competitivas para salir de la crisis y reducir el desempleo.
Un 18,6% de la población del Área Metropolitana de Barcelona vive una renta por debajo del umbral de la pobreza de Catalunya, con sólo 8.500 euros anuales. Son datos de 2011, lo que los hace más alarmantes.
En todas las sociedades contemporáneas se dan importantes desigualdades. Sólo en sociedades que han desarrollado durante muchos años políticas activas para corregir estas desigualdades se presentan situaciones menos problemáticas. En economías como la americana, en ciudades similares a Barcelona, el índice de Gini (un coeficiente para medir las desigualdades) es de un nivel de 0.40 y aquí estamos a niveles de 0,33. Economías socialmente muy avanzadas, como Suecia, y Holanda, presentan un nivel de Gini de 0,26-0,27. Estamos, por lo tanto, en un nivel intermedioentre las patologías de desigualdad más fuertes de las áreas metropolitanas americanas y la mejor situación de las economías socialmente avanzadas.
Cuándo se originan estas desigualdades?
Mientras que entre los años 1985 y 2000, las desigualdades, medidas a través de los indicadores de pobreza, iban decreciendo, desde comienzo del siglo XXI, estas desigualdades tienden a crecer. Muchas diagnosis apuntan como causa la ampliación del ámbito en que se insertan las metrópolis, crecientemente globalizadas. Este hecho provoca aumentos de competencia muy severos en sectores muy expuestos a la competencia exterior, y en consecuencia, a través del mercado de trabajo, se generan condiciones de desigualdad importantes. Pero hay que tener muy claro que las desigualdades ya existían antes de la crisis. Independientemente que la crisis ha intensificado las desigualdades, las economías adelantadas presentan patologías y, además, de abordar los problemas derivados de la crisis, hay que afrontar los problemas de las desigualdades.
En su informe citan que el incremento del riesgo de pobreza y de las desigualdades en la Área Metropolitana de Barcelona se debe a los altos índices de paro, al hecho de que cada vez hay más gente que no cobra la prestación por desempleo y a los altos gastos de vivienda.
La principal causa es que los mecanismos disponibles para corregir las desigualdades, tanto de naturaleza tributaria como de gasto social, no son bastantes eficaces. Es una exigencia intensificar y mejorar las estrategias de corrección de las desigualdades, independientemente de la crisis. La crisis lo que ha hecho es intensificar un problema que ya se había detectado con anterioridad. La Área Metropolitana de Barcelona es una de las pocas áreas metropolitanas del mundo que dispone de un sistema de encuestas que nos permite hacer un seguimiento de los hábitos y las condiciones de vida de los ciudadanos desde el año 1985.
¿Se ha tocado techo en desigualdad en Barcelona y su entorno?
Diría que no. En la medida en que se corrigieran las desigualdades, tenderíamos a mejorar, pero creo que no. Lo que tenemos que hacer es ser conscientes de abordar estos problemas en la esfera adecuada. Y la esfera adecuada no siempre es el ámbito local, sino que son los ámbitos de las comunidades autónomas y de los estados. En las comunidades autónomas se tienen que diseñar las políticas redistributivas, y en los estados, los sistemas tributarios que tiendan a generar un sistema de financiación adecuada.
El desempleo es especialmente crudo entre los jóvenes. En la provincia de Barcelona había a finales de 2012 un 52% de paro juvenil.
Para combatir el desempleo se tiene que tener una estrategia económica. La estrategia económica desde laÁrea Metropolitana de Barcelona puede ayudar a buscar vías que permitan incrementar la ocupación de unazona, pero en ningún caso podemos pretender, con los recursos de que disponemos y desde el ámbito del área metropolitana, resolver el problema del paro.
Hábleme de esta estrategia económica en el ámbito metropolitano.
