La jueza que investiga a Dani Alves ha rechazado que un psicólogo contratado por la defensa del futbolista examine a la denunciante de violación para determinar si su relato y sus síntomas son compatibles con una agresión sexual. Se trata de una de las últimas pruebas en discusión antes de que la magistrada cierre la instrucción y decida si envía el caso a juicio.
El examen psicológico de la denunciante es una prueba indispensable en los casos de agresiones sexuales. Habitualmente es una prueba que realizan los forenses independientes del propio juzgado, adscritos al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMLC), pero el resto de acusaciones y defensas pueden pedir también informes de parte.
En un primer momento, la jueza aceptó la petición del abogado de Alves, Cristóbal Martell, para que un psicólogo contratado por su defensa determinara si lo relatado por la víctima y los síntomas que presenta son compatibles con haber sufrido una violación.
Tanto la Fiscalía como la defensa de la denunciante, que ejerce la abogada Ester García, recurrieron la decisión de la jueza instructora de dar luz verde a la pericial de parte que propuso Alves, al considerar que es suficiente con la exploración que lleve a cabo el forense del IMLC. La jueza ha terminado rectificando y dando la razón a las acusaciones.
Dani Alves permanece en prisión provisional desde el pasado mes de enero acusado de agredir sexualmente a una joven en un diminuto baño de la discoteca Sutton de Barcelona la madrugada del 31 de enero. La Audiencia de Barcelona avaló el encarcelamiento preventivo del jugador ante los “indicios fundados” de agresión sexual.
Tal y como ha adelantado la Cadena SER y ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), el exjugador del F.C. Barcelona volverá a prestar declaración como investigado, a petición propia, el próximo lunes. La ley permite a los imputados pedir declarar ante el juez las veces que consideren oportuno para su defensa.
Con su propuesta de pericial psicológica, que la defensa pedía que fuera grabada en vídeo, el futbolista pretendía ahondar en su tesis de que la denuncia de la joven adolece de una “distorsión narrativa” y restar credibilidad a la denunciante. La defensa puede recurrir la negativa de la jueza a practicar la prueba ante la Audiencia de Barcelona.
Ya en su recurso para intentar salir de prisión, la defensa alegó que los vídeos de las cámaras de la discoteca desmentían el “clima de terror” relatado por la joven. La Audiencia de Barcelona rechazó el alegato de la defensa sobre los vídeos al valorar que el “análisis de los fotogramas de la discoteca Sutton” avalaba la versión de la denunciante.
No son solo los vídeos: los jueces repasaron el aluvión de indicios –entre otros, la declaración consistente de la joven, los restos biológicos del baño y el ADN del jugador hallado en la denunciante– para concluir que el jugador debía seguir en prisión. Pese a la abundante prueba en su contra, Alves ha optado por volver a declarar.
Los magistrados también desestimaron el último argumento de la defensa de Alves, quien alegó que la ausencia de lesiones vaginales en la denunciante reforzaba su tesis de relaciones consentidas. Este alegato, remarcaron los jueces, “tampoco neutraliza” los indicios contra Alves. A falta de dirimir si se termina realizando la prueba psicológica de parte, la instrucción de la causa por agresión sexual contra el futbolista está prácticamente terminada.