La libertad de expresión va a tener que volver al juzgado. El juez de Barcelona Sergio Escalona ha imputado a la revista Mongolia y a dos de sus editores, los periodistas Darío Adanti y Pere Rusiñol, por un número de la publicación que contenía bromas y mofas sobre la religión católica. El magistrado ha tomado esta decisión tras admitir la denuncia del sindicato ultra Manos Limpias por un presunto delito contra los sentimientos religiosos.
En un auto, de una sola página, el magistrado se limita a señalar que de la denuncia del sindicato se deducen “hechos que presentan características que hacen presumir la posible existencia de infracción penal”. Esos hechos, que el juez no precisa, son, según Manos Limpias la portada y un total de 14 páginas del número del mes de diciembre de Mongolia.
La denuncia del sindicato –firmada por su secretario general, Miguel Bernad, condenado en primera instancia por extorsionar a bancos– tampoco aporta mucho más. En tres páginas, la entidad ultra indica que en el número de diciembre de Mongolia, en cuya portada aparecían José, la virgen María y un dibujo de una caca sonriente representando a Jesús, “se vierten una serie de reportajes y artículos gravemente atentatorios” contra la religión católica.
No detalla Manos Limpias algo esencial en derecho penal, esto es, las concretas bromas o parodias de la revista que han ofendido sus sentimientos religiosos. Por contra, el sindicato ultra engloba un total de 14 páginas de la revista en terreno delictivo por “en general, vejarse y mofarse” de las “creencias” de los cristianos.
“Las querellas contra Mongolia son un ejemplo más del aumento del acoso contra el humor y la libertad de expresión por parte de grupos ultracatólicos en los últimos años, envalentonados por el ascenso de Vox”, han expresado los editores de la revista, que tendrán que comparecer ante el juzgado como investigados el próximo 26 de julio.
Entidades ultracatólicas han intentado resucitar a golpe de titular el delito de ofensa a los sentimientos religiosos, hasta hace poco tiempo una anécdota en la realidad judicial. Hace unas semanas, una jueza imputó a tres humoristas de TV3 por parodiar a a la virgen del Rocío a petición de la asociación ultra Abogados Cristianos.
Numerosos juristas consideran que este tipo penal entra en colisión con la libertad de expresión y que debería despenalizarse, si bien los trabajos de la pasada legislatura en el Congreso para eliminar del Código Penal las ofensas a los sentimientos religiosos no fructificaron.
La citación a los editores de Mongolia coincide con la presentación del libro 'Libertad de impresión', editado por la revista satírica y que recopila varias de las causas en los tribunales que en los últimos años han pretendido amordazar la libertad de expresión. Según Adanti y Rusiñol, el humor se está convirtiendo “en una práctica de riesgo en España”, que puede agravarse si la ultraderecha asciende al Gobierno tras el 23J.