El diseño de la estrategia metropolitana se tiene que orientar a facilitar un modelo de salida de la crisis que permita focalizar los problemas de desempleo. Sabiendo los límites de la acción de gobierno que se puede tener desde un territorio metropolitano, somos conscientes de que con una economía globalizada, de una manera creciente, no compiten las empresas, sino que compiten las metrópolis. Es decir, el grado de competitividad de una empresa tiene mucho más relación con el sitio en el que produce que con su capacidad interna de mejorar su estrategia o su competitividad a través de las vías convencionales de crecimiento de la productividad. Si eso es así, y cada vez más compiten las metrópolis, lo que hay que hacer es identificar las estrategias económicas que refuercen la productividad en el territorio. Y reforzar la productividad en el territorio implica la toma sistemática de decisiones que pueden resultar a veces alejadas de los problemas cotidianos como los que afectan a la gente, pero que son fundamentales para abordarlos.
Siga.
Tenemos la posibilidad de activar toda una serie de elementos, de infraestructuras, que ayuden a mejorar la competitividad de los agentes económicos en el territorio metropolitano. A diferencia de otras áreas metropolitanas, en Barcelona disponemos de un conjunto de infraestructuras de transportes y comunicaciones que nos sitúan en una posición mucho más interesante y adelantada de la que teníamos los años 80 en relación con la crisis del periodo 1977-1985 o de la que tuvimos en el periodo 1993-1996, después de los Juegos Olímpicos. Disponemos de un aeropuerto cada vez másdirigidohacia el tráfico intercontinental, hemos transformado el puerto de Barcelona, después del desvío del río Llobregat y del plan Delta, en uno de los puertos más competitivos del conjunto de la Unión Europea. Disponemos desde el pasado día 15 de un sistema ferroviario con conexiones directas, con anchura internacional, desde Barcelona a Paris, Lyon, Toulouse y Marsella. Es decir, disponemos de una serie de elementos sobre los que construir una estrategia que no implique muchos años de retraso en su ejecución.
¿Y esta estrategia pasa por mirar hacia fuera?
En el periodo 1977-1985 se afrontó la crisis sobre un proyecto que era la transformación del municipio de Barcelona a partir de los Juegos Olímpicos. Eso nos sirvió, desde 1985 hasta 1992, de propulsión, transformando la economía de la ciudad y del conjunto del área metropolitana desde Barcelona. De la crisis de 1993-1996, salimos con una transformación en torno al proyecto Barcelona-Ciudad del Conocimiento, que posibilitó el 22@, la transformación del Poblenou y el plan Delta (del que son fruto el puerto y el nuevo aeropuerto). Ahora afrontamos la crisis de 2008-2013 desde unas bases mejores, de las que teníamos los años 1984 y 1993. El año 1984, la Área Metropolitana de Barcelona lideraba la tasa de paro de la economía española. En estos momentos, en cambio, estamos bastante por debajo del nivel de desempleo medio de la economía española. Eso quiere decir que en términos relativos hemos avanzado en materia de competitividad territorial. Una de las piezas esenciales de la nueva diagnosis es explicar por qué estamos en situación para poder activar estrategias de salida de la crisis a la que nos pongamos de una manera coordinada. Y una de las piezas esenciales es el análisis de todas las bases del comercio exterior.
¿Es la clave para salir de la crisis?
Naturalmente, es un aspecto en el que insisto desde el primer momento en que se diagnosticó la crisis. De esta crisis se sale exportando. Lo tengo muy claro.
Exportando, qué?
Exportando bienes industriales manufactureros, en un 80%, y exportando servicios, en un 20%, de los cuales hay uno que es muy especial que son todas las exportaciones ligadas al turismo. Pero hay que entender que el 80% del valor añadido del área metropolitana lo aporta la industria. Barcelona es la capital industrial del sur de Europa, con una capacidad exportadora que no tiene nada que ver con la que teníamos el año 1985, cuando nuestro mercado era mayoritariamente el mercado peninsular. En estos momentos, el 70% de nuestro mercado es europeo, y el 30%, de fuera de Europa. ¿Y eso qué es? Es industria. ¿Y qué industria? El análisis de la capacidad competitiva del Área Metropolitana de Barcelona nos sitúa en una industria más tradicional, como la industria de la automoción y sus componentes, pero también en nuevas actividades productivas. La actividad farmacéutica que estaba centradaen el mercado interior es ahora una de las grandes exportadoras del Área Metropolitana de Barcelona. Ahora, encontramos en la Área Metropolitana de Barcelona componentes tan inesperados hace 20 años como puede ser el plasma. ¿Por qué? Porque tenemos empresas mundiales líderes trabajando en equipo y exportando desde aquí. El modelo turístico es importante, pero el modelo industrial es siete veces más importante.
¿La exportación ayudará a reducir el desempleo?
Nuestra preocupación y obsesión es el desempleo, pero para afrontar el paro necesitamos un paso previo que es corregir establemente el desequilibrio externo. Barcelona lidera la capacidad competitiva de la economía española. Aporta el 20% como metrópolis de toda la exportación de la economía española. ¿Eso quiere decir que vaciaremos la desocupación desde los sectores industriales manufactureros? No, pero si no disponemos de una capacidad permanente de afrontar los desequilibrios externos históricos no podremos generar demanda interna. La buena noticia es que desde hace unos meses presentamos un superávit por cuenta corriente en la economía de Barcelona muy importante.
¿Qué podemos hacer para ser competitivos y corregir el desequilibrio externo?
Hay dos estrategias de cómo hacer eso. La estrategia de los que buscan la competitividad a través de la devaluación interna, que es como decir que si la Seat tiene que competir en el mercado global con China, se tienen que bajar los salarios de la Seat para que pueda competir con esta economía. La alternativa es la de decir que no. Nosotros no tenemos que tener los salarios de China sino que lo que tenemos que hacer es aumentar la productividad por trabajador.
¿Cómo se aumenta esta productividad?
Hay unos elementos de naturaleza territorial que son fundamentales para explicar el crecimiento de la productividad en los sectores expuestos a la competencia externa. Dicho de una manera campechana, no hay ningún inversor que se atreva en estos momentos a colocar su inversión en el mercado global si no tiene un aeropuerto intercontinental próximo. Y muchos inversores necesitan, además, un puerto potente con el que puedan conectarse a nivel internacional, y un sistema ferroviario capaz de colocar convoyes hasta las ubicaciones centrales de los mercados alemanes o franceses. Tenemos que organizar la Área Metropolitana de Barcelona de tal manera que se aguante en dos pilares fundamentales: un que apunte a la competitividad externa sin elque no podremos plantear el modelo de vaciado del paro masivo como el que podemos hacer. Y digo como el que podemos hacer porque lo hemos hecho dos veces en los últimos 25 años. Y el segundo pilar es el de la cohesión y el de utilizar las herramientas disponibles a escala local, para reforzar la cohesión social en el territorio metropolitano, sabiendo que hay unas tendencias de fondo que nos llevan hacia una situación muy difícil de desigualdad. Creemos que podemos trabajar con un esquema que sea capaz de sustituir al de Willy Brandt de los años 70. Brandt planteaba moderación salarial, aumento de beneficios, aumento de inversiones, más ocupación, una corrección de la desigualdad a través de un sistema tributario progresivo (impuesto sobre la renta, impuesto sobre el patrimonio), un sistema de compensación social, transferencias, renta mínima, políticas activas de ocupación... Nosotros tenemos que utilizar lo mejor de este esquema, pero en un contexto de economía abierta, que nos permita integrar este esquema en la nueva situación. Es difícil, pero lo tenemos que utilizar.
¿Y cuál es el nuevo esquema?
Nosotros seremos competitivos si en el territorio, no tanto si los salarios son bajos, sino si en el territorio hay condiciones competitivas para hacer atractiva la inversión privada. Seremos competitivos si ésta industria manufacturera encuentra unas universidades localizadas aquí con capacidad de generar recursos humanos, unos centros tecnológicos capaces de trabajar con infraestructuras potentes y con medios humanos entrenados. Se enfoca la productividad desde el territorio. Una vez enfocada la productividad desde el territorio se tienen que plantear esquemas de redistribución muy potentes. ¿Por qué? Porque iremos vaciando la tasa de paro. Pero si no tenemos el sector exterior bien armado no podremos financiar esta operación de vaciado. La industria tiene que ser la que lidere la salida de la crisis. Tiene que ser la punta de lanza.