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La llamada a Ginebra que puso a los juristas a trabajar y desbloqueó la amnistía

Por si algo le faltaba a la amnistía, Jordi Turull sufrió un infarto. El percance inesperado del secretario general de Junts, del que ya se va recuperando –once días sin fumar, y subiendo–, no ha impedido el acuerdo para la ley más importante de la legislatura. Aún convaleciente, su intervención resultó clave para cerrar el pacto junto al PSOE y ERC.

Las negociaciones a dos bandas entre el PSOE y los independentistas no se rompieron, pero el acuerdo no terminaba de llegar. Había cierta inquietud. En Junts mantienen que los socialistas ponían pegas a sus propuestas porque, según les decían, ERC no las veía bien. Fuentes de la negociación del equipo del PSOE admiten que esas conversaciones llegaron a convertirse en un auténtico galimatías por la incomunicación de los independentistas entre ellos mismos: cada iniciativa de ERC era trasladada a su interlocutor socialista, Félix Bolaños, que daba cuenta a su compañero de filas, Santos Cerdán, para que a su vez diera parte a los representantes de Junts. Y lo mismo de vuelta.

Así que recién salido del hospital, Turull decidió llamar a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, que permanece en Ginebra. Esta llamada precisa de contexto: Turull y Rovira son los interlocutores al más alto nivel entre dos partidos, Junts y ERC, y unos líderes, Puigdemont y Junqueras, que siguen llevándose igual de mal. Ambos se conocen desde hace años y ensamblaron su relación en la sala de máquinas de ese artefacto fracasado que fue Junts pel Sí –de puertas para adentro, los puñales volaban–. Después, él pasó por la cárcel y ella buscó refugio en Suiza, donde sigue viviendo. Aunque sus formaciones rivalicen, saben que entre ellos tiene que haber un mínimo diálogo.

Turull y Rovira se pusieron de acuerdo muy rápido, según fuentes al corriente de la conversación. Los equipos jurídicos de Junts y ERC tenían que trasladar una propuesta común a sus respectivos interlocutores socialistas –el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán y el ministro de Justicia y de la Presidencia, Félix Bolaños– para evitar más demoras en el acuerdo. “No es que el PSOE nos tomara el pelo, pero ponía problemas”, sintetizan desde el bando soberanista.

Una vez los socialistas accedieron, los equipos jurídicos de Junts y ERC se pusieron a terminar conjuntamente el lunes y el martes un trabajo que ya venían haciendo con anterioridad. “A veces una manera de ayudar es no molestar, y se tenían que poner de acuerdo los juristas porque el de la amnistía es un debate jurídico”, resume uno de los dirigentes del cuadro de mando independentista.

Además de la mejora de la coordinación en las conversaciones, al buen fin de la negociación, según coinciden fuentes de Junts y ERC, ayudó el borrador del informe sobre la amnistía realizado por la Comisión de Venecia, órgano consultivo del Consejo de Europa. Aunque el dictamen, publicado el pasado viernes, critica el procedimiento elegido para debatir la amnistía y propone mejoras, sí avala el objetivo de la ley, y ello sirvió de “pista de aterrizaje” al PSOE para cerrar el acuerdo, a juicio de los independentistas.

Gracias al trabajo previo y al informe de la Comisión de Venecia, entre los equipos técnicos (encabezados, por parte de ERC, por su responsable de derechos y lucha antirrepresiva, Marta Vilaret; y por el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye, y el profesor de Derecho Constitucional y exdiputado Josep Pagès, por parte de Junts) se tardó poco tiempo en hilvanar una propuesta, que finalmente el PSOE aceptó, se anunció este miércoles y se ha votado este jueves después del fracaso del pasado mes de enero.

Los cambios y su interpretación

Más allá del relato de cada parte sobre el acuerdo, lo cierto es que una mera comparación entre el texto que Junts tumbó en enero y el que se ha aprobado este jueves permite constatar que no hay modificaciones sustanciales entre ambos textos. Eso sí, para los de Puigdemont los cambios, aunque pequeños a nivel cuantitativo, son significativos cualitativamente ya que permiten “blindar” totalmente la norma. “El problema ya no es la ley, son los jueces que prevarican”, ha dicho Turull en los micrófonos El Món a RAC1.

En Junts ponen énfasis en los dos delitos que más quebraderos de cabeza han traído a los independentistas para su inclusión en la amnistía, el terrorismo y la alta traición. Si bien las causas por ambos delitos afectan a una veintena de las alrededor de 400 personas beneficiarias de la amnistía, la presencia de líderes del procés como Puigdemont o Rovira en el caso Tsunami Democràtic, abierto por terrorismo, ha hecho que los partidos examinaran con lupa el redactado de la norma.

El nuevo redactado, explican desde Junts, es mejor porque elimina la referencia al delito de terrorismo del Código Penal, más abstracto, y fija como no amnistiables conductas más restringidas que recoge la Directiva Europea contra el terrorismo. “La mera mención en la amnistía del artículo del terrorismo del Código Penal era un riesgo”, defienden desde el partido de Puigdemont.

Sin embargo, algunas defensas de encausados del procés ven igualmente posible que el Tribunal Supremo o el juez García Castellón encajen la protesta de Tsunami en el Aeropuerto de El Prat dentro del artículo de la Directiva Europa que considera delitos de terrorismo las “destrucciones masivas de instalaciones estatales o públicas y sistemas de transporte [...] que puedan poner en peligro vidas humanas o producir un gran perjuicio económico”.

Mismo o más escepticismo muestran las mismas fuentes sobre la viabilidad de la amnistía para los ocho activistas de los Comités de Defensa de la República (CDR) acusados de tenencia de explosivos. El motivo: el artículo de la Directiva que considera terrorismo “la fabricación, tenencia, adquisición, transporte, suministro o utilización de explosivos o armas de fuego”. En cambio, sí consideran que los cuatro CDR acusados solo de organización terrorista sí pueden entrar en la amnistía gracias a la interpretación europea que la norma obliga a aplicar a los jueces.

Sea cual sea la forma en la que los tribunales apliquen el texto una vez se apruebe de forma definitiva –algo que se espera para finales de mayo o junio, en función de las trabas que ponga el PP en el Senado–, este mismo jueves fuentes de ERC han cargado contra los “cambios estéticos” que, a su juicio, ha impuesto Junts en la norma. La tregua acordada entre Turull y Rovira ha terminado y el estado natural de pugna total entre ERC y Junts ha vuelto para quedarse. Hasta la próxima llamada a Ginebra.