Lanzando estrellas, un cuento sobre la vivienda

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Andaba un hombre por la playa recogiendo estrellas de mar. Varadas tras la tormenta, agonizaban. Con gesto suave y decidido las devolvía al mar.

—Son demasiadas, ¿no ve usted que es inútil?

—Para las que vuelven al agua hay una diferencia.

Loren Eiseley (Nebraska, 1907-1977) publica ‘El lanzador de estrellas’ en 1969 en su libro The Unexpected Universe. Eiseley fue un geólogo, antropólogo, ecologista y filósofo que explicaba ensayos científicos enrevesados como si fueran cuentos.

También se pueden explicar cuentos con otros asuntos como la vivienda, contra la que el temporal no cesa. Tampoco es un fenómeno meteorológico casual. Clamaba aquel ministro: “Digámoslo en voz alta y con la mirada firme, porque creemos que en ello está el servicio a la causa común de lograr la armonía de todos en la paz de un hogar fijo y estable. No queremos una España de proletarios, sino una España de propietarios. Sólo así podremos decir con voz de bandera que se alce a los vientos, que hemos venido a torcer el rumbo que nos empujaba al abismo comunista. ¡Arriba España! ¡Viva Franco!” Así habló José Luís de Arrese, ministro de Vivienda durante la dictadura, el 2 de mayo de 1959.

Su discurso sanciona la Ley del suelo de 1956. El texto tenía por objeto dirimir una pugna interna que Franco zanja separando las competencias de urbanismo y vivienda. Consigue así sembrar, en la cabecita de cada español, la semilla de un pequeño especulador inmobiliario. Esa semilla brota en el desarrollismo como la mutación de un hongo rentista. Una especie de cordyceps que extiende sus tenaces filamentos desde entonces hasta nuestros días. Obliga a creer que cobrar a un inquilino lo que te dé la gana mientras contemplas el crecer de tu saldo bancario es algo admirable.

Pero los barceloneses no somos setas. Tenemos apego a esta ciudad, un organismo dinámico, inclusivo, habitado contra viento y marea. Y prolífico en lanzamiento de estrellas. Cuatro ejemplos:

Cooperativas. Tener casa a precio razonable te convierte en mejor persona, en un activo económico y social. Permite arraigar en un barrio, reforzar las delicadas redes que nos hacen vecinos: —Ya te riego las plantas. Mañana a los niños los cuido yo. Ay, hija, estoy molida, ¿me ayudas con la compra?- Te deja poner placas solares, tirar un tabique, cambiar las persianas. Decidir sobre tu plan de vida: terminar los estudios, dar oportunidad a una relación, lanzarte a ser madre o cuidar de la tuya. Eso hace la cooperativa La Xarxaire, apoyándose en el modelo Andel que garantiza el derecho a la vivienda en Copenhague y Montevideo, desde un minúsculo solar de la Barceloneta.

Vivienda de emergencia. Housing first. La unidad antidesahucios. La fundación Roure junta a estudiantes y mayores en soledad. Arrels innova en el Piso Zero de la calle Carme. APROPs: Las “latas de sardinas para pobres” se han revelado como paliativo inmediato contra la gentrificación en barrios tensionados, aprovechando intersticios, equipamientos y transportes colectivos. ¿Qué me estás container? Lo que oyes: Tras el multipremiado experimento del Gòtic surgen nuevas oportunidades en otros barrios.

Pacto público-privado. El Gimnàs Social Sant Pau, bisagra entre tres distritos, supo, desde un solar codiciado, convertirse en referente de los derechos de los más desfavorecidos. Natación gratis para niños del barrio, vestuario trans, inscripción sin papeles. Personas sin hogar. Deporte. Valores. Ducha. No nos damos cuenta del poder que tiene la ducha, ese bautismo diario imprescindible para ir a una entrevista de trabajo, tener relaciones, enfrentarte al mundo. La adquisición del Sant Pau en complicidad con Mediaurban y Habitat3 permite introducir vivienda protegida sobre el gimnasio y abre horizontes. También la masovería urbana de la calle Princesa ¿Es posible un compromiso de lo privado que no exprima los recursos públicos? Tal vez sí. 

Cambios de uso y adquisiciones. Oficinas, aparcamientos, antiguos talleres. Solares, casas y pisos vacíos. Plantas bajas, cuando hay patio y calles pacificadas. Ciudad en superposición, claves de planeamiento mixtas. Diques. 

No hay una receta mágica para resolver el problema de la vivienda en España: emancipación imposible, envejecimiento sin dignidad, desahucios, gente durmiendo en la calle. La PAH y el Sindicato de Inquilinas pelean, el PEUAT y el 30% protegido contienen desde lo municipal. No basta. Por eso, es una estupenda noticia el acuerdo para la aprobación de la Ley por el Derecho a la Vivienda en el Congreso de los Diputados. Nos va la ciudad, la casa, la vida en ella.