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El juez imputa a un sargento de los Mossos en el caso de la joven mutilada por una bala de 'foam'

El juez de Barcelona que investiga la mutilación del ojo de una joven con una bala de 'foam' durante los incidentes contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel del año pasado ha imputado al sargento de los Mossos d'Esquadra que comandó sobre el terreno el operativo donde resultó herida la manifestante.

Según han informado a elDiario.es fuentes jurídicas, el juez ha aceptado la petición de la representación de la víctima, que ejerce el letrado Xavier Muñoz, y de la acusación popular del centro Irídia, que comanda la abogada Anaïs Franquesa, y ha citado al sargento para el próximo 1 de junio. El mando se suma a los dos imputados en el caso, los dos escopeteros de la policía catalana que dispararon balas de 'foam'  en la Via Augusta de Barcelona para dispersar una manifestación en favor de Hasel que había derivado en altercados, momento en que la joven fue mutilada por un proyectil policial.

Tras meses de investigación sigue sin poder esclarecerse la autoría concreta del disparo. Fueron los Mossos, según admitió hasta la conselleria de Interior, pero los agentes, en su declaración como investigados, evitaron autoinculparse. Así buscan eludir cualquier responsabilidad penal -si no hay autor conocido, el caso tendrá que archivarse-, aunque igualmente la víctima podría reclamar una indemnización a la Generalitat por vía administrativa.

A la confusión como estrategia de defensa se ha sumado este miércoles el jefe de los antidisturbios de la policía autonómica, Xavier Pastor, el encargado de redactar el protocolo sobre el uso del 'foam' que la conselleria de Interior escondió durante meses a los grupos parlamentarios y cuyo contenido solo reveló en parte después de que elDiario.es accediera al mismo mediante una petición de Transparencia.

Pastor ha declarado como testigo ante el juez después de que la defensa de la víctima e Irídia descubrieran que el protocolo de la policía autonómica permite disparar balas de 'foam' a una distancia en la que pueden provocar lesiones graves, al contrario de lo que recomiendan las disposiciones del fabricante. Sobre este extremo Pastor ha contradicho ante el juez las tesis que viene manteniendo Interior, cuyos inquilinos describen el 'foam' como un arma de precisión que impacta directamente en el objetivo, y ha rechazado que este tipo de proyectiles sean “de precisión”.

El mando policial ha afirmado que no se puede considerar el 'foam' como un arma de precisión ya que no se puede asegurar con suficiente concreción el impacto allí donde el agente apunta. Ha matizado, no obstante, que el protocolo de uso sí cumple los requisitos del fabricante sobre la distancia de los disparos y la zona del cuerpo donde dispararlos.

Según fuentes jurídicas presentes en la declaración, cuando las acusaciones han querido contradecir las tesis de Pastor mostrándole el protocolo del fabricante, el mando policial ha preguntado en primer lugar de dónde habían obtenido el documento -fue requerido por el juez a los Mossos- y después ha alegado que no podía leerlo porque se había dejado las gafas-

También ha declarado este miércoles como testigo el fotoperiodista que fotografió a los dos escopeteros investigados mientras uno de los dos disparaba el 'foam' que impactó en el ojo de la víctima. El informador ha explicado que instantes después de hacer la foto se volvió hacia la víctima y la vio de pie y con la mano en el ojo.

En su querella, la joven recalcó que en el momento de la lesión se encontraba junto a un grupo de viandantes y periodistas que grabaron los hechos, “lejos” del cordón formado por los antidisturbios, a unos 20 metros, y “alejada de la zona donde se podrían producir lanzamientos que causaran un riesgo a la línea policial”. Establecer si, como sostiene la víctima, en el momento del disparo no se producían altercados será un elemento clave para el futuro de la investigación.

La inexistencia de disturbios fue determinante para que dos mossos fueran a juicio en el caso Ester Quintana, pero en otros casos la vía penal se ha cerrado al constatar que el armamento antidisturbios se empleó en respuesta a agresiones. En estas ocasiones los jueces han abierto la puerta a una indemnización de la Generalitat a la víctima por la vía administrativa. En el caso de la víctima en la marcha por Hasel, el Govern ya ha admitido la autoría policial del disparo, si bien todavía no ha anunciado si el agente ya ha sido identificado y si contra él se han iniciado acciones disciplinarias.

La otra pata del caso será la autoría del disparo que hirió a la víctima. La mutilación de la joven solo puede provenir de una bala, pero hay dos agentes investigados y que dispararon en el momento y lugar de la lesión. Otros casos de mutilados por proyectiles de 'foam' de los Mossos se han archivado al no poder determinar qué agente disparó.