Junts y ERC han proseguido su crisis de resultados electorales este domingo. Los partidos independentistas pasan de un 49% de voto en los comicios europeos de 2019, marcados por la movilización independentista en apoyo a los líderes del procés que estaban siendo juzgados en el Supremo, a un 32%. La jornada también ha supuesto una victoria del PSC en las elecciones europeas en Catalunya quince años después.
Catalunya ha sido este domingo una excepción al avance de la extrema derecha y a la victoria conservadora en muchos países europeos: el PSC ha arrasado en la comunidad con el 30% de los votos y 732.061 apoyos, casi 300.000 más que Junts, que ha quedado en segunda posición tras ganar en 2019, y ERC, que ha quedado tercera con 354.164 votos.
El mayor descalabro de la noche es el de Junts. Sin Carles Puigdemont como cabeza de cartel –el expresident se ha mantenido en un destacado segundo plano esta campaña–, Junts se ha desplomado: pierde 550.000 votos respecto a 2019, un 10% menos, y pasa de tres a un escaño europeo, el de Toni Comín. El candidato ha celebrado el “buen resultado” de Junts pese al retroceso electoral.
Junts pretendía coger impulso este domingo de cara a la política doméstica para insistir en la investidura de Puigdemont y ha recibido un varapalo. Aunque lo seguirá intentando, las maniobras de Junts para repetir elecciones –la única vía para que Puigdemont vuelva a ser president– no se han visto refrendadas en las urnas.
En la competición interna del independentismo, Junts se ha impuesto en Catalunya en ERC por 70.000 votos y confirma su hegemonía en el soberanismo. Los republicanos reciben otro revés en las urnas apenas un mes después del desastre de las catalanas y obtienen en la comunidad 350.000 apoyos menos que en 2019, un retroceso del 8%.
La lista de ERC ha logrado, en el conjunto de la circunscripción única española, tres escaños gracias al buen comportamiento de sus aliados de Bildu y BNG en Euskadi y Galicia. El exmeteorólogo de TV3 Tomàs Molina, que iba de cuatro en la lista y era la principal apuesta independiente de ERC, queda fuera de la Eurocámara.
La cabeza de lista de ERC a las elecciones europeas, Diana Riba, ha augurado un mandato difícil en el Europarlamento debido al auge de los partidos de extrema derecha. “No bajaremos los brazos”, ha afirmado en una comparecencia para valorar los resultados. Según Riba, el soberanismo de izquierdas “ha conseguido sobreponerse a las dificultades” de la campaña, y ha asegurado que ERC actuará “con responsabilidad” ante los resultados.
El independentismo completa con estas europeas un ciclo de descalabros electorales iniciado en las municipales del pasado mes de mayo, matizado tan solo por su influencia en Madrid como apoyo del Gobierno de Pedro Sánchez. La resaca del procés ha contribuido a desmovilizar al elector independentista, tal y como confirman estas europeas después de que el nacionalismo catalán perdiera por primera vez la mayoría del Parlament en las elecciones catalanas del pasado mes de mayo.
Los malos resultados del independentismo este 9J llegan en vísperas de la elección de la presidencia del Parlament. ERC aspira a conseguir la segunda autoridad catalana de la mano de un pacto independentista que impida al PSC lograr el cargo, salvo que reciba los apoyos del PP. Todo está abierto y cualquier pacto no se cerrará hasta este lunes. Luego vendrán las negociaciones para la investidura, que podrían dilatarse todo el verano.
El PSC, en plena forma
El PSC ha vuelto a demostrar este 9J que es el principal granero de votos para el PSOE. Los socialistas catalanes han vuelto a ganar unas europeas en Catalunya 15 años después y confirman su momento dulce en las urnas, tras encadenar victorias en municipales, generales y catalanas de 2021 y 2024. Cinco triunfos seguidos. Salvador Illa no ha amarrado todavía una mayoría para ser president, pero el PSC vuelve a ser el partido más fuerte de Catalunya. El independentismo pierde argumentos para forzar un bloqueo de la legislatura catalana, si bien el escenario de repetición de comicios catalanes en octubre no se puede descartar del todo.
En Catalunya, el PSC ha arrasado con el 30,6% de los votos, ocho puntos más que en 2019. El voto de los socialistas catalanes es el 14% del conjunto de apoyos socialistas en España, un porcentaje similar al 15% de los votos que aportó el PSC a Pedro Sánchez en las últimas elecciones generales del pasado mes de julio.
“El PSC y el PSOE pueden decir con orgullo hoy que son el partido socialista más fuerte de Europa”, ha destacado el candidato del PSC, Javi López, que ha considerado los resultados como un “reconocimiento al liderazgo” de Pedro Sánchez y Salvador Illa.
El primer secretario del PSC –el único líder catalán que ha comparecido este domingo– ha vuelto a reclamar “abrir una nueva etapa política en Catalunya” en vísperas de la constitución del Parlament. Illa también ha llamado a la “responsabilidad” y el “respeto” de todas las fuerzas políticas.
En el flanco izquierdo, la división entre Comuns–Sumar y Podemos se ha saldado con desastre –ambas fuerzas han quedado por debajo de PP y de Vox– y con sorpresa. Los de Irene Montero se han impuesto a los de Yolanda Díaz en Catalunya (no así en el conjunto de España) por solo 8.000 votos: Podemos logra en la comunidad 110.152 apoyos, el 4,6% de los votos, mientras que la lista encabezada por Jaume Asens recaba 102.815 votos, el 4,3%.
Hace diez años, cuando ICV y Podemos se presentaron por separado, los ecosocialistas obtuvieron en Catalunya 258.573 sufragios (10% de los votos), por 117.115 la entonces novedosa lista liderada por Pablo Iglesias (4,6%).
Por el lado derecho, el PP se ha alzado hasta la cuarta posición en Catalunya con 329.372 apoyos, un 8% más que en 2019, mientras que Vox ha quedado quinta con 147.394 votos, un 4%. Derecha y extrema derecha son las únicas formaciones que crecen en voto en la comunidad respecto a 2019. El partido ultra de Alvise Pérez ha recibido 67.309 papeletas, un 2,8% de los votos, en Catalunya, una de las comunidades donde peores resultados ha cosechado.