Y el Primero de Mayo, la campaña catalana aterrizó en la gestión y los problemas sociales. Tras unos primeros días monopolizada por la carta y el posterior anuncio de Pedro Sánchez de que sigue al frente del Gobierno, los mensajes de los partidos han vuelto a dirigirse a asuntos como el empleo y las condiciones de vida de los catalanes coincidiendo con la celebración del Día Internacional de los Trabajadores.
Los líderes políticos y una nutrida representación de los partidos de izquierdas han acudido a la tradicional manifestación que CCOO y UGT celebran en Barcelona el 1 de mayo al mediodía. Además de buscar la fotografía con los dirigentes, Javier Pacheco y Camil Ros, los candidatos han charlado con los representantes sindicales brevemente antes de que empezara la marcha. Hasta Junts, que tradicionalmente adoptaba un perfil bajo por el 1 de mayo y que en su programa propone amplias rebajas fiscales, ha convocado a los periodistas antes de la manifestación sindical.
Está por ver si la gestión y los servicios públicos –el guion que preveía el PSC antes del anuncio de Sánchez– mantienen protagonismo a lo largo de los diez días restantes de campaña, o si la conversación partidista girará alrededor del debate sobre los bulos y el Poder Judicial abierto por el presidente o de la pugna entre Puigdemont y Sánchez, tal y como quería Junts. Pero al menos se ha conseguido durante el Primero de Mayo.
Pacheco ha puesto deberes claros a las fuerzas de izquierda: que se pongan de acuerdo para gobernar la Generalitat y “dar estabilidad a las reformas progresistas”. Sin entrar en pactos postelectorales, el jefe de UGT de Catalunya ha sido rotundo: “Hay que trabajar menos y cobrar más”. Ambos dirigentes sindicales han llamado a la movilización electoral de los trabajadores para contener a la extrema derecha –“ya sea catalana o española”, ha recalcado Ros.
En el plano de medidas, los sindicatos han instado a los partidos a garantizar salarios dignos, empezando por los que dependen de la Generalitat en los que contratos que suscribe con entidades que prestan servicios públicos. Y también han reclamado soluciones ante el problema de la vivienda, cuya alza de precios atrapa en la pobreza a trabajadores con estabilidad laboral.
“Si soy presidente, habrá cogobernanza con los sindicatos para mejorar la financiación y los servicios públicos”, ha prometido el candidato del PSC a la presidencia, Salvador Illa, que ha reivindicado su perfil de gestor: “Los sindicatos serán claves en la nueva etapa que abriremos en Catalunya para poner los servicios públicos en primer lugar y multiplicar el bienestar de los ciudadanos”.
El president de la Generalitat y candidato de ERC a la reelección, Pere Aragonès, que también ha acudido a la marcha del 1 de Mayo, ha ensalzado a su formación como “el partido del trabajo” y se ha atribuido la rebaja del paro en Catalunya a los niveles más bajos de los últimos 15 años. Aragonès ha proseguido con sus críticas a Junts, ahora por el pasado de los de Puigdemont, y ha advertido de que si los neoconvergentes vuelven a la Generalitat, volverán los recortes. “No queremos esperar otros 10 años para revertirlos”, ha apostillado.
La competición entre ERC, Comuns Sumar, a CUP y el PSC por el voto de izquierdas también ha protagonizado las valoraciones de la candidata de los comuns, Jéssica Albiach, quien ha acusado a la Generalitat gobernada por Aragonès de “ir a rueda” de los avances en materia laboral liderados por la vicepresidenta Yolanda Díaz “pese a las resistencias del PSOE”. Por ello ha pedido el voto a “todas las personas que no tenían trabajo y ahora tienen uno gracias a la reforma laboral de Yolanda Díaz”.
Por su lado, la candidata de la CUP, Laia Estrada, ha defendido el reparto del trabajo y la riqueza como vía para frenar el “empobrecimiento generalizado de la población”, y ha propuesto reducir la jornada laboral a 30 horas semanales y el aumento del Salario Mínimo a 1.593,6 euros mensuales netos en 14 pagas.
Por último, la número seis de la lista de Junts, Ennatu Domingo, ha expresado el “compromiso” de su candidatura con el empleo y ha situado el “liderazgo fuerte” de Carles Puigdemont como manera de “afrontar” problemas como el paro juvenil